Donna sonrió presumiblemente. —No me digas. ¿Mi muchacho cumplió con lo suyo?—
—Maldita enferma— La acusó el ojiazul, realmente enojado. —Tu muchacho me dijo todo. Lo obligaste a que embarazara a mi hija o lo devolverías con un padre que lo golpea. ¿Acaso no sientes culpa? ¡Mía es una niña! ¡Deberías querer a ese chico como a tu hijo!—
—¡Y lo quiero como un hijo porque yo no soy fértil!— Le gritó, con los ojos cristalizados. —No puedo tener hijos míos de sangre y David es todo lo que tengo—
—¿Si tanto lo quieres, por que lo obligas a hacer cosas que están mal? Te aseguro que lo vas a perder— Aseguró Jughead, mirándola fijamente. —Lo conocí y no es un mal muchacho—
—Y es bueno que lo creas, porque tú niña inocente se revuelca con mi David— Dijo Donna.
Jughead soltó una risa presumida. —Lo se todo y créeme que tu hijo no es como tú. Él no le hizo nada a mi niña y hasta se alejó de ella para protegerla—
—Mentira. Si hizo eso juro que voy a...
—Tu no le harás nada a ese chico, Donna. Él se ira de tu lado, ya verás—
—¡Cállate!— Exigió Donna, sacando un arma de su bolsillo y mostrándosela. —Mira lo que tengo aquí. ¿Quieres que te vuele la cabeza? Oh mejor aún... ¿Quieres que yo te deje viudo y sin hijos?—
—Estas loca, perra. Tocas a mi familia y te juro que...
—¿Papá?— Lo llamó Mía, acercándose.
Donna escondió el arma de inmediato y se fue, dejando a Jughead solo con su hija.
—¿Qué estás haciendo aquí?— Le preguntó Mía a su padre, confundida.
—Nena... estaba resolviendo algo. ¿Tu que haces fuera de tu aula?— Le preguntó, con intenciones de cambiar de tema.
—Estaba en el baño. ¿Estás bien?— Le preguntó, al notar que estaba un poco exaltado.
Jughead suspiró. —Claro, y mejor aún ahora que te veo pequeña. ¿Sabes? Creo que David no es un mal chico. Trata de hablarle—
—¿Que? ¿Conoces a David?— Le preguntó Mía a su padre, aún más confundida.
—Digamos que si. Te amo hija. Ten mucho, mucho cuidado. Hay mucho peligro a tu alrededor aunque no lo veas. ¿Bien?— Le advirtió a su hija, besando su frente.
—También te quiero papá. Adiós— Se despidió, aún confundida por el extraño comportamiento de su padre.
Jughead salió de aquella secundaria con el corazón en la mano por las amenazas de Donna hacia lo que más le importa en el mundo.
Su familia.
Caminó hasta su casa y cuando entró, vio a su esposa con JB y con el pequeño hijo de ésta.
Jellybean tiene una pareja con la cual se casó. Su nombre es James Artur y aunque ni Jughead ni Fp estaban a favor, JB se casó con él hace seis años y tuvieron un hijo al que llamaron Jacob Artur Jones, de solo tres añitos.
—Chicas, hola— Saludó Jughead, llegando a la sala y mirando a las chicas. —Hola Jacob— Saludó al niño.
—¡Tío!— Chilló el menor, alejándose del regazo de su madre y corriendo a los brazos de Jughead.
—¿Como está mi sobrino favorito en todo el mundo?— Preguntó Jughead, tomando al pequeño en sus brazos. —¿Soy yo o pesas más que el otro día?—
—No— Negó el pequeño ojiazul de pelo castaño y alborotado.
—Lo único bueno que hizo tu papá fue a ti, pequeño. Sin duda eres un Jones— Aseguró Jughead, dejando al niño en el piso y tomándolo de la mano para acercarse a las chicas. —¿Donde está ese marido tuyo?— Le preguntó a JB mientras le daba un beso en la mejilla a Betty.
—Trabajo, Jughead. Y tu no me habías dicho que yo tendría nuevo sobrino Jug Jug— Dijo JB, mirándolo.
—Tío Jug Jug— Habló el pequeño Jacob, aplaudiendo.
—Lo del nuevo bebé es muy reciente. Ni siquiera los niños lo saben— Dijo Jughead, sentándose al lado de Betty y rodeándola con su brazo. —Vamos a decirles esta tarde amor—
—Claro— Aceptó Betty, con una sonrisa mientras tomaba al niño en su regazo. —Oh Jacob... sería lindo tener a un muñequito tan lindo como tú—
—Muñecos— Respondió Jacob, sonriéndole.
—Si, porque si es niña no te imaginas lo infeliz que sería con Jughead encima. ¿Ves lo intenso que es con mi sobrina Mía? Imagínate tener a una nena más pequeña. Pobre— Admitió JB, divertida.
—Yo ya no soy intenso JB— Negó Jughead.
—Como digas. ¿Crees que no me enteré de lo del otro día? Papá no era tan intenso conmigo y mira. Fui responsable y aún lo soy— Presumió JB.
Jughead rodó los ojos y miró a su pequeño sobrino. —Tu mamá está un poco loca pequeño. ¿Sabias?—
—Mami loca— Repitió el niño.
—¡Jughead!— Lo regañó JB.
—No enseñes al niño a decir palabrotas Jughead— Reprochó Betty.
Después de otro rato divertido con JB y con el pequeño Jacob, Jughead y Betty fueron a buscar a sus hijos a la escuela y luego a la secundaria y regresaron a casa, los cuatros juntos.
—No Mateo. No subas a tu habitación aún. Ven aquí— Exigió Jughead.
Mateo suspiró y bajó otra vez las escaleras, sentándose en el sofá de la sala junto a su hermana mayor, y sus padres frente a ellos.
—Mamá y yo tenemos un anuncio importante que darles— Avisó Jughead.
—¿Nos vamos de vacaciones?— Preguntó Mateo.
—No señor— Negó Mía, mirando a su hermanito y luego a sus padres. Ella ya lo sabe.
Betty tomó aire, mirando a sus hijos. —Tendrán un hermanito— Anunció.
—Pero mamá... ya estábamos bien así— Se quejó Mateo. —¿Para que van a tener otro hijo?—Preguntó.
—Para reemplazarte— Bromeó Mía.
—¡Papá!— Se quejó Mateo, mirando mal a su hermana.
—Mía, ya— Pidió Jughead, mirando a su hija y luego al niño. —Nadie va a reemplazar a nadie—
—Yo ya lo sabía— Confesó Mía, mirando a su madre. —Papá encontró la prueba de embarazo y pensó que era mía—
—¿Que?— Preguntó Betty, mirando a su hija y luego a su esposo. —¡Jughead!—
—Perdón, perdón— Se disculpó Jughead, alzando ambas manos en defensa.
—Papá, ven— Le pidió Mía, dirigiéndose a un rincón apartado de la casa.
Jughead fue hacia ella, extrañado. —¿Sucede algo?—
—Es que... en la secundaria se me acercó esa tal... Donna y me dijo que te iba a estar vigilando a ti. ¿Por qué? ¿La conoces?— Le preguntó.
Jughead palideció, asustado. ¿Sería que Donna no estaba bromeando?
—Es una vieja compañera hija. Nadie importante— Aseguró el ojiazul.
¿De qué puede ser capaz esa
Psicópata? 😳🔪Samy ❤️
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Error Adolescente |Bughead|
FanfictionDos chicos que están a nada de graduarse de la secundaria e iniciar sus vidas, pero cometen un error que puede comprometer su futuro y tal vez sus vidas para siempre