73

395 106 32
                                    

Después de compartir la pavlova y la torta de chocolate, Johnny y Doyoung regresaron al cine para buscar a Hyunjin y Sungkyung, los alfas estaban esperándolos mientras se terminaban las palomitas, los dos tenían los parpados hinchados y no dejaban de sufrir por la película trágica que habían visto. 

—¡¿cómo puedes matar al protagonista?! ¡la gente está loca!—chilló Hyunjin colgándose del brazo de Johnny. 

Doyoung rio mientras Johnny arrastraba al joven alfa—la gente muere, Hyunjin, incluso los protagonistas. 

—¿qué vamos a hacer ahora? podríamos comer algo, me dieron ganas de comer esas papitas que le gustan a Felix —murmuró Sungkyung caminando junto a Doyoung. 

—¿las del karaoke? honestamente, siempre he creído que están rancias—Hyunjin dijo, incorporándose para caminar bien.

—le diré a Felix —se burló Johnny. 

Hyunjin le pellizco la mejilla, haciéndolo gritar—¡ni siquiera te atrevas!

—no creo que estén rancias, son ricas—continuó hablando la alfa. 

Acabaron yendo a un karaoke al que al parecer la banda solía ir mucho, el empleado los recibió con alegría, él lamentó que Felix se tomara un hiatus de la banda y Doyoung solo se mantuvo en silencio, normalmente no iba al karaoke y las únicas veces que había ido habían sido con Gaeul. 

Los alfas se pusieron a cantar y beber refrescos, Sungkyung pidió las papas que quería y otros bocadillos. Doyoung conoció nuevas facetas de Johnny cuando se sentó allí junto a la alfa, no solía verlo divertirse como un niño, pero hoy lo vio. 

El alfa era alto y grande, siempre lucia distante e intimidante, pero ahora estaba jugando con Hyunjin mientras cantaban y Doyoung no pudo evitar mantener una sonrisa en su rostro, incluso se amplió más cuando Sungkyung se levantó y se unió a ellos con un micrófono, ella empezó a saltar mientras gritaba—¡estoy trabajando hasta tarde porque soy una cantante!

Existía algo extraño dentro de él cuando estos momentos se daban, algo como lo que pudo ser y no fue, sabía que no tenía sentido pensar en el pasado o en la idea de intentar cambiarlo, pero a veces se sentía avergonzado por cosas que ya no podían deshacerse. 

—oh, esta canción—Hyunjin susurró, él la puso y miró a Doyoung —te gusta ¿cierto?

El omega miró la pantalla y sonrió—sí, pero no voy a cantar, no quiero cantar. 

—¿por qué no? cantas bien, podrías haber sido cantante también—el alfita murmuró mientras la pista se reproducía. 

—¿y vivir rodeado de fanáticos pesados y acosadores? no gracias. 

Hyunjin rio y empezó a cantar—no pensé que pudieras entenderme ¿cómo podrías siquiera intentarlo? no quiero andar de puntillas, pero tampoco quiero esconderme, no quiero alimentar este monstruoso fuego, solo quiero dejar morir esta historia.

Johnny miró hacia el omega cuando lo vio tararear bajo mientras Hyunjin cantaba alrededor, Sungkyung volvió a sentarse con Doyoung y se llenó la boca de papas fritas.—¿te recuerda a Taeyong?—preguntó sin ningún filtro. 

—sí—rio de lado Doyoung —pero yo no esperaré a agradarle de nuevo, estoy bien así. 

—así se habla, Doyoung, olvida a ese idiota y dime la  verdad—Hyunjin dijo, señalándolo—sí tenia piojos cuando llevaba el peinado punk ¿cierto?

El omega estalló en risas al igual que Sungkyung y Johnny—no, lamento decirte que no tenía piojos. 

—¿es así? me habría hecho sentir mejor si los hubiese tenido—rio Hyunjin. 

Dolce!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora