TURN ME ON / SEUNGCHAN

29«SOFOCO»

Christopher.

La forma en que sus labios me besaron fue tan suave y sutil, tan cálido que mi corazón se ha acelerado a tal punto que no he podido respirar hasta que subí al auto.

¿Cómo voy a concentrarme en la carrera después de eso?.

Si Seungmin había usado el beso como forma de distracción realmente lo admiraba, había funcionado.
Acelero mi auto, haciéndolo rugir mientras el grito de la multitud nos alienta.

No necesito suerte.

No la necesito.

Cierro mis ojos, esperando el momento preciso para acelerar y auto y arrasar con los demás.
Tengo tiempo promedio de dos horas y una distancia media de 305 kilómetros.

Los tres primeros lugares son los más importantes.

Doy una última mirada a los pits/boxes, donde se encuentran Hyunjin, Jisung, mi hermano y aún lado el pequeño Seungmin, con las manos en el pecho mientras se mueve en su lugar de forma nerviosa.

Lindo...

60 y 120 kilómetros, el tiempo límite para cambiar los neumáticos, a esas alturas las llantas estarán desgastadas o en un estado peor. Agradezco haber probado la pista antes, ya conocía las vueltas y en que momento tendría ventaja para hacer parada en los pits.

Necesito tener la suficiente ventaja como para no perder mi lugar.

Doy un último respiro antes de comenzar la carrera.
La adrenalina sube por todo mi cuerpo en cuanto acelero, puedo escuchar la voz de Changbin por la radio, diciéndome lo bien que lo estoy haciendo y que no debo presionarme.

También dice que no importa perder, pero a mi si me importa.
Ya había perdido demasiadas carreras, no podía perder esta también.

No podía seguir siendo el fracaso de la familia, mi carrera había ido en subida y tras varios triunfos simplemente... fue en picada.
Los chicos no ganaban el dinero suficiente y yo seguía siendo igual de fracasado.
La carrera transcurre tranquila por el momento, puedo sentir mi cuerpo arder en calor, sudo por todos lados y es realmente asqueroso.
Pero había extrañado esa sensación.

Acelero a toda velocidad, mi cuerpo tiembla y las náuseas aparecen en cada curva que tomo.
Repito una y otra vez el último accidente, estrellándome contra las gradas y minutos después el auto se incendió.

Recordaba aquello con lujo de detalles y como me había jodido el brazo de forma tan estúpida.
Aunque agradezco que solo fue eso, una pequeña torcedura que no tomó mucho rehabilitar.

Ahora lo único que pensaba era cruzar la maldita línea de llegada y encontrarme con ese par de ojos oscuros que me habían quitado todas las dudas.

—¡La llanta, la llanta!. —Grito, sintiendo el ruido ensordecedor del temático explotar luego de quien sabe cuantas curvas. —¡Box!, ¡box!.

Entro a los box, e inmediatamente asisten al auto sin perder tiempo y una vez más y más rápido que nadie, me meto a la pista.

Tomo velocidad, pasando a la mayoría de los autos mientras veo como el auto azul y negro intenta chocarme por atrás, como la última vez.

¿Jugando sucio otra vez, Taeyong?.

Para mi suerte, puedo ver la bandera blanca y negra con el número de su auto. Lo que indica que tiene una advertencia.
Escucho la voz de Changbin, diciendo lo bien que lo estoy haciendo a pesar de que llevo cuatro autos por detrás.