Estaba cayendo la noche en el pueblo de Riverdale y ya la hora de dormir había llegado para los niños, pero una pequeña en particular no se quería dormir.
—Chiquita, si tu mamá viene y te encuentra despierta me va a sepultar vivo. A la cama— Exigió Jughead mientras perseguía a su hija por toda la sala.
—No tengo sueño— Negó la menor, escondiéndose bajo la mesa.
Jughead suspiró y se puso de rodillas al lado de la mesa, mirando a la niña. —Chiquita, por favor. No seas traviesa y ve a dormir—
—Quiero ver a mami cuando llegue y quiero esperarla despierta— Se justificó Mía, saliendo de la mesa y corriendo a la cocina.
Jughead se pasó una mano sobre el cabello. —A la cocina no, Mía por favor...— La persiguió. —A dormir—
—¡Que no quiero!— Se negó la pequeña pelinegra, pero se vio acorralada en la cocina.
—Te tengo— Presumió Jughead, tomándola en sus brazos y cargándola como a un saco de papas. —Vamos a dormir—
—¡No!— Se negó Mía, amenazando con llorar.
Jughead suspiró y la sentó sobre un sofá frente a la tv, mirándola seriamente. —¿Entonces qué quieres, hija?—
—Quiero ver a mi mami cuando llegue— Contestó, mirándolo con los ojos cristalizados. —Quiero a mi mami—
—Oh no. No voy a caer en eso, niña. Crees que puedes manipularme con esos ojitos y con esas lagrimitas de cocodrilo pero no...— Dejó de hablar y vio como lloraba en silencio. —¿Sabes? Creo que estoy siendo demasiado duro con una niña de cinco años. No llores mi vida— Le pidió, sentándose a su lado y abrazándola.
—Quiero a mami— Exigió, aferrándose a los brazos de su padre. —¿Por qué no viene?—
—Ella va a regresar pronto, princesita— Aseguró el ojiazul, sentándola en su regazo y envolviéndola con una pequeña manta rosa. —¿Y si vemos Ladybug hasta que mamá llegue?—
—Si, me gusta mucho miraculous— Aseguró la menor, empezando a cerrar lentamente los ojos.
Jughead sonrió y con una mano tomó el control remoto y seleccionó las caricaturas que quiso su hija en la tv.
Pero él tenía su truco. Él sabía que en solo cuestión de minutos, la niña se dormiría aunque no quisiera.
Y así fue. La pequeña iba cerrando sus enormes ojos azules y curiosos mientras Jughead solo la admiraba. Admiraba lo que más ama en el mundo y recordaba cuando estaba más pequeña con algo de nostalgia.
Su bebé estaba creciendo y no sería su pequeña niña para siempre, y eso lo entristecía un poco.
La puerta principal se abrió en silencio, dejando ver a una Betty muy cansada, pero a la vez feliz de estar en casa. Y así, en silencio, se acercó a Jughead y a su hija y sonrió al verla tan tranquila.
— Ya se durmió— Susurró Betty, mirando a su hija con una sonrisa.
Jughead asintió y lentamente se puso de pie, con la pequeña en sus brazos. —La llevaré a la cama—
Betty asintió y acompañó al chico cuando llevó a Mía a la cama. Vio cuando Jughead la arropó, besó su cabeza y le susurró lo mucho que la ama.
Se sentía bien porque sabía que le había dado el mejor padre a su única hija.
Ambos salieron de la habitación tras dejar ahí a su hija y se quedaron en la sala de estar, mirándose, sin saber qué decir exactamente.
—Tu hija me dio muchísimo trabajo para dormirse, Betty— Admitió Jughead, divertido.
—¿Seguro? Creí escucharte decir que sí podías con ella. Te lo dije, Jug. Nuestra niña es... es bastante traviesa y por eso temía que no pudieras manejarla— Admitió la ojiverde, dejándose caer al sofá, cansada.
—Pero si pude. Fue difícil pero lo hice. Además... ¿Que tan difícil puede ser cuando has leído el grandioso libro de la hermosa y fabulosa Elizabeth Cooper?— Preguntó Jughead, posando una mano en la mejilla de la rubia. —No sabes lo orgulloso que estoy de ti, Betts. Eres la mujer más grandiosa y hermosa sobre este planeta—
Betty sonrió y se sonrojó. —Gracias, Jug. Todo esto se lo debo a ustedes. Mamá, Fp, JB, mis amigos... tu y mi niña... a ustedes—
Jughead sonrió y esa sonrisa se borró de repente. —Oye... hay algo que me está inquietando un poco—
—¿Que? ¿Es sobre Mía? ¿Que pasó?— Preguntó Betty, ya asustada.
—Oh no, Betts. No es nada de eso, pero Mía y yo estuvimos viendo la entrevista por la televisión y dijiste que ser madre tan joven fue traumático para ti. ¿Eso es cierto?— Preguntó Jughead, curioso y preocupado.
—Claro que no. Mi hija fue lo mejor que me pasó— Aseguró Betty, poniéndose algo nerviosa.
—Pero tu misma lo dijiste, que fue traumático. ¿Es por eso que te negaste a que tuviéramos otro bebé?— Preguntó.
Betty negó, poniéndose de pie. —¿Otra vez lo del bebé? Jug... estamos separados y ya te dije que no...
—Ya se lo que me dijiste, Betty. Y se muy bien que estamos separados y que no quieres otro bebé. Pero lo que me interesa saber es si de verdad estas traumada o tienes algún problema para poder ayudarte— Le dijo, poniéndose de pie frente a ella.
—¡No estoy traumada! ¡No vuelvas al mismo tema, Jughead!— Exigió la rubia, mirándolo fijamente.
—No quiero volver a ningún tema Betty. Pero quisiera que fueras sincera conmigo. Háblame, comunícate, exprésate. Eso lo debimos hacer desde el principio— Le pidió, tomándola con cuidado del brazo.
Betty no le respondió, y en cambio se fue corriendo hacia las escaleras y Jughead la siguió.
La ojiverde llegó hasta el baño y allá empezó a vomitar, pegada al inodoro. Jughead la miró con miedo y se le acercó, sujetando su cabello.
—¿Te sientes bien, Betty? ¿Que te pasa? ¿Que tienes?— Le preguntó, muy preocupado, empezando a acariciar su espalda.
Betty dejó de vomitar y Jughead la ayudó a ponerse de pie para que ella llegara al lavamanos y se lavara la cara.
—¿Te sientes mejor?— Le preguntó Jughead, aun acariciando su espalda.
Betty lo miró y asintió. —Tuve un viaje agotador, supongo—
—Entonces tienes que descansar. Si necesitas ayuda con Mía solo dímelo. Aunque estemos separados, me importas y no quiero que nada malo te pase— Confesó, sonriéndole.
Betty sonrió y en ese momento se escuchó que tocaban la puerta con desesperación.
—¿Acaso esperas a alguien?— Preguntó Jughead.
Betty negó. —¿Tu estas esperando a alguien?—
—No. Vamos a ver— Propuso el chico, tomando la mano de la rubia.
No se imaginan lo que viene 😳😨Samy ❤️
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Error Adolescente |Bughead|
FanfictionDos chicos que están a nada de graduarse de la secundaria e iniciar sus vidas, pero cometen un error que puede comprometer su futuro y tal vez sus vidas para siempre