ESPECIAL (CAPÍTULO TREINTA Y TRES)

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Después de mi conversación con mi madre, decidí buscar respuestas adicionales sobre Azazel. Me sentía intrigada y necesitaba entender por qué su nombre me provocaba esta extraña sensación de familiaridad, además de entender por qué es un tema tan evitado.

En mi regreso a casa, decidí acercarme a Vala y llevarla conmigo a un lugar donde nadie más pudiera escucharnos.

—Vala, te he traído aquí porque necesito preguntarte unas cosas.

—Claro, dime.

—He escuchado mencionar a Azazel. ¿Podrías decirme más sobre él? Mi madre mencionó que era el hermano de mi padre y que murió antes de que yo naciera. Pero siento que hay algo más, algo que no me han dicho.

Me miró en completo silencio, mientras reflexionaba sobre cómo responder a mi pregunta.

—Azazel... fue un hombre complicado y problemático, Noa. Era el hermano de Ansel, tu padre, pero a diferencia de él, Azazel estaba inmerso en la maldad y oscuridad, lleno de envidia y odio hacia Ansel. Era conocido por su habilidad para controlar la mente de otros y solía usar su poder para manipular y hacer daño. Era un chantajista maestro y malvado.

Mis ojos se abrieron de par en par ante sus palabras. No podía creer lo que estaba escuchando. Mi tío, el hermano de mi padre, había sido alguien peligroso y malintencionado.

—Entonces, ¿Azazel era malo? ¿Por qué nunca me hablaron de él? —pregunté, luchando contra la mezcla de emociones que me embargaba—. En primer lugar, ¿por qué sentía envidia y odio hacia mi papá?

—Para tu familia, no es fácil hablar de él, especialmente para tu madre. Después de todo, él le hizo mucho daño. Azazel sufrió de un amor no correspondido. Se enamoró perdidamente de una mujer que solo tenía ojos para tu padre. De ahí nacieron esos sentimientos tan dañinos.

—¿Esa mujer era mi mamá?

—No, fue otra mujer.

—Ya veo, debió ser difícil. Dijiste también que le hizo mucho daño a mi mamá, ¿a qué te refieres? ¿Qué le hizo?

—No quiero entrar en detalles al respecto, solo puedo decirte que le hizo mucho daño.

—¿Hay algo más que deba saber sobre Azazel? ¿Qué pasó con él? ¿Cómo murió? —pregunté, buscando respuestas adicionales.

—Solo por curiosidad, ¿tus preguntas y dudas no están relacionadas con tu desaparición? ¿Realmente no recuerdas nada de lo que ocurrió durante ese tiempo?

Su pregunta me tomó por sorpresa. Me quedé en silencio por un momento, sintiendo cómo la sospecha se apoderaba de mí.

¿Por qué estaba cuestionando mi propia desaparición?

—No tengo recuerdos de ese período de tiempo. No sé qué me sucedió. Es como si esos días simplemente desaparecieran de mi mente—respondí, tratando de expresar mi confusión genuina—. Lo único que recuerdo es haber despertado en una cueva de aguas termales, rodeada de hermosas flores.

La expresión de sorpresa y pensamiento en su rostro no pasó desapercibida para mí. Sus ojos se entrecerraron ligeramente mientras parecía sumergirse en sus propios pensamientos. Era como si algo hubiera capturado su atención de manera repentina, algo que no esperaba encontrar.

—Las casualidades no existen—murmuró para sí misma, pero alcancé a oírla.

—¿Por qué lo dices?

—Deberías ir a descansar.

Aunque mi curiosidad seguía ardiendo en mi interior, tuve que resignarme a no recibir todas las respuestas que esperaba.

Redención (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora