"Capítulo 46"

286 30 62
                                    

Cinco años más tarde...

El tiempo se fue bastante rápido, como suele pasar. En este tiempo Betty y Jughead pasaron de ser dos adolescentes inexpertos a cargo de una bebé que no sabían cuidar, a ser dos jóvenes exitosos con una hija de cinco años de edad, muy cariñosa y simpática.

Los dos se convirtieron en escritores. Al verse en la obligación de hacer las cosas desde casa para también cuidar de su hija, Jughead ahora es un famoso escritor de unas excelentes novelas y Betty escribió varios libros sobre maternidad y temas relacionados que se hicieron muy famosos. Se mudaron a una casa más grande y espaciosa para seguir criando a Mía. La niña siempre estaba rodeada de amor y era más que feliz, al menos por ahora.

Madurar llevaba sus consecuencias. No era lo mismo una relación de dos adolescentes que la relación de dos adultos igual de traumados por asuntos del pasado.

<<<<<<<<<<<<<<<<•••>>>>>>>>>>>>>

Betty y Jughead estaban en el parque, sentados en un banco, admirando a su hija jugar mientras estaban tomados de las manos.

Lo que uno sentía por el otro no había cambiado en nada, aunque de vez en cuando se presentaran inconvenientes que normalmente aparecen entre las parejas.

—¡Mami, papi! ¡Mírenme!— Gritó Mía mientras se deslizaba por un tobogán.

—¡Eso es mi amor!— La animó Betty, aplaudiéndole.

—¡Esa es mi niña! ¡Te amo!— Le gritó Jughead con una sonrisa de orgullo.

Mía es la niña de sus ojos, su universo y su motivación para seguir adelante todos los días. Ella los une aún más.

Mía es feliz. Sus padres no podrían estar más orgullosos de ella. Verla jugar y divertirse en él área infantil del parque no tenía precio para ellos.

—Mírala. Algún día va a crecer tanto que este momento solo será un recuerdo— Admitió Betty, soltando un suspiro.

Jughead la miró y la rodeó con su brazo. —Lo se. Por eso me gusta traerla y ver como juega. Creo que no le vendría mal algo de compañía—

Betty miró a su novio con una ceja alzada. —¿A que te refieres?—

—Yo... solo me refiero a que seria genial si le diéramos a la niña un compañerito de juegos. Tal vez un... ¿Un hermanito?— La miró.

—Jug, no. No ese tema otra vez— Negó Betty, mirándolo seriamente. —Ya lo hablamos. Te dije que no quiero tener más hijos—

—Pero amor... sólo piénsalo. ¿No crees que sería genial tener un bebé ahora? Tenemos dinero, somos exitosos, tenemos una casa enorme y nada nos impide eso. ¿Te imaginas tener un niño? ¿Un varoncito? O tal vez otra nena. Así Mía tendría una compañera de juegos—

—No— Se negó la ojiverde, seria. —Ya lo hablamos y mi respuesta sigue siendo no. Yo... no tengo una buena experiencia con eso y no quiero que vuelvas a tocar el tema. ¿Entendido?—

—Nena, cálmate. Tampoco quiero que te enojes— Contestó Jughead, poniéndose de pie. —¿Por qué tienes que exagerar todo?—

Betty abrió su boca, indignada. —¿Yo exagero todo? A ver... ¿Por qué mejor no dejas el tema del bebé? ¿Para que quieres otro bebé? Claro... tú no eres el que va a sufrir teniendo a ese bebé— Lo acusó.

—¿Están peleando?— Preguntó Mía, acercándose y mirándolos a ambos, asustada. —¿Por que están discutiendo?—

—Nadie está discutiendo aquí mi amor— Negó Betty, sonriéndole y apartando un mechón de su largo y negro cabello de su rostro.

—Vámonos a casa— Exigió Jughead, sacando las llaves del auto.

—Pero todavía no es de noche papi— Dijo Mía, mirando a su padre con sus enormes y curiosos ojos azules.

—Jug, ¿Que haces?— Le preguntó Betty, mirándolo, algo enojada.

—Dije que nos vamos a casa ahora— Exigió.

Betty miró a su novio con enojo y luego miró a su hija, sintiéndose mal por la pequeña. Ésta se había quedado con todas las ganas de jugar.

—Vamos a tener mucho tiempo para seguir viniendo mi amor. Ahora a casa— Le dijo Betty, sonriéndole.

Mía asintió con una pequeña sonrisa y fue al auto con sus padres, en el asiento de atrás.

La tensión entre Betty y Jughead mantenía el ambiente en silencio. Las peleas eran demasiado constantes últimamente.

Jughead mostraba interés en tener otro hijo, pero Betty no. Lo que él no sabía eran los motivos por los que ella no quería. Son mucho más profundos de los que él cree.

El pelinegro condujo hasta que llegaron a casa y luego bajaron en total silencio. Entraron a su gran y hermosa casa y Mía empezó a correr por toda la sala.

Tenía demasiada energía todo el tiempo y cuando no tenía oportunidad de jugar con la hija de Tabitha y Reggie, se sentía sola y se aburría.

—Mía, ya basta. Te puedes caer— La regañó Jughead.

Mía dejó de correr y se acercó a su padre. —¿Para que vinimos tan temprano? Yo todavía quería jugar—

—Llegamos temprano porque tú necesitas descansar, pequeña— Respondió Jughead, agachándose y dejando un beso en la frente de su hija.

—Pero mañana no hay escuela— Le recordó la niña.

—Vamos a ver una película y a comer palomitas hasta que te dé sueño y te duermas mi amor. ¿Te parece bien?— Propuso Betty. —La que tú quieras—

—¡Quiero ver Miraculous!— Chilló la menor, aplaudiendo.

—Pero esa no es una película— Dijo Jughead, divertido.

—Que sea lo que la niña quiera. Ven mi amor— Contestó Betty, tomando la mano de su hija.

Vieron juntos lo que Mía quería, pero la pequeña no resistió y se durmió media hora después. Sus padres la llevaron a su habitación y le cerraron la puerta para luego irse a su cama.

Ahí estaban los dos, sentados sobre la cama, uno al lado del otro. No decían una palabra, no se atrevían.

—¿Qué nos esta pasando?— Preguntó Betty en voz baja, mirando a su novio.

Jughead suspiró, sin mirarla. —No lo se. Supongo que solo maduramos—

—No me gusta— Contestó la rubia. —Lo siento— Lo miró.

Jughead la miró y puso su mano sobre la pierna de la chica. —Yo también lo siento—

Betty miró la mano de Jughead sobre su pierna y luego lo miró a los ojos, mientras él tenía sus ojos clavados a los de ella.

Y fue solo cuestión de segundos para que los dos se fundieran en un beso caliente e intenso.




😏😏 Ya se lo que sus pequeñas mentes maquinadoras están pensando 💭

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


😏😏 Ya se lo que sus pequeñas mentes maquinadoras están pensando 💭

¿Están a favor de que nuestra querida pareja engendre otro hijo?


Samy ❤️

Error Adolescente |Bughead| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora