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Doyoung inyectó a Felix y no demoró en salir de la habitación, Hyunjin estaba pálido y Johnny se mantuvo serio, él le miró amenazador, pero el omega simplemente le señaló—eso es ilegal. 

—ilegal es lo que mi familia le puede hacer a la tuya, no importa si eres el hijo del ministro, recuerda quiénes son los Suh.—advirtió Johnny. 

—maldito mafioso—el omega gruñó—no puedo creer esto ¿qué clase de monstruo tienes ahí adentro?—preguntó enfadado cuando miró al alfa de cabellos naranjas. 

Hyunjin tragó saliva y se colocó detrás del alfa —no puedes decir nada, Doyoung—le pidió con miedo. 

—esa jodida mierda es un omega igual que yo y estuvo todo este maldito tiempo creyéndose mejor que yo—herido, el omega apretó los puños—¿y tengo que guardar su ridículo secreto? ¿tanto le horroriza ser omega que miente? 

—no fue su elección, él no lo quería así—gruñó Johnny, protector con el rubiecito—no entiendes sus circunstancia, no puedes intervenir en su vida.

—por favor, Doyoung, simplemente haz como que no sabes nada—rogó Hyunjin —yo tampoco sé qué está pasando, pero hablaré con él, por favor—repitió—tal vez esta sea la única vez en la vida que te pida algo así, por favor.

El omega apretó los puños y suspiró, pero ambos alfas se sorprendieron cuando empezó a llorar—no puedo creer esta mierda—sollozó, Hyunjin no demoró en correr a abrazarlo, sintió su tristeza y frustración, y de hecho, podía entenderlo. 

Doyoung había quedado muy apartado de Felix por su condición de alfa, Doyoung le temía hasta cierto punto por lo salvaje y bruto que era, pero ahora estaba descubriendo que era un omega justo como él y que todo este tiempo había estado jugando con sus miedos. 

—lo siento—se disculpó Hyunjin en nombre de su compañero, intentando calmar con su aroma al omega. 

Johnny solo los observó, se sintió incómodo y fuera de lugar, así que solo se mantuvo apoyado en la puerta esperando que la inyección hiciera efecto, demoraría al menos quince minutos. 

Una vez que estuvo, el alfa simplemente entró a la habitación y vistió a Felix, le acomodó la ropa y se lo llevó en espalda sin prestarle atención a Doyoung o siquiera a Hyunjin. 

El alfa de cabellos anaranjados se le quedó mirando como un cachorrito abandonado, pero entendía que Felix necesitaba descansar. 

Además ellos tenían un problema ahí adentro en la habitación. 

—¿qué haremos con esto? no hay manera de que podamos tirarlo sin que los recolectores lo descubran—murmuró Doyoung con asco. 

Hyunjin estaba ruborizado y se acercó lentamente a la cama, en cuanto Doyoung descubrió lo que iba a hacer, casi de inmediato lo empujó lejos. 

—¡no seas asqueroso! ¡no te dejaré que lo huelas!—chilló recogiendo las sabanas para llevarlas al baño. 

—que malo—se quejó Hyunjin tirándose a la cama intentando recuperar algo del aroma de Felix, pero obviamente no quedaba ningún rastro allí, aun así se revolcó en la cama mientras Doyoung lo miraba desde el baño. 

—eres un degenerado, mejor ven a lavar tus sabanas—Doyoung abrió la regadera y tiró una gran cantidad de shampoo sobre las telas. 

Hyunjin se acercó al baño y vio las sabanas—estás matando a mis hijos. 

—Felix es estéril.—murmuró distraído Doyoung —¿o también mintió?

El alfa de cabellos anaranjados frunció el ceño y le miró preocupado—no creo que él haya mentido con eso, está enfermo. 

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