Seungmin es un patinador artístico , famoso, majestuoso, delicado como la nieve, pero tan frío como el hielo, tan capaz de cortar con una sola palabra.
Christopher es un corredor de autos de carrera luchando por su sueño de ser el mejor. Ambos pasan...
Sé que estos días han sido difíciles para ti, también sé que he cometido más de un error. Estas invitado a la cena del sábado, tu madre te extraña.
No olvides lo de siempre.
Saludos.
Tiro la carta al cesto de basura, como era de esperarse papá había encontrado mi nuevo paradero, y no se detendría. Chris entra a la habitación, quitándose el piloto y dejándolo a un lado de la cama, me mira unos segundos y luego vuelve a lo suyo.
—¿Por qué estás pensativo?.
—El sábado te-tengo cosas que hacer. —Me mira, como si intentará buscar algo en mi.—Asi que tienes el apartamento libre y tu cama.
—¿A donde iras?.
¿Qué demonios?.
—¿Acaso debo darte explicaciones?.
Pone las manos en su cintura, solo lleva unos boxers, es difícil no apartar la vista de sus ojos cuando todo sus tatuajes piden un poco de atención.
—Soy tu tutor.
—¡Mis bolas!. —Camino hacia la puerta pero entonces sus manos se aferran a mi muñeca.
—Escucha, creí que estábamos juntos en esto, yo te ayudaré en todo pero... -
—No puedes ayudarme en todo, Christopher. No eres mi padre, ni mi tutor, no somos amigos y no actúes como si fueras mi puta niñera.
Abre ligeramente su boca, está fastidiado, sé lo mucho que le molesta pelear y más si soy yo quien provoca dicha pelea.
Intento mantenerme derecho, serio y concentrado en sus ojos, pero no está ayudando si lo único que hace es respirar violentamente en mi rostro. Su pecho sube y baja, como si intentara tranquilizarse.
—Bien, has lo que quieras. —Suelta mi muñeca y camina nuevamente hacia su armario.—Supongo que entonces volverás el domingo. Desde ya te debo una disculpa.
¿Qué?, ¿una disculpa?.
—¿Por qué me...?. —Abro mis ojos cuando baja por completo sus boxers, dejando a la vista su trasero en primerísimo primer plano.—¡Christopher!.
—¡Lo siento!. —Se dirige al baño, ni siquiera soy capaz de apartar mis ojos de ahí.
—¡Te hace falta un poco de sol!.
—¡¿Quieres acompañarme con eso?!.
¡¿que putas insinúa?!.
¡¿Y por qué dije eso?!.
—Eres un puto asco.
—Siento no ser de su agrado, alteza.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
