Dolce!

45.

El domingo llegó rápido, Hyunjin se levantó temprano con toda la dificultad del mundo, pero quería despedirse de Felix antes de que se fuera con su tía.

Se encontró con él en el ascensor, el pequeño alfita llevaba un suéter celeste pastel y unos jeans oscuros, le sonreía dulcemente mientras bajaban hasta el lobby.

—¿Quieres algo de afuera? Puedo traerte algunas golosinas.—le dijo mientras caminaban hacia afuera del edificio para ir a la salida.

—no, creo que no quiero nada, pero si quieres traer algo para compartir esta bien.—Hyunjin se puso triste al ver que Jiyeon ya estaba esperando, había deseado estar un ratito más con su alfita.

—bueno, entonces me voy ya—como no podían darse muestras de cariño en público, Felix solo le saludó con un abrazo rápido, más allá de su relación de alfa y alfa, sino también porque no se permitían relaciones en el internado, incluso si las existían, ninguna de esas relaciones expresaban en público para no ser distanciados.

—ve con cuidado—susurró Hyunjin al verlo ir.

Cuando regresó al dormitorio, Doyoung aún dormía, pero en poco tiempo se despertaría y empezaría a prepararse para irse con Johnny.

Así que Hyunjin regresó a la cama y volvió a descansar.

A las diez de la mañana Doyoung se despertó y fue a ducharse, se alistó rápido y corrió hacia el ascensor, Johnny estaba esperándole en la salida, él le miraba sin ninguna expresión en particular, comenzaba a pensar que el alfa se ponía en modo avión cada vez que lo veía.

—lamento quedarme dormido, mi alarma no sonó —murmuró Doyoung cuando mostraron sus permisos para salir del internado.

Johnny simplemente le miró y asintió, le chófer del alfa pasó a recogerlos y los llevó hasta la ciudad, pero allí le entregó las llaves y se fue en otro vehículo.

—¿Irás al departamento de Taeyong?

—sí, no quiere salir, ha estado muy ocupado y quiere estar en casa—susurró sin saber por qué se tomaba la molestia de explicarle a Johnny.

El alfa no pareció interesado, condujo hasta el barrio en donde vivía Taeyong y lo dejó justo en la puerta del edificio—te veré entrar e iré a comprarme un café, esperaré justo aquí.

Doyoung asintió y bajó sin decir nada más.

Tenía muchas ganas de ver a Taeyong, apenas había pasado un mes y medio desde la última vez que se vieron, y aun así ansiaba verlo. Se enviaban mensajes casi todas las noches y de vez en cuando se llamaban.

Si esto no era amor, entonces había llegado demasiado lejos, pero el omega estaba seguro de poder mantener la compostura, no era tonto y era muy consciente de su situación. 

No importa cuánto quisiera a Taeyong, sus padres nunca lo aceptarían. 

Mientras subía las escaleras, el alfa estaba bajándolas, se encontraron en el camino y ambos sonrieron cómplices, si fuera más expresivo habría corrido hacia él y le habría abrazado, pero no era ese tipo de persona, así que se limitó a sostener la mano que el alfa le extendió. 

—me alegra que ya estés aquí, el almuerzo ya casi está listo—murmuró el chico de cabellos platinados. 

—¿pediste el día hoy?—Doyoung lo siguió hasta su departamento y aunque había estado pocas veces allí, todavía lo sintió un poco familiar. 

—sí, me emocioné cuando dijiste que te dieron el permiso.—el alfa cerró la puerta y rápidamente lo besó, Doyoung sonrió entre el beso, a veces se sentía tímido.