—No. Vamos a ver— Propuso el chico, tomando la mano de la rubia.
Ni siquiera tomaron en cuenta que estaban tomados de las manos. Solo se concentraron en descubrir quien quería visitarlos a esas horas y por qué.
—Yo abro amor—Le susurró Jughead a la rubia y luego se acercó más a la puerta. —¿Quien es?—
—Yo... estoy buscando a Elizabeth... Elizabeth Cooper. ¿Se encuentra ahí?— Preguntó la voz de un hombre algo mayor.
Betty alzó una ceja, mirando a Jughead. —Esa voz me resulta familiar. ¿Quien es?— Preguntó.
—Soy Harold... Harold Cooper. Soy tu padre, Betty— Aseguró aquella voz.
Betty sintió su corazón acelerarse a millón y en un gesto desesperado abrió la puerta y vio ahí a su padre. Se veía cansado y delgado, como un perro abandonado o quizá peor.
—Pa... papá...— Murmuró Betty, mirando a su padre con los ojos cristalizados y abiertos como platos.
—Hola Elizabeth— La saludó.
Ahí Betty cayó, pero por suerte Jughead pudo atraparla y no dejó que tocara el suelo y miró a Hall con ira. —No creo que Betty desee verlo ahora— Miró a Betty, quien permanecía inconsciente. —Betts, amor, ya pasó. Despierta, por favor...
Hall no dijo nada y él mismo cerró la puerta para tal vez marcharse. Vio lo que le causó a su hija y también vio lo mucho que le importaba a Jughead, el chico que él consideraba que le arruinó la vida a la rubia.
Jughead no le dio importancia a Hall y llevó a Betty hasta el sofá más cercano, muy preocupado. —Betts, Betty... por favor nena... despierta amor—
Betty abrió lentamente los ojos y una vez que tuvo conciencia, se sentó sobre el sofá, exaltada. —Jug... ¿Tu también viste lo que yo vi? Era papá...
—Oye, oye, cálmate. Acabas de desmayarte. Relájate por favor— Insistió Jughead, posando una mano en su mejilla. —Si, yo también vi a tu padre. Estaba en la puerta y se acaba de ir, pero yo...
—¡Papá!— Lo llamó Betty, poniéndose de pie y corriendo otra vez a la puerta principal.
—Betty, espera— Pidió Jughead, corriendo detrás de ella.
Betty volvió a abrir la puerta principal y buscó a su padre con la mirada al frente de la casa. —¿Papá? ¿Aún estás aquí?—
Hall apareció frente a ella y le sonrió levemente. —Hola Elizabeth—
Betty tomó aire, tratando de no volver a desmayarse. Jughead se quedó detrás de ella, conteniéndola.
Jughead miraba a Hall, no confiaba en él. Él había sido el causante del sufrimiento más grande de lo que más ama en el mundo.
—¿Que haces aquí?— Se atrevió a preguntar Betty, mirando a su padre, seria.
—Hija, solo vine a hablar contigo, pero necesito que me escuches— Suplicó Hall.
—Pero... ¿Por que debería hacerlo? ¿Ya olvidaste lo mucho que me hiciste sufrir? ¿Olvidaste todo lo que llore por tu rechazo, humillaciones y reclamos?— Preguntó Betty, con los ojos cristalizados.
—Shhh... cálmate— Le susurró Jughead a Betty, acariciándola de los hombros.
Hall tomó aire, bajando la mirada. —Lo se, Elizabeth. Lo se... pero en estos últimos años he estado reflexionando y no sabes cómo me arrepiento de hacerlas abandonado a ti y a tú madre cuando más me necesitaban. Eres mi única hija, Elizabeth. Por favor escúchame porque no me queda mucho tiempo—
Betty lo miró y su corazón se quebró. Hall la había hecho sufrir, pero seguía siendo su padre.
Ella miró a Jughead en busca de alguna respuesta y él le sonrió.
—Se que la decisión que tomes será la correcta— Aseguró Jughead, mirándola.
Betty asintió y miró a Hall nuevamente. —¿Quieres pasar? Pero que sea rápido—
Hall aceptó y los tres volvieron a entrar a la casa. Se sentaron en la sala, al principio en silencio.
Un silencio muy muy incómodo.
—¿Qué tienes que decir?— Le preguntó Betty a su padre, mirándolo seriamente. —Que sea rápido y no me hagas perder el tiempo, por favor—
—Elizabeth, no se por donde empezar contigo, con tu novio— Miró a Jughead y luego a su hija nuevamente. —Se que me equivoqué, cometí errores y desde un principio no aprobé su relación. Hija, te dejé y te traté mal cuando te embarazaste y pensé que ya no tenías futuro. Pero te vi en la televisión en estos días y ahora vengo aquí y veo la vida que tienes. Lo hiciste, hija. El error que cometiste no te impidió llegar lejos y estoy orgulloso—
—¿Solo viniste a buscarme porque ahora soy exitosa? ¿Por interés?— Preguntó Betty, con las lágrimas bajando por sus mejillas.
—No hija, no— Negó Hall. —Estoy muriendo, Betty. Tengo leucemia y no me quedan esperanzas. Me quedan muy pocos meses de vida— Les pasó a Betty y a Jughead unos papeles que traía en mano.
Betty y Jughead observaron aquellos papeles y se dieron cuenta de que Hall decía la verdad. Estaba muriendo.
Betty se quebró. Su padre le hizo daño, pero no dejaba de ser su padre.
—Por eso estoy aquí, Betty. Quiero empezar de nuevo porque no me queda mucho tiempo. Quiero arreglar las cosas contigo, con mi yerno, tu madre y... y mi nieta. Me alegra que decidieras tener a la criatura. ¿Donde está?— Preguntó Hall.
—Mami, papi...— Los llamó la niña desde las escaleras, con sus ojitos cansados y con su pequeño oso de peluche en mano, mirando a Hall. —¿Quien es el?—
Jughead se puso de pie y fue a buscar a su hija. La tomó en sus brazos y regresó hacia donde estaban Betty y su padre, sentando a la niña en su regazo.
—Papá, ella es mi hija, Mía Jones Cooper. Tiene cinco años. Mi amor...— Miró Betty a su hija. —El es Hall, tu abuelo. Es mi papá—
Mía miró a sus padres y luego a Hall, confundida. —Yo pensé que solo tenía un abuelo—
Hall soltó una pequeña risa y abrió sus brazos. —Ven a saludar a tu abuelo, chiquita—
Mía miró a sus padres otra vez, y éstos la animaron a saludar a Hall.
Fue extraño, pero también necesario. Hall realmente estaba muriendo y quería hacer las cosas bien.
Esto fue necesario para cerrar una vieja herida del pasado, pero aún habían heridas profundas que sanar.
Vendrán bastantes cosas interesantes para nuestro Bughead 👀¿Creen que fue bueno perdonar a Hall?
Samy ❤️
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Error Adolescente |Bughead|
FanfictionDos chicos que están a nada de graduarse de la secundaria e iniciar sus vidas, pero cometen un error que puede comprometer su futuro y tal vez sus vidas para siempre