Había sido una tarde muy dura tanto para Jughead como para Betty. Ya casi en la noche, Jughead iba llegando a su trailer.
Se fue de casa de Betty antes de que su madre llegara, y después de eso fue a dar una vuelta por el pueblo en su moto para despejar su mente.
Él metió la pata, y ahora estaba en un gran problema y lo sabía.
Cuando entró al trailer en el que vivía, se encontró con su papá y su hermana de quince años sentados en el sofá, esperándolo.
—¿Que horas son estas para llegar, Jughead?— Le preguntó su padre, poniéndose de pie y acercándose a él, enojado. —Al menos podías tomar el maldito teléfono—
—Papá, son las ocho de la noche y mi celular no tenía batería— Contestó, rodando los ojos mientras iba dirigiéndose a su habitación. —Estoy cansado y me voy a dormir—
—Alto— Lo detuvo Fp, tomándolo del brazo. —Al menos dime que estabas con Betty—
—Si, estaba con mi novia. Por favor... estoy cansado— Dijo Jughead, dándole la espalda a su padre para dirigirse a su habitación.
—Jug Jug... la cena se está enfriando. ¿No quieres?— Le preguntó su hermana, poniéndose de pie y acercándose a él.
Jughead la miró y le sonrió forzosamente. No estaba de humor para nada, pero no por eso quería ser grosero con su hermanita. La niña que más ama además de su novia.
—No tengo hambre JB. Comí algo en la calle. Buenas noches— Se despidió, acercándose para darle un beso en la frente e irse enseguida a su habitación.
Una vez que Jughead se metió a su habitación, JB miró a su padre, preocupada. —Papá... Jug Jug está muy raro. ¿Se peleó con Betty?—
—No lo se, pequeña— Negó Fp, abrazando a su hija y luego separándose. —¿Quieres ir a hablar con él? Es más abierto contigo, mi dulce niña—
JB sonrió y fue a la habitación de su hermano mayor para intentar hablar con él. Tenía quince años, pero parecía una niña de doce. Siempre contagiaba alegría y buena energía a donde quiera que iba.
Al llegar a la habitación de su hermano, abrió la puerta, que estaba entreabierta, y vio a su hermano sentado al borde de la cama, cubriéndose la cara con ambas manos.
Se veía frustrado y parecía que quería gritar y hasta llorar. Eso rompió en mil pedazos el corazón de JB.
Su hermano mayor es como su ejemplo, su modelo a seguir. Lo admira desde que tiene memoria y aunque lo molesta, lo ama con todas sus fuerzas.
—Jug Jug...— Lo llamó JB, acercándose a él y sentándose a su lado en la cama. —¿Estas bien?—Preguntó, preocupada.
Jughead suspiró y la miró con la sonrisa que mejor pudo fingir. —Estoy bien, Jelly. Son problemas tontos de adolescentes—
—Oh...— Respondió JB, bajando la mirada para luego volver a mirarlo. —¿Discutiste con Betty?—
Ante esa pregunta, la frustración de Jughead creció. Se sentía muy culpable por haber dejado a su novia embarazada. Sentía que le había hecho un daño irreversible.
—Entonces peleaste con Betty— Aseguró JB, mirándolo con tristeza. —¿Que pasó?—
—No... con Betty no pasó nada— Negó, sonriéndole. —Es que... tuve inconvenientes con el profesor de Estadística. No lo soporto. ¿Sabes?—
JB soltó una pequeña risa y abrazó a su hermano. —No te preocupes hermanito. Todos tenemos un profesor que no nos cae bien, pero tú eres muy inteligente—
Jughead le siguió el abrazo. De verdad le hacía falta el abrazo de alguien en ese momento. Tenía en su mente que le había hecho un daño irreversible a su novia.
—¿Entonces no vienes a ver televisión conmigo?— Le preguntó JB a su hermano después de separarse del abrazo.
—Otro día, mocosa— Le respondió, despeinando su cabellera.
—Tontito— Dijo JB, golpeando su hombro y retirándose de la habitación de su hermano con una sonrisa.
Jughead soltó un suspiro y se tiró en la cama, cargando con ese peso que tenía ahora.
Se metió en un gran problema, y él lo sabía.
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Mientras tanto, Betty estaba encerrada en su habitación. Estaba echa una bolita en la cama, llorando porque tenía miedo, muchísimo miedo.
Se había metido en un problema enorme, y lo sabía.
Se sentó sobre la cama y revisó su celular para ver si su novio había respondido alguno de sus mensajes o llamadas, pero ni siquiera los había visto.
Eso solo la hacía pensar... ¿Y si la había abandonado ahora que están en este problema? Eso la deprimía aún más, al punto en el que ella no podía parar de llorar.
—Elizabeth— Le habló Alice, tocando la puerta de la habitación con insistencia. —No has salido de ahí desde que llegue. ¿Todo en orden? ¿Todavía te sientes mal?—
Betty se limpió las lágrimas. —Estoy bien— Aseguró en voz baja.
—No lo se. Ábreme la puerta hija. Solo quiero hablar contigo. No te he visto desde que llegué del trabajo. Si no me abres, voy a empezar a creer que tú en realidad no estás bien— Dijo Alice.
Betty suspiró y se puso de pie, apoyándose de la pared por los mareos que estaba sufriendo, producto de su no deseado embarazo. —Ya voy...— Le dijo a su mamá.
La ojiverde más chica se lavó la cara rápidamente para tapar lo mucho que había llorado para luego ir a abrirle la puerta a su madre.
Ella abrió la puerta y le dio la mejor sonrisa que pudo a su mamá, pero ésta inmediatamente notó que ella no estaba del todo bien.
—Por Dios Elizabeth... ¿Estabas llorando?— Le preguntó Alice a su hija, preocupada.
Betty negó con esa falsa sonrisa. —Estaba dormida— Mintió.
Alice la miró fijamente. —¿Que tienes mi vida? Sabes que si sigues enferma te llevaré al médico aunque no quieras—
—Pero me siento bien— Mintió. —De verdad—
Alice le sonrió mientras acariciaba su mejilla. —¿Quieres que prepare algo de comer para las dos?—
Betty asintió y su madre dejó un beso en su frente para luego irse a la cocina y preparar algo para ellas dos, ya que Hall una vez más estaba fuera del pueblo por trabajo.
Betty cerró la puerta de su habitación con seguro y corrió al baño a vomitar. Ahora entendía que todo esto no era nada más que los síntomas de un embarazo.
Se sentó sobre el piso y se abrazó a sus piernas. Sentía que hasta la cabeza le dolía de tanto pensar y preocuparse por lo que vendrá ahora.
—¡Elizabeth!— La llamó su madre desde la sala, como si estuviera... asustada.
Prepárense para más drama 😳Samy ❤️
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Error Adolescente |Bughead|
أدب الهواةDos chicos que están a nada de graduarse de la secundaria e iniciar sus vidas, pero cometen un error que puede comprometer su futuro y tal vez sus vidas para siempre