"Capítulo 57"

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Betty tomó aire, cerrando los ojos. —En realidad te traje aquí para decirte algo muy importante—

Jughead la miró con los ojos llenos de ilusión. ¿Será que ella le declarará sus sentimientos? ¿Ella le pedirá que regresen?

—No se como decírtelo, aunque creo que te dará gusto, no se— Supuso Betty, empezando a jugar con sus dedos, nerviosa.

—¿Es algo malo o que?— Preguntó Jughead, preocupado.

—Oh no, no. No lo se... tengo miedo Jug... yo no quería esto— Confesó, dejando salir las lágrimas que salían como cascadas de sus ojos verdes y cansados.

—Oye, no, Betty. No quiero que llores, mírame— Le pidió, tomando su rostro entre sus manos y mirándola fijamente. —Mira... han pasado cosas entre nosotros. Pero aún así me preocupo por ti y me importas mucho Betty. No se lo que me vas a decir, pero quiero que sepas que puedes confiar en mi. Suéltalo sin miedo— Le sonrió.

Betty fijó su mirada en los ojos del pelinegro, explorando ese azul profundo en su mirada. Él le daba confianza y él la hacía sentirse segura.

—Vamos, te escucho— Le dijo, volviendo a sonreírle.

Betty tomó aire y volvió a cerrar los ojos. —Estoy embarazada Jughead—

Eso si que no se lo esperaba. Él la miró, atónito y con los ojos cristalizados. —¿Que? ¿Como?— Hizo un silencio, mirándola. —¿Es mío?—

—Maldito idiota— Contestó Betty, separándose de él, enojada. —¡Claro que es tuyo! ¡¿Con quien más me he acostado?!—

—Nena, relájate. Es que... como estamos separados pensé que tal vez conociste a alguien y... no se. Pero yo no quise decirte que...

—¡Esto es tu culpa!— Le gritó mientras lloraba. —Lo hiciste a propósito. ¡Me embarazaste a propósito la noche que decidiste irte!—

—Oye, yo no quise embarazarte— Negó, acercándose a ella. —Y nosotros usamos un maldito condón esa noche. ¿Por qué nos pasan esas cosas a nosotros?—

—No lo se, señor quiero un segundo hijo pero mi novia no quiere— Se burló, mirándolo, enojada.

Jughead tomó aire. —Mira... sí quería otro hijo, pero no quería tenerlo sin que tú estuvieras de acuerdo. Yo respeté tu decisión. Cumplí con cuidarme y cuidarte a ti para que esto no pasara, pero pasó y no creo que halla sido mi culpa—

Betty se tomó un momento para respirar y relajarse. —Tienes razón. Nosotros nos cuidamos y el hecho de que no funcionara no fue tu culpa. Además, no se sorprende que se rompiera. Esa cosa tiene un tamaño monstruoso— Admitió, alzando una ceja.

—Eso fue muy dulce, Betts— Admitió Jughead, divertido, pero su rostro cambió cuando vio que Betty empezó a llorar, sentándose al borde de una fuente de agua del jardín. —Oye... ¿Ahora por qué lloras? ¿Las hormonas o algo así?—

Betty lo miró, con las lágrimas bajando por sus mejillas. —¿Enserio me estas preguntando que por qué estoy llorando? ¡Yo no quería otro bebé, maldición!—

—Tranquila. Vamos a hablar de esto para ver qué podemos hacer— Sugirió Jughead, sentándose a su lado y acariciando su espalda. —Mira... se que estuviste muy estresada estos días. Te vi muy mal y ahora comprendo por qué. Estás trabajando demasiado, cuidando a nuestra hija y ahora estás... estás pasando por un embarazo que no quieres—

—Y no estoy contigo— Murmuró la rubia, con la mirada baja, limpiándose las lágrimas.

Jughead alzó una ceja. —¿Que dijiste?—

Ella lo miró y negó. —Nada. Jug... tengo muchísimo miedo. ¿Que voy a hacer con otro bebé? No estoy lista, no voy a poder, no quiero—

Jughead suspiró, mirándola fijamente. —De acuerdo, no quieres al bebé. Quiero que sepas que voy a respetar la decisión que tomes— Bajó la mirada, tratando de contener las lágrimas. —¿Quieres abortar?—

Betty lo miró, y lo que vio en su mirada le quebró el alma. Jughead estaba ilusionado con un nuevo hijo.

—No lo se— Contestó la ojiverde. —Yo no quiero bebés... pero no sería justo abortar. Tuvimos a Mía cuando no teníamos nada. Ahora que lo tenemos todo, no sería justo deshacernos de este bebé—

Jughead asintió, mirándola. —Tienes razón. Entonces... ¿Que vamos a hacer?—

Betty no le respondió. Solo lo miró fijamente un segundo para luego abalanzarse a él, atrapando sus labios en un beso que hace rato le quería dar.

Él le correspondió, pues nunca se negaba a besar los labios que lo enloquecían. El beso duró hasta que a ambos se les acabó el aliento.

Jughead se separó y la miró, con una sonrisa. —¿Esa fue una respuesta?—

—Te necesito, Jug— Confesó la rubia en voz baja, acariciando el rostro del chico, con los ojos cristalizados.

Jughead la abrazó. —Tranquila. ¿Que pasa? Se que estás así por algo más y no solo por lo del embarazo— Se separó.

Betty tomó aire. —No lo se. Es que tengo tanto miedo... siento tanto miedo como... la primera vez que...—

—Shhh... creo que se lo que te pasa— Aseguró el ojiazul, acariciando el rostro de la rubia. —Mira... fue muy duro el primer embarazo. Estuve ahí de principio a fin y vi lo mucho que sufriste. Créeme, yo también tuve miedo. Tuvimos que convertirnos en adultos mucho antes de lo planeado y estábamos a cargo de una hija que no sabíamos cuidar. Recuerdo que casi... casi te pierdo cuando nació nuestra hija. No sabíamos que hacer con ella después de que nació porque solo lloraba. Es eso... ¿Cierto? Esta bien, dímelo—

Betty lo volvió a abrazar. —Está bien, supongo que aún estoy algo traumada... ¿Sabes?— Se separó, bajando la mirada. —Pasé por demasiadas cosas cuando tuve a Mía y me prometí que no me volvería a meter en esto, pero aquí estoy, embarazada otra vez y con una niña pequeña a mi cuidado—

—Oye, pero que no se te olvide que no estás sola, Betts— Le recordó mientras aún acariciaba su rostro, dejando un pequeño beso en su frente. —También es mi hija, también es mi bebé y es mi deber ayudarte con ellos—

Betty sonrió y lo abrazó. —Lo se. No me gustaría tener hijos con alguien más que no fueras tu—

—Eres la mejor, nena— Aseguró Jughead, abrazándola. —¿Y qué hay de nuestra relación?—Preguntó, separándose.

—De eso hablaremos después— Decidió, mirándolo.







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Samy ❤️

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