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Hyunjin se despertó con su última alarma, que básicamente era un audio de su madre gritando que ya estaba demasiado tarde como para siquiera pensar en pedir algo para navidad.

Se cayó de la cama y rápidamente empezó a desnudarse, aún sin tener demasiada conciencia de lo que estaba haciendo, simplemente actuando por instinto, se puso el pantalón de manera torpe y ni siquiera metió la camisa dentro, apenas se la abotonó y se colocó el abrigo del uniforme, no se puso medias, las guardó dentro de la mochila y salió corriendo en dirección al edificio de ciencias exactas, pero luego recordó que tenía literatura, así que tuvo que volver sobre sus pasos y correr en dirección contraria.

Cuando llegó al salón su profesora ya había dado una actividad, ella anotó de inmediato que había llegado tarde y Hyunjin prefirió no decir nada, había varios asientos vacíos, en el cual se sentaba habitualmente, uno cerca del escritorio y finalmente uno junto al chico nuevo.

Quizás recién se había despertado, pero no olvidaba que había prometido llevarse bien con el chico por el bien de sí mismo, así que tomó asiento a su lado, sonando su garganta para llamar su atención.

Felix le miró sin demasiado interés, señalándole la página en la que estaban realizando actividades.

Hyunjin asintió y buscó el libro, colocándolo en el escritorio con cuidado, buscando la página con lentitud hasta que finalmente la encontró y se puso a leer, sin embargo, su cabeza estaba en todo menos en lo que Sócrates tenía para mencionar.

Tenía tanto sueño que podría quedarse dormido allí nomás, el alfa apoyó el mentón en la palma de su mano, intentando que los ojos no se le cerrarán, encontró su mirada varias veces con la expresión reprobatoria de su profesora, así que decidió cambiar la dirección de su atención, mirando a su costado, viendo a Felix.

El pequeño alfa a su lado tenía las mejillas llenas de pintitas, parecía como que alguien había decidido rocear su rostro con pequeñas estrellas, pero no de las convencionales, sino de las que ves en el cielo cuando está completamente oscuro, pequeñas pintitas que iluminaban el mundo por completo.

Entre sus pensamientos adormecidos, Hyunjin sonrió aún mirándolo.

Seguro se quedó dormido porque lo siguiente que supo fue que el alfa estaba despertandolo para ir a desayunar—oye, tenemos que ir al comedor, ya están sirviendo el desayuno ¿irás?— Felix estaba mirándolo de manera curiosa y Hyunjin se preguntó en dónde rayos estaba.

Se frotó el rostro con ambas manos y miró alrededor con los ojitos medio cerrados—sí, desayuno sí—murmuró desorientado, siguiendo al alfa pecoso.

—creo que es por aquí—dijo en voz bajita el chico, abriendo una de las grandes puertas del comedor.

El bufete del internado Nsok tenía una gran variedad de alimentos para los estudiantes, desde dietas estrictas hasta comidas chatarras, Hyunjin siguió a Félix por el largo pasillo, vio como el alfa se servía un poquito de cada cosa mientras que Hyunjin solo agarro unos panes rellenos y un café para despertarse.

Cuando tuvieron sus bandejas, Hyunjin señaló hacia la mesa en dónde ya estaban Johnny y Sungkyung, así que fue el turno del pequeño alfa para seguirlo.

—supongo que ustedes están llevándose bien—comentó Johnny, el alfa solo tenía un café para el desayuno, al igual que Sungkyung.

Por eso los tres miraron con curiosidad la bandeja de Felix—tienes buen apetito—dijo la alfa, prestando atención a la elección de alimentos.

—me gusta comer bien—simplemente respondió el pequeño alfa, llevando su mirada hasta una mesa con un solo estudiante—¿Come solo?

Los tres alfas miraron en dirección a donde el alfita veía, Johnny le dió un sorbo a su café y respondió—no tiene amigos.

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