TURN ME ON / SEUNGCHAN

5«Fracaso».

Quería disfrutar el momento, tomó su pequeña cadera entre sus manos e intentó ayudarla a moverse sobre él, pero lo cierto es que aquello no lo satisfacía y ella lo supo de inmediato.
Soltó un suspiro, uno cansado mientras se cruzaba de brazos y miraba el ceño fruncido de Christopher.

—Tiene que ser una broma.

—Lo siento. —Chris se disculpó, viendo como la chica se ponía de pie para bajar su falda hasta cubrir parte de sus muslos.—Sabes que...

—Si si, la maldita carrera, siempre es la misma historia.—Sana tomó sus cosas, no le sorprendió que Christopher no la detuviera, él no hacía esas cosas y ya estaba acostumbrada.
Pero a veces deseaba que lo hiciera, que mostrara un mínimo de interés por ella, aunque sabía que su relación no era de esas. Lo cierto es que ambos habían estado de acuerdo en no formalizar, su relación era seria, pero no eran oficialmente novios.

Y probablemente nunca lo serían.

—Sana...

—Olvídalo, Christopher.—Peinó un poco su cabello y volteo a verlo.
La habitación era un asco, ni siquiera era una habitación. Se trataba de un cuarto repleto de herramientas, el chico usaba ese lugar normalmente para reparar los autos junto a Bin, pero este último estaba demasiado ocupado preparándose para la carrera que Chris terminó por ocupar el lugar para tener sexo de vez en cuando con Sana.

Sin embargo, sus encuentros nunca terminaban como esperaba.

—Estoy cansada.—Susurra.—Estas excitado pero al parecer nada de lo que haga te satisface. ¿Me estás engañando o algo así?.

—¿Te estas escuchando?. —Chris se pone de pie, sube sus pantalones ignorando su enorme erección y camina hacia ella.—Te dije que es por la carrera, no es fácil hacer vida normal cuando me he preparado tanto tiempo para esto y al final mi hermano me reemplazará.

—Entonces deja de llamarme para estas cosas, me haces sentir demasiado inútil.

Chris la rodeo con sus brazos, atrayendola a su cuerpo y dejando un corto beso en su frente.
No era culpa de ella que su cuerpo actuará de esa forma, ni siquiera él podía controlarlo.

—Te amo. —susurra ella, levantando su mirada y encontrándose otra vez con esa sonrisa.

Esa extraña sonrisa que no decía nada, quizás debía comenzar a aceptar que Chris jamás respondería aquellas simples palabras. Él se inclinó para besar sus labios, sintiendo las cálidas manos de la chica bajar por su pecho hacia su abdomen.

Y la detuvo, viendo su reloj de muñeca para segundos después soltar una maldición que retumbó en todo el lugar.

—Lo siento, prometo retomar esto, tengo cita con el médico.

Volvió a caer, era la tercera vez que lo hacía desde que llegó, agradecía que Christopher le estaba dando la espalda, no soportaría volver a fracasar frente a sus ojos.
Sin embargo, todo su cuerpo dió un ligero temblor cuando una pequeña risa salió de los labios del mayor.