Seungmin es un patinador artístico , famoso, majestuoso, delicado como la nieve, pero tan frío como el hielo, tan capaz de cortar con una sola palabra.
Christopher es un corredor de autos de carrera luchando por su sueño de ser el mejor. Ambos pasan...
La señora Bang volvió dos semanas después, hay ojeras en sus ojos, su cabello está ligeramente despeinado y sus manos tiemblan cada vez que habla.
Ha permanecido en las sillas del pasillo, se niega rotundamente a entrar en la habitación de su hijo. No puedo culparla, no sé cómo podría sentirse una madre al ver a su hijo en esa situación.
—¿Crees que despierte?. —Pregunta en un susurro, tiene la mirada perdida en la puerta de la habitación. —¿Qué piensas de eso, Seungmin?.
¿Q-qué pienso?.
Yo...
—Los médicos dijeron que...
—No, no los médicos, no me importan los médicos.—Habla tranquila, pero parece pérdida, tal vez un poco perturbada.—Quiero escucharte a ti, pequeño, ¿crees que Chris despierte?.
Hay un nudo en mi garganta, tuve que tomarme unos minutos para poder responder. Retengo unos segundos mi respiración.
—Si. —respondo firme.—Chris despertará.
Su mirada está vacía, podría jurar que no la vi parpadear en ningún momento. Una triste lagrima se desliza por su mejilla.
Mi corazón se ha detenido en esa lagrima.
—¿Y si no lo hace?.
¿Q-qué?.
—No, él...
—¿Y si no lo hace, Seungmin?. —por primera vez sus ojos me miran, tan cálidos como los suyos, tan transparentes que todas sus emociones podían ser transmitidas a través de esa triste mirada. —¿Qué harás si mi hijo no despierta?.
Mi ceño se frunce, intento retener mis lágrimas antes sus palabras, la ansiedad sube por mi cuerpo, mis manos tiemblan antes de responder.
—Christopher despertará. —Me aferro a mis palabras, poniéndome de pie. —Él no se rinde fácil, eres su madre, deberías saber que es la persona más insistente que puede existir en el mundo. Chris luchará por vernos otra vez, Chris... él... despertará.
Mis piernas tiemblan unos minutos antes de caer al piso, pero mi cuerpo nunca llega a este, pues Changbin y Minho se encargan de sostenerme con fuerza y preocupación en sus ojos.
No pude ponerme de pie, tampoco pude seguir viendo sus expresiones.
Ahora solo puedo soñar contigo, Chris.
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Me incorporo rápidamente, el frío de la habitación me estremece, no hay rastro de Chris.
Solo me acompaña una furiosa mirada de parte de Changbin. Está sentado a un lado de la camilla, detrás de él está Minho, con sus brazos cruzados mientras mira sus pies.
—¿Qué ocurre?. —Pregunto.
Bin ladea su cabeza.
—Te desmayarte. —Responde Minho.
—¿Otra vez estas sin comer, Seungmin?. —Aparto la mirada ante su pregunta.—Lo sabía.
Tengo miedo, miedo de que se enoje conmigo.
—Lo siento...
—¿Por qué?, ¿no hablamos ya de esto?.
—No tengo apetito últimamente.—Me mira sin creerme, no puedo culparlo. —Lo juro Bin, no puedo comer, no... no me da hambre.
Las noches se habían vuelto una tortura, mi cabeza pensaba en todas las cosas que podían pasar. Pensaba en todas las cosas malas que cualquiera podría imaginar. Me ponía tan ansioso y nervioso que simplemente no podía comer, aunque me esforzara o comiera a la fuerza de igual forma terminaba dejando todo en el inodoro.
—Yo te ayudaré. —La mano de Bin se pone en mi pierna. —No voy a dejarte solo, pero por favor, no te alejes de nosotros, somos tus amigos Seungmin.
—Nosotros no podemos ayudar a alguien que no quiere ser ayudado. —Responde ahora Minho.
Creo recordar que Chris ha dicho algo como eso antes. Unas cuantas lágrimas salen de mis ojos, no las detengo.
—Lo he decepcionado.—mi voz se rompe. —Volví a decepcionar a Chris.
