Esa tranquilidad y calidez que arropó mi corazón permitió que pudiera entregarme a ese agotamiento extremo.
Cuando volví a despertar, me sentía algo desorientada todavía. La enfermera estaba ahí al lado dándome indicaciones del proceso a seguir ahora. En la habitación se encontraban todos aglomerados, Ansel, Louis y mi padre. Por fortuna, mi madre no estaba por todo eso.
Según la enfermera, me tocaba ponerme de pie, pero el dolor estaba despertando y era horrible. Tenía la sensación de que mis órganos se saldrían por la herida de la cesárea.
—Nosotros nos encargamos, señorita. Queremos llevarla a NICU.
Mis pechos se sienten sensibles y adoloridos. Lucen un poco más grandes, como inflamados. En la bata que traía puesta en esa zona estaba una especie de mancha blanca. Jamás tuve este tipo de sensaciones en los pechos, ¿por qué ahora de repente me está ocurriendo esto?
Caminé por el pasillo del hospital con ayuda de Ansel y Louis; uno en cada extremo. Era doloroso e incómodo caminar conectada a esa máquina.
—¿Cómo te sientes, princesa? — Louis rompió el silencio—. Gracias a Dios todo salió bien. El doctor ha hecho un buen trabajo. Ha venido a verte varias veces para asegurarse de que estés bien. Todo el personal ha estado bien al pendiente de ti y de nuestros bebés. Los han dejado juntos compartiendo la misma incubadora.
—¿Cómo están?
—Están muy bien. Ambos nacieron sanos. Los tendrán bajo observación. Según el doctor, deberán quedarse unos días. Tú podrás regresar a casa mañana. Allá podrás estar más cómoda y tendré todo preparado para que te des un buen baño y puedas relajarte. Necesitas recobrar todas las energías que has pérdido.
—¿Y tú estás bien? — le pregunté a Ansel, al notarlo tan callado.
—Busca hacerse el duro y el fuerte delante de ti, pero si hubieras visto cómo estuvo desde que perdiste el conocimiento. Ha estado entre tu habitación y la puerta de NICU. No se ha quedado quieto ni un segundo. Me tenía mareado con tanta vuelta.
—Tú… — Ansel entrecerró los ojos.
¿Qué ha sucedido entre estos dos desde que me entregué a los brazos de Morfeo? Hasta se ven más relajados, como si hubieran arreglado sus diferencias y fueran grandes amigos.
Aunque por lo regular no aceptan más de dos personas como visitantes, debido a que el caso nuestro es distinto y especial, les permitieron entrar conmigo.
Por Dios, era como ver dos ángeles ahí tendidos. Una calidez invadió mi pecho y un revuelo de mariposas se situó en mi estómago. No había tenido el placer de verlos por mucho tiempo y ahora estaba ahí, al lado de ellos, contemplándolos con detenimiento y endulzándome el alma con la dulzura y pureza que emanan.
Adentré mis dos manos por ambas puertas para acariciar, así fueran, sus pequeñas manitas entrelazadas y una lágrima se deslizó por mi mejilla al sentir su piel perfecta, delicada y suave. Sus temperaturas corporales eran cálidas.
Louis sonreía al verlos sin disimular u ocultar su felicidad y emoción. Cada día me enamora más su sonrisa.
Vi al otro extremo de la incubadora a Ansel, dibujando con su dedo índice pequeños círculos en la ventanilla. Su expresión lucía más serena. Puedo jurar que acabo de ver una tierna curva en la comisura de sus labios.
Siento que es la primera vez que conozco esta faceta suya y, por alguna extraña razón, no sé si era por la misma situación y emoción del momento, pero el solo hecho de verlos a los dos reaccionar así, hace que mi corazón comience a martillar frenéticamente en mi pecho. Quisiera detener el tiempo, grabar cada detalle de sus expresiones, porque cada una de ella, me derrite hasta más no poder.
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Redención (EN PAUSA)
FantasiStacy se verá inmersa en un juego peligroso donde nada es lo que parece. Tras un encuentro fortuito, Stacy descubre que hay seres sobrenaturales acechándola en las sombras. Criaturas poderosas y enigmáticas parecen estar interesadas en ella y en los...