Seungmin es un patinador artístico , famoso, majestuoso, delicado como la nieve, pero tan frío como el hielo, tan capaz de cortar con una sola palabra.
Christopher es un corredor de autos de carrera luchando por su sueño de ser el mejor. Ambos pasan...
Su cuerpo se mueve de arriba abajo mientras mis manos se encuentran en su cintura. Tiro mi cabeza hacia atrás, y por alguna razón la imagen de Seungmin saliendo del baño cruza por mi mente. El recuerdo de él caminando hacia la sala, su pequeño cuerpo desprendiendo vapor, caminaba despreocupado mientras los músculos de su cuerpo se marcaban con facilidad. A pesar de ser pequeño, me sorprendió ver varios músculos perfectamente marcados, la toalla tapando de su cadera hacia abajo, en ese entonces había retenido mi respiración, jamás lo había visto... desnudo.
Bueno, casi desnudo.
Su cuerpo era demasiado majestuoso y delicado, la pequeña cintura que antes ya había tocado. Mis manos recorriendo su cuerpo, sintiendo como su piel se eriza por el frío o por mi culpa, no lo sé. La velocidad de su cuerpo aumenta mientras yo sigo pensando en lo bien que se debe sentir recorrer su desnudes con mi lengua.
Carajo, ¿ estoy pensando en Seungmin de esa manera?.
—No te detengas. —Ruego, poniendo mi mano en su cuello y escuchando como un jadeo se escapa de sus labios. Hace días atrás había tocado su cintura, subía por su pecho y me detenía en su cuello. Los ojos de Seungmin me miraron con ese extraño brillo que me causó escalofríos. Desesperado, muevo mi cuerpo junto al suyo y unos minutos después un brusco gemido sale de nosotros. Sana me mira, con el cabello hecho un desastre mientras yo me doy cuenta de que todo este tiempo he estado con los ojos cerrados.
y pensando en alguien que no es ella.
—Eso fue increíble. —Murmura, dejándose caer sobre mí pecho y dejando un beso en mi cuello. —Volviste a ser tú.
No.
No volví a ser yo...
—¿Ocurre algo?. —Pregunta cuando me remuevo incómodo en un intento de salir de la cama. Cuando logro mi objetivo comienzo a vestirme para poder irme a mi casa lo antes posible.—Christopher.
No me siento bien.
Esto no está bien...
—Lo siento, tengo cosas que hacer.
—¿Por qué no te quedas un rato más?.
—Tengo cita con el médico, me darán el alta pronto y no puedo faltar, te llamaré luego, lo prometo. —Dejo un corto beso en sus labios.
—¡Te amo!.—La escucho decir antes de cerrar la puerta detrás de mi.
Creo que...
... creo que debería dejar de hacer eso...
No la amaba, no había algo que nos uniera además del sexo y últimamente eso se había vuelto un desastre hasta ahora.
¿Quién diría que pensar en el chico diamante me haría sentir más excitado de lo normal?.
Puta madre, que horror.
Me he vuelto loco.
Sabía que nuestra relación no era oficial, eso había quedado más que claro entre los dos, pero para la gente de a nuestro alrededor, todos creían que éramos novios hace tiempo. Ya no quería esa relación y debía tomar coraje para enfrentar dicha situación. La estaba usando y no me gustaba hacerlo.
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