88 Madre

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—Entonces...

Minho se cruza de brazos, su pie golpea una y otra vez el piso y su expresión no es de enojo, pero esta esperando de forma seria una respuesta que ya conoce.

Le arrancaría las pelotas a Christopher si pudiera.

—¿Llevas eso puesto por qué...?

—Hace frío.

Minho arquea una de sus cejas. Es evidente que no me cree y no lo culpo, yo tampoco me creería.

—Debes entrenar.

—Lo sé.

—Entonces quítate esa mierda. —Señala la bufanda alrededor de mi cuello. Suelto un suspiro, dándome por vencido termino por quitarme de mala gana la bufanda.—¡¿Qué demonios es eso?!.

Allá te voy diosito.

Changbin se acerca a paso apresurado a nosotros entre las gradas, su ceño está tan fruncido que cualquiera podría pensar que en realidad está enojado, y quien sabe, tal vez lo está.

Minho se cubre la boca mientras yo intento hacerme más pequeño frente a ellos.

Esto es tan vergonzoso.

La mano de Changbin toma mi mentón, lo levanta para examinar mi rostro y cuello.

—¡Dije que ni una marca!.—Cierra sus ojos. —Maldito animal, voy a castrarlo. ¡¿Y tú por qué mierda dejas que clave sus dientes en ti?.

Porque me gusta jeje.

—No me doy cuenta.

—No, creo que estas demasiado ocupado convirtiéndote en el mejor jinete.

—¡Minho!.

—Perdón.—Se aclara la garganta mientras siento mis mejillas encendidas.
Quizás debí ser más cuidadoso, no, corrección, Christopher debió serlo.

—Usaré maquillaje. —Digo. —Lo cubriré, yo...

—Si, usaremos todo el maquillaje que sea necesario. —Minho parece no darle mucha importancia a esas marcas. —De igual forma, el traje cubrirá la mitad de su cuello, necesito chequear tu espalda para saber si hay algo más que debamos saber.

No, Christopher no...

Demonios.

Changbin sube mi camiseta por la parte trasera, desliza sus fríos dedos por mi espalda y finalmente lo veo asentir hacia Minho, quien inmediatamente suelta un suspiro relajado.

Me salvé.

—Hablaré con el imbecil de mi hermano luego. —Changbin hace sonar sus dedos.—Malditas bestias hormonales, ¿pueden tener sexo sin dejar marcas?.

Minho vuelve a aclararse la garganta y lleva una mano lentamente a su pecho.

—No puedes quejarte. —Dice. —Tuve que cubrir muchas veces el cuello de Felix.

Las mejillas de Bin toman un color bastante notorio.

—Oh, y él sí tenía marcas en su espalda.

Oh mierda.

—No volverá a pasar. —Responde de forma rápida.

—Eso espero.

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TURN ME ON / SEUNGCHAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora