ESPECIAL (CAPÍTULO CINCUENTA Y CUATRO)

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Stacy

La sala se llenó de tensión cuando mis dos esposos, mis hijos, Bael, Azazel, Vala, y yo nos paramos frente a todos los vampiros reunidos. El odio y la rivalidad emanaban en el aire, y podía sentir las miradas de desprecio clavándose en mi piel. Pero no permitiría que eso me intimidara. Ya había tomado una decisión y estaba dispuesta a acabar de una vez y por todas con esta rivalidad que ya ha existido desde que yo tomé la posición de la Sra. Khali. No pienso dejarme pisotear, humillar o menospreciar por ninguno de ellos.

Mis ojos recorrieron la multitud, cada rostro lleno de desconfianza y rencor. Sabía que muchos de ellos no estaban dispuestos a aceptar mi liderazgo, especialmente por mi linaje como bruja. Pero estaba decidida a imponerme y demostrar mi poder.

Sin rodeos ni titubeos, me dirigí a ellos con una voz firme y desafiante. No iba a tolerar más desafíos ni rebeliones. Era hora de que comprendieran que las reglas habían cambiado, y que mi autoridad prevalecería sobre la de Hasal y la Sra. Khali.

—Escuchen atentamente—proclamé, dejando claro mi dominio—. Hoy los he reunido para darles una buena noticia, que estoy segura que ya ha llegado a oídos de muchos. Hasal ha sido eliminado. He acabado con él y con sus esposas. Entre ellas, debo admitir abiertamente que la Sra. Khali también fue parte del paquete. No habrá más líderes déspotas ni tiranías en esta comunidad.

Las palabras resonaron en la sala, causando un silencio incómodo. Miré fijamente a cada uno de ellos, asegurándome de que entendieran el mensaje que estaba transmitiendo.

—De ahora en adelante, yo tomaré el control. No toleraré desobediencia ni traiciones. Quien no esté de acuerdo con mi liderazgo, que lo diga ahora y enfrentará las mismas consecuencias que Hasal, la Sra. Khali y sus seguidores.

Un murmullo inquieto se extendió entre ellos, mezcla de sorpresa y temor. Podía sentir cómo mi poder y determinación comenzaban a calar en sus corazones. Quería que se sintieran intimidados, que bajaran la cabeza ante mí.

—Estoy dispuesta a enviar a aquellos que se opongan a mí a hacerle compañía a Hasal y sus esposas—declaré con una fría certeza en mi voz—. Otra noticia que deseaba brindarles, es que la plaga ha sido exterminada, todo apunta a que fue creada por Hasal y sus seguidores para hacer el mal y hacerme ver como una incompetente frente a todo el mundo. Ahora bien, son libres de creer en lo que quieran. Para ser honesta, me da igual. Pero les advierto; no subestimen mi poder ni mi voluntad de proteger a los míos y mantener el orden en nuestra comunidad.

El silencio se hizo aún más pesado. Las miradas de desafío comenzaron a ceder ante la realidad de mi fuerza y determinación. Era hora de que entendieran que no podían ignorar mi autoridad.

—Sin nada más que decir, pueden retirarse.

Concluí mi discurso, mirando a cada uno de ellos con una mirada penetrante. No había dudas sobre mi liderazgo, y esperaba que lo aceptaran o enfrentaran las consecuencias.

La sala se sumió en un silencio tenso, mientras cada vampiro absorbía mis palabras. Era el comienzo de una nueva era, y aquellos que no estuvieran dispuestos a aceptarla pronto descubrirían que desafiarme es un peligro que ninguno de ellos está preparado para enfrentar.

Así, con mis dos esposos a mi lado y mis hijos observando en silencio, afirmé mi autoridad y establecí mi dominio sobre los vampiros reunidos. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero estaba dispuesta a enfrentar cualquier desafío que se presentara para proteger a los míos y asegurar nuestra supervivencia en este nuevo orden.

[...]

Salimos de la reunión y nos encontramos con un tal Radna, quien se presentó ante nosotros como el primer familiar de la Sra. Khali. Me sorprendí al verlo y un sentimiento de desconfianza se apoderó de mí. ¿Cómo podía seguir existiendo un familiar después de la muerte de su dueña?

—¿Cómo es posible que sigas existiendo como familiar después de la muerte de tu dueña?

Sin embargo, Radna rápidamente aclaró la situación. Explicó que él y la Sra. Khali no tenían un contrato fijo de familiaridad, sino que fue un pacto de lealtad y servicio.

—¿Por qué ustedes no me comentaron nada? —miré a mis esposos.

—Hace muchos años no lo veíamos—alegó Ansel.

—Ansel tiene razón. Hace muchos años que no aparecía por aquí. Pensé que el pacto entre ellos había culminado mucho antes de la partida de mi hermana—comentó Louis.

—Ya veo…

—Fue él quien me ayudó—Azazel rompió el silencio y todos lo miramos—. Gracias a él, que pudo transferir mi alma a este cuerpo, es que estoy aquí.

—Entonces, ¿ustedes son aliados? —dije con suma desconfianza—. Peor todavía.

—No fue para tanto. Yo no tengo nada que ver con las fechorías que hizo este—se desprendió Azazel.

—¿Qué fechorías?

Radna se puso la mano en el pecho, volviendo su mirada hacia mí.

—Fui yo quien cree la plaga.

Su confesión me dejó atónita. No pude evitar sentir una mezcla de indignación y curiosidad.

—¿Tú?

—Fue una prueba para evaluar tu capacidad de liderazgo. Lamento profundamente el daño causado, pero creía necesario asegurarme de que fueras digna de liderarnos.

—¿Cómo pudiste jugar con la vida de tantos inocentes solo para ponerme a prueba?

Me quedé en silencio mientras él bajaba la cabeza, ofreciéndome disculpas y poniéndose a mi disposición.

—¿A mí disposición? No puedo aceptar a alguien que causó tanto sufrimiento e infectó a tantos. Incluso puede que hayas sido el primer familiar o sirviente de la Sra. Khali, pero eso no significa que merezcas mi confianza.

Mis palabras fueron duras y directas. No podía permitirme ser ingenua ni dejarme llevar por la compasión. La traición y la manipulación no serían toleradas en mi nuevo liderazgo. Si Radna o Azazel deseaban estar a mi lado, tendrían que demostrar su lealtad y reparar el daño que habían causado, especialmente a Azazel, pues ahora que mi hija está con él, debo mantenerlo vigilado el doble.

—Estoy dispuesto a hacer lo necesario para ganarme tu confianza y reparar el daño que causé— dijo Radna.

Enfrenté sus miradas, sin ceder ante la presión o las expectativas. Estaba decidida a liderar con mano firme y justicia, sin importar las circunstancias o las complicaciones que se presentaran en el camino. Si querían formar parte de mi círculo de confianza, tendrían que ganárselo con acciones, no solo con palabras vacías de arrepentimiento.

Redención (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora