Dolce!

39

Hyunjin se despertó por los suaves rayos de luz entrando a la habitación, al principio estuvo un poco confundido, pero luego recordó que estaba en la casa de la familiar de Felix, así que se levantó de inmediato y buscó su celular, sin embargo olvidó que no lo había traído cuando escapó de la casa de sus padres, así que no sabía qué hora era ni qué estaba pasando con su vida, aun así se levantó y fue al baño privado del cuarto para lavarse el rostro y verse un poco presentable. 

Bajó las escaleras y escuchó las risitas de Felix junto a su tía.

—sí, era muy guapo, estábamos completamente enamorados, pero simplemente no era el momento, no he vuelto a saber de él—le contó Jiyeon, hasta que dejó de hablar y miró hacia las escaleras, sintiendo el aroma del alfa—tu invitado despertó. 

Felix miró en dirección hacia las escaleras y vio al alfa de cabellos anaranjados—buen día, Hyunjin ¿cómo dormiste?

—muy bien, gracias, dios, no sé ni qué hora es, esto es un poco vergonzoso—admitió con un ligero rubor en sus mejillas. 

—es temprano todavía, son las diez ¿quieres el desayuno?—Felix se levantó del sofá y fue hacia la cocina. 

Jiyeon sonrió y miró al alfa—encantada de conocerte, Hyunjin, espero que te sientas cómodo, puedes quedarte tanto como quieras.—ella dijo, tomando un puñado de galletas—continuaré con mi trabajo, Felix. 

—sí, intentaré preparar algo bueno para el almuerzo—el rubiecito dijo, deseando la aprobación de la alfa. 

—estaré esperándolo ansiosa, quizás puedas hacer un pollo al limón—rio. 

Hyunjin se olió con preocupación, acercándose a la cocina—¿huelo mucho?

Felix rio bajito, negando con la cabeza—solo esta bromeando. 

El alfa observó como Felix batía el café, con total dedicación se lo hizo espumoso y se lo ofreció, Hyunjin lo recibió con una sonrisita. 

—gracias por traerme—susurró tímido. 

—está bien, uhm, Johnny me dijo que peleaste con tus padres ¿estás bien? anoche tomaste bastante también... 

—lo siento si te hice sentir incómodo—se apresuró en decir el alfa, avergonzado—y... está todo bien, solo... a veces simplemente es complicado cuando se trata de mi familia, ellos... están bien, pero de algún modo yo... yo siempre estoy mal—murmuró triste, pensando en que no solo no encajaba con su familia, sino que ahora también estaba enamorado de un alfa. 

Felix hizo una mueca—¿quieres un abrazo?—ofreció, Hyunjin pudo ver la duda en los ojitos marrones del alfita, pero aún así asintió. 

Un abrazo anoche, un abrazo hoy... podría mal acostumbrarse. 

El alfa dejó su taza sobre la mesada y no demoró en sentir la calidez del cuerpo del rubiecito contra el suyo, Felix se puso de puntillas para abrazarlo por los hombros y Hyunjin se mordió el inferior, sus mejillas estaban calientes, sus ojitos cristalizados y su corazón acelerado como un loco. 

Ninguno de los dos podía sentir el aroma del otro, Felix no tenía uno y tampoco podía olerlo, pero tal vez era lo mejor porque incluso sin poder transmitir en sus feromonas como se sentían, todavía de algún modo sus corazones latían juntos y al mismo ritmo. 

Hyunjin se atrevió y rodeo con sus brazos la pequeña cintura del alfita, aferrándose a su cuerpo, apoyando su frente en su hombro, simplemente quedándose así. 

—sé que la figura de nuestra familia es valiosa y sus opiniones son importantes, lo sé mejor que nadie, pero... a veces las cosas simplemente no funcionan como ellos desearían que fueran y no creo que sea culpa nuestra—susurró Felix —quiero decir, estoy todo defectuoso y estoy seguro de que eso no es lo que mis padres querrían de mi, pero... no puedo hacer nada por lo que ellos quieren, más de lo que ya hago y apenas ahora me estoy dando cuenta de que... no debería ser así, deberían haberme aceptado tal y como soy—dijo con tristeza.