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El intermediario le comunicó que Johnny no regresaría en los próximos cuatro días, estaría internado en hospital general de Seúl.

—¿Dejó secuelas graves?—preguntó preocupado.

El beta negó con la cabeza, ordenando documentos—no, pero es para prevenir cualquier otra alteración, cuando regrese volverá a ser el mismo de siempre, Felix—aseguró con una sonrisa.

El pequeño alfa rubio asintió y se retiró de la sala, afuera estaba lloviendo y se sintió solitario.

Cuatro días sin Johnny ¿En qué momento se había aferrado tanto a él? Hasta comenzaba a creer que tenía una dependencia, sin embargo, una parte suya sabía que era normal que se sintiera así, nunca había tenido amigos cercanos, la única figura en su vida que lo conocía bien era su padre y ni siquiera creía que su padre realmente lo conociera.

Johnny era especial.

El pequeño alfita caminó por los pasillos y se apoyó en una amplia ventana, observó la lluvia caer y su vista se fijó en Sayuri.

Ella era una de las pocas omegas del internado, Johnny había mencionado que era territorial, pero Felix no sabía nada de esas cosas, nunca se había comportado como un omega y no reconocía las maneras en que pudieran sentirse, quizás alguno de sus rasgos fueran de omega, sin embargo, Felix no podría reconocerlos porque no estaba familiarizado con ellos.

¿Haber atacado a Doyoung había sido una actitud territorial con Johnny?

Era vergonzoso de imaginar.

—no me gusta—murmuró para sí mismo, observando a la omega, caminaba bajo la lluvia en compañía de un beta, ambos sostenían paraguas y reían de algo.

Felix intentó sentir el aroma de la tierra mojada, pero solo sintió la vaga sensación del frío en la punta de su nariz.

Antes no pensaba demasiado en sus sentidos perdidos y escondidos, pero algo se revolvió en su estómago con la ausencia de Johnny y las preguntas incómodas de Hyunjin.

¿Le gustaban los alfas? Nunca sintió atracción por nadie en particular, no porque no quisiera sino porque jamás se había acercado a nadie lo suficiente como para establecer un lazo e iniciar algún sentimiento.

Lo único que conocía era mantenerse en alerta, preparado para luchar y defenderse en cualquier momento, había crecido en una sociedad así, sabía que era una carnada y debía protegerse a si mismo, se había vuelto salvaje y distante, frío e hiriente sin notarlo.

Pero ahora estaba viendo otro tipo de vida y estaba rodeándose de personas, y cosas por las que no se había preocupado o interesado ahora pasaban por su mente.

Llevaba diecisiete años viviendo como un alfa, así que no conocía nada de su verdadera identidad.

Felix regresó a su habitación con los ánimos bajos, la lluvia le gustaba, pero desde que la había disfrutado en compañía de Johnny ahora le parecía un poco fría y solitaria. Miró alrededor y notó su cama ordenada, no había dormido en ella por haberse quedado con el alfa, así que dirigió su mirada hacia la cama de su compañero de cuarto, no lo pensó demasiado y fue a acostarse en ella.

Intentó respirar el aroma de Johnny en la almohada y las sábanas, pero no sintió nada, así que solo se cubrió con las mantas y se mantuvo mirando fijamente al techo.

Los alfas tenían el líbido elevado, pero no tanto como los omegas, Felix nunca había experimentado ninguna de las dos experiencias, nunca se había tocado ni había superado ningún calor, tuvo algunas fiebres y perdió la consciencia una que otra vez, pero nunca llegó al extremo de mojarse entre los muslos y desear un nudo, solo sabía de ello por el morbo de las conversaciones y los libros.

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