"Capítulo 23"

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—Valla... ¿Qué tenemos aquí?— Preguntó Donna, acercándose a Betty y Jughead. —Pensé que la embarazada dejaría la escuela—

—¿Que quieres Donna?— Le preguntó Jughead, rodando los ojos, ya cansado.

—Basta— Pidió Betty, sonrojada y avergonzada.

—¿Basta por qué?— Preguntó Donna, acercándose un poco más, con una macabra sonrisa.

—Donna...— La llamó Archie en advertencia.

—Cállate pelirrojo teñido— Lo calló Donna, volviendo a mirar a la pareja. —Solo les hice una pregunta. Después de todo, ahora van a tener que criar a un niño por estar de calenturientos. Pensé que al menos sabían cuidarse—

Esas palabras le daban como una apuñalada en el pecho a Betty. Ya se sentía muy culpable por todo y esas palabras la hacían sentir peor.

—¡Ya cállate perra!— Le gritó Verónica, enojada, enfrentándola, llamando la atención de los demás estudiantes que estaban cerca. —¿Y tu que? Nadie sabe con cuántos te has acostado ya. Al menos Betty y Jughead tienen el valor para asumir responsabilidades. Nadie sabe cuántos niños has matado y de quienes eran, maldita zorra—

Esas palabras cayeron sobre Donna y la dejaron sin poder defenderse, y mucho menos cuando los demás empezaron a reírse de ella. Ésta no hizo más que retirarse con los ojos levemente cristalizados.

—Valla... eso fue cruel— Admitió Archie, sorprendido por la agresividad de su novia. Y tal vez un poquito excitado.

—No fue cruel. Esa perra se lo merecía— Aseguró Verónica, acercándose al pelirrojo y besando dulcemente sus labios para luego mirar a sus amigos. —Si los sigue molestando díganme—

—No se que decir. Gracias, Verónica— Agradeció Jughead, rodeando a Betty con su brazo, pero ésta no decía una palabra. —Hey... ¿Estas bien amor?—

Betty asintió con una falsa sonrisa y luego ellos junto a sus amigos fueron al aula, porque la clase estaba a punto de comenzar.

Las palabras de Donna le afectaron aunque ella no quisiera, y Jughead, por otro lado, seguía pensando en buscar un trabajo desde que saliera de la secundaria, tal vez.

La clase empezó y por suerte fue con aquella buena maestra que todos quieren, porque hace su trabajo con amor, dedicación y entrega.

Eso hizo que la clase fuera menos pesada para dos personas que en este momento se estaban preocupando por un pequeño ser humano que venía en camino.

Cuando la clase terminó, todos iban saliendo del aula hasta que la maestra llamó la atención de Betty y Jughead antes de que salieran.

—Betty, Jughead, ¿Tienen un segundo?— Les preguntó la maestra, poniéndose de pie de su escritorio.

—Claro– Aseguró Jughead, acercándose con Betty tomada de manos.

—¿Hicimos algo malo?— Preguntó Betty en voz baja.

—Oh no linda. Es solo para avisarles que la consejera escolar los está esperando en su oficina. Saben donde está... ¿Verdad?— Preguntó.

Ambos asintieron.

—Bien... pueden ir en este momento. Es importante que hablen con ella— Sugirió la maestra.

—Perfecto. Vamos nena— Dijo Jughead, sonriéndole a la maestra para luego salir del aula tomado de manos con Betty.

Éstos caminaban por los pasillos camino a la oficina de la consejera escolar, y Betty una vez más se puso muy nerviosa.

Con su mano libre tocó delicadamente su vientre y sintió ese pequeño bulto, esa vida dentro de ella, y eso la hizo sentir un escalofrío.

Error Adolescente |Bughead| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora