19.

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Los otoños en el internado fueron fríos y grises pese al tono anaranjado, rojo y amarillo de los árboles, pero Felix se acostumbró rápidamente a su estadía, era más manejable y cómoda que su vida en el extranjero.

Había algunos días complicados, pero no tenían que ver con él, sino más bien con Johnny y los supresores, debido al clima a veces caía con una sorpresiva gripe que no lo dejaba salir de la cama por días.

—¿El doctor no puede hacer algo?—Felix le preguntó mientras cambiaba los paños húmedos de su frente.

Adormilado, Johnny negó con la cabeza—no, realmente no puede.

Johnny había dejado de meterse a la piscina, solo lo acompañaba para que no estuviera solo en el gimnasio, una de las doctoras le había sugerido que se mantuviera alejado de las actividades que requirieran mucha energía, así que el alfa había tenido que dejar de hacer muchas cosas, se había hecho a un lado de su puesto como presidente del consejo estudiante y también como líder de la clase.

Aunque pensó que aquello habría podido ser frustrante para él, Johnny no pareció tan afectado como todo el mundo pensó que lo estaría, tal vez estaba demasiado agotado tanto física y mentalmente como para darse cuenta de lo injusto que era.

—iré a buscar el material para tus tareas—susurró Felix, entregándole una botella de agua para que se hidratara.

Johnny asintió y se acomodó en la cama, parecía tener frío así que el pequeño alfa buscó una de sus mantas y se colocó, haciéndolo reír—mañana estaré bien, ya sabes cómo es esto.

—un infierno.—murmuró molesto, no con Johnny sino con toda la situación.

Era el último año escolar de Johnny y se lo estaba pasando encerrado en la habitación y los días que estaba bien entonces se iba al salón de música para poder avanzar un poco en los arreglos de la banda.

El secretario de dirección se había comunicado con los padres de Johnny para evaluar la situación, pero cuando su padre llegó al internado, Felix no pudo saber de qué hablaron porque Johnny no se abrió al respecto, solo sabe que su padre sugirió llevárselo, pero el alfa no quiso.

Y una pequeña parte suya se preguntó si era por él que no quería irse o si simplemente se trataba de Dolce, tal vez era eso, lo único que Johnny no quería perder era a la banda.

Así que mientras Johnny permanecía esforzándose por superar los efectos de los supresores, Felix solía encerrarse en el salón de música para practicar con el teclado.

Siendo honesto, el pequeño alfa no tenía un objetivo con la banda, pero le quedaba todavía un año más en el internado y en corea, por lo que lo invertiría en Dolce.

Más tarde se ocuparía sobre las expectativas de su padre, sin embargo, él siempre estaba al tanto de todos sus movimientos.

Felix fue hasta la sala de profesores, ya era un camino habitual para él y los maestros de las clases de Johnny ya lo reconocían.

—Felix, estás aquí, cuando no vi llegar a Johnny asumí que vendrías más tarde—murmuró la profesora que se encargaba de recoger el material para el alfa—¿Cómo está?

—uno de los doctores lo revisará en la noche, siempre y cuando la fiebre no se eleve entonces estará bien—dijo mientras recogía las fotocopias y libros.

—marque los capítulos de los libros que debe leer, de cualquier manera, tenemos los certificados así que dile que no se apresure y lo haga tranquilo.

El pequeño alfa asintió.

No había vuelto a hablar con Doyoung desde aquella vez, se mantuvo alejado de él solo por Johnny, si él creía que el omega era problemático y era mejor mantenerse lejos de él entonces Felix tomaría su palabra.

Dolce!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora