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Johnny no podía creer esto, era de madrugada, las calles estaban completamente oscuras y él estaba varado en mitad de la ruta, tenía alrededor de tres horas hasta su casa y la vereda estaba llena de nieve, hacia un frío de morirse y solo tenía una chaqueta de cuero y jeans rasgados. 

—lo quiero matar—murmuró para sí mismo, sacando su celular del bolsillo—¡por un demonio!—gritó cuando vio que no tenía señal. 

Se puso de cuclillas y cerró los ojos, podía quedarse allí lamentándose o empezar a caminar, miró en varias direcciones, tres horas hasta su casa o una hora y media hasta el internado, negó con la cabeza y decidió tomar el camino hacia la escuela. 

Al menos caminando empezó a sacar calor, pero temió volverse a enfermar, el clima no era el mejor para dar una caminata, sin mencionar que era de noche y sentía que era incluso peor que de día. 

Su celular volvió a tener señal así que llamó a Felix con la esperanza de que estuviera despierto, aunque considerando que eran casi las tres de la madrugada entonces era posible que ya estuviera durmiendo. 

Pero él respondió—¿Johnny? ¿qué está mal? ¿por qué llamas tan tarde? 

—Felix ¿puedes hacerme un favor? estoy a cuarenta minutos del internado ¿podrías pedirle al portero que me abra las puertas? me estoy muriendo de frío.—murmuró mientras caminaba. 

—seguro, ahora me encargo ¿quieres que te tenga algo caliente?

—un café, por favor, gracias. 


Johnny decidió empezar a correr el último tramo, no soportaba más el frío y sentía que se moriría en cualquier momento, se le pasaron miles de escenarios por la cabeza, el principal de todos era deshacerse de Doyoung demandándolo, ya estaba harto de él. 

Apenas llegó al internado las puertas se abrieron, el portero y los tipos de seguridad estaban esperándolo gracias a que Felix se había comunicado con ellos. 

En cuanto entró al lobby el portero suspiró—esto no es un hotel, Johnny ¿qué ocurrió?

—estaba yendo para casa, pero me quedé tirado con el auto—mintió—¿puedo quedarme esta noche? 

—por supuesto, pero tendrás que arreglarlo con los coordinadores más tarde, entra. 

Asintió, entrando rápido, fue directo hasta el edificio donde estaban los dormitorios y se subió al ascensor, abrazándose a sí mismo del frío que tenía. 

No demoró en llegar a la habitación cuando Felix ya estaba allí ayudándole a quitarse la ropa húmeda por el frío y la nieve, el pequeño alfa le ayudó a quitarse los zapatos y le alcanzó ropa seca—¿estás loco? ¿por qué venías caminando? 

—Doyoung me hizo bajar del auto en la ruta—respondió cambiándose la camiseta por la camisa de pijama y un suéter. 

Felix tiró la ropa al cesto y colocó las zapatillas cerca del calefactor—¿qué hacías con Doyoung? 

—quería ir a una discoteca y me pidió que fuera con él—Johnny se acercó a la mesada y sonrió al ver su taza humeante—gracias. 

—¿lo acompañaste y te dejó tirado? de verdad, Johnny ¿qué ocurre con él?—Felix estaba utilizando un conjunto deportivo violeta, regresó a la cama del alfa y Johnny rio, arqueando las cejas.

—¿usurpando mi cama?

—me dejaste la cama junto a la ventana y entra frío, no estás así que aprovecho—encogió los hombros con una sonrisa, cubriéndose con todas las mantas—puedes dormir a mi lado, está frío y no planeo soltar ninguna manta. 

Dolce!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora