ESPECIAL (CAPÍTULO VEINTICINCO)

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—A ese infeliz no le importa mi hermana en absoluto.

—Quizás es una máscara que nos muestra para ocultar lo que realmente siente hacia Noa. Después de todo, no cualquiera se arriesgaría a tanto por alguien más. 

—¿De qué hablas?

—¿No recuerdas esa manzana que tu hermana llevaba en sus manos ese día que fuimos a buscarla?

—Sí, pero ¿qué hay con ella?

—Dicen que en lo profundo del bosque encantado, se alza un árbol místico y único llamado el Árbol de las Manzanas de Ensueño.

—¿Las Manzanas de Ensueño? Nunca he oído tal cosa.

—Estas manzanas son un regalo de la naturaleza, cuidadas con amor y atención por las criaturas místicas del bosque. Pero hay una en particular que destaca por su perfección. Es la manzana más hermosa y deliciosa que jamás hayas visto o probado. Su sabor es dulce como la miel y su aroma embriagador.

—¿Y eso qué?

—Aquí está la parte más fascinante. Cuentan que un demonio, encantado por su amada y conocedor de su amor por las manzanas, se aventuró en el bosque encantado en busca de la Manzana de Ensueño. Él sabía que no cualquier manzana podría conquistar su corazón.

—¿Estás insinuando que se trata de la misma manzana? Es ridículo, Vala. ¿Realmente crees que ese imbécil haría algo así por mi hermana o que esa “Manzana de Ensueño” existe?

—La Manzana de Ensueño se convierte en el símbolo de su amor inquebrantable, un obsequio que trasciende su propia naturaleza demoníaca. Es una muestra de su deseo de hacerla feliz, de satisfacer sus anhelos y de estar presente en cada detalle.

—Ya, ¿y tú realmente crees en eso?

—Entiendo que pueda ser difícil de comprender desde tu perspectiva. Los seres humanos, o en tu caso, con tu naturaleza híbrida, a menudo se conforman con gestos más simples y terrenales. Sin embargo, para aquellos como nosotros, el significado y el valor de un obsequio como la Manzana de Ensueño van más allá de lo que se puede percibir a simple vista.

—Y la marca que me hiciste, ¿qué significado tiene para ti?

Sus pálidas mejillas adquirieron un tono rojizo y me sorprendió bastante su reacción.

—Entonces, ¿puedes verla? —su mirada conectó con la mía—. Las marcas que dejamos en el cuerpo son como susurros silenciosos del corazón, mensajes que solo los corazones atentos pueden descifrar. Cada trazo y cada curva lleva consigo una historia oculta, una conexión que solo puede ser sentida por aquellos dispuestos a abrir su alma.

—¿Y ese susurro, de casualidad, significa que soy tuyo?

Un breve silencio se instaló entre nosotros, cargado de anticipación y expectación. Sus ojos brillaron con una mezcla de nerviosismo y esperanza, y me di cuenta de que mi pregunta había desvelado sus verdaderos sentimientos.

—En ese susurro se encuentra el eco de mi corazón, el latido de un amor que ha crecido en silencio. No me atrevo a reclamar lo que no me pertenece, pero en cada trazo de esa marca, hay un anhelo, una invitación a que descifres su significado. Si estás dispuesto a aceptarla, si puedes sentir la conexión que nos une, entonces, tal vez... tal vez ese susurro lleve consigo una verdad que va más allá de las palabras.

El ambiente se llenó de una tensión cargada de emociones, mientras nuestras miradas seguían conectadas. En ese momento, comprendí que las indirectas habían sido mucho más que simples insinuaciones, eran un intento apasionado de expresar su amor en un lenguaje misterioso y simbólico.

Mi corazón se llenó de una determinación renovada. No podía negar la fuerza de la conexión que había surgido entre nosotros. Vala había dejado una marca en mi cuerpo, pero también había dejado una huella indeleble en mi corazón.

Tomé su mano con delicadeza, sintiendo la calidez de su piel y el pulso que latía en ella. Miré profundamente en sus ojos dorados y le respondí con una sonrisa cargada de emoción y aceptación:

—Ese susurro, que ha llegado a mi alma, es una invitación que no puedo ignorar—tomé suavemente su rostro entre mis manos, dejando que mis dedos acariciaran sus mejillas.

Nuestras miradas se encontraron de nuevo, y pude ver en sus ojos el brillo de la esperanza y el anhelo.

—Estoy dispuesto a explorar el significado detrás de esta marca. Hasta entonces, nunca te vayas de mi lado.

Nuestro acercamiento fue interrumpido por la voz de mi papá.

—¿Qué está pasando aquí?

Noa

Desperté en la cama de mi habitación, algo confundida y aturdida. Parpadeé lentamente, incorporándome lentamente. Sentí una extraña sensación recorriendo mi cuerpo y, al mirar hacia abajo, el terror se apoderó de mí.

Mi cuerpo había sufrido una transformación radical. En lugar de mis piernas humanas, ahora tenía una larga y sinuosa cola de serpiente. Mi piel era escamosa y reluciente, y mi reflejo en el espejo colgado en el armario me devolvió la imagen de una mujer completamente diferente. Los ojos, antes tan familiares, ahora eran rasgados y brillantes como los de una serpiente. Mi cabello, en lugar de caer suelto sobre mis hombros, se extendía en forma de cascada a lo largo de mi espalda, imitando las escamas de una serpiente.

Un grito desesperado escapó de mis labios, el sonido se estrelló contra las paredes de la habitación. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, amenazando con salir de el.

¿Qué estaba pasando? ¿Acaso estoy soñando?

Justo en ese momento, la puerta se abrió y entró Gabriel, con su presencia tranquilizadora llenando la habitación. Sus ojos se encontraron con los míos, y su rostro reflejó una mezcla de asombro y preocupación. Caminó hacia mí con cautela, extendiendo su mano en un intento de calmar mis temores.

—Tranquila—susurró con voz suave y reconfortante—. Esta eres tú. Esta es la verdadera Noa que habita en ti. Sé que esto es aterrador para ti, porque en estos momentos no recuerdas nada, pero quiero que sepas que eres hermosa, de una manera que podría hechizar a cualquiera.

Su elogio fue inesperado y me tomó por sorpresa. Sentí un rubor cálido subiendo por mis mejillas escamosas, mientras sus palabras acariciaban mi alma en un intento de calmar mi angustia.

—Gabriel, no entiendo qué me ha pasado—balbuceé, luchando por encontrar las palabras adecuadas—. Me siento como si estuviera viviendo en una pesadilla.

Él apretó suavemente mi mano y me miró con ternura. Sus ojos claros reflejaban una mezcla de aprecio y preocupación.

—No pensé que surgiera tan pronto, pero esto es lo que eres y no puedes renegar de el. Mírate—observó mi reflejo en el espejo y sonrió—. Eres una mujer hermosa, tanto en tu forma humana como en tu forma híbrida. Nunca olvides eso.

¿Forma híbrida?

Las palabras de Gabriel resonaron en mi interior, dándome un atisbo de esperanza en medio de la confusión y el miedo. Aunque mi apariencia había cambiado drásticamente y no tenía muy claro lo que estaba sucediendo, su apoyo inquebrantable me recordó que la verdadera belleza viene de dentro. Me aferré a su mano, encontrando consuelo en su presencia.

—¿Esto desaparecerá en algún momento?

—Sí, por lo pronto, intenta relajarte, ¿sí?

Redención (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora