𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝑁𝑈𝐸𝑉𝐸 "𝒕𝒆 𝒂𝒎𝒐"

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Edson aclaró su garganta.

Hirving se alejó de inmediato de los labios de Ochoa. Limpió inmediatamente sus labios con cuidado de no ser descubierto por Guillermo, y después miró a Edson.

Bienvenido, en un momento más lo entendemos- Ochoa sonrió con amabilidad a Edson, pero este habló.

No quiero café, gracias. Vengo por Hirving.

Aquellas palabras hicieron que Guillermo dejara de sonreír. - ¿Viene "por" mí Hirving?- Ochoa caminó a pasos lentos hasta donde estaba el alfa.

Edson lo miró fijamente pero después sonrió falsamente - me expresé mal. Quise decir que vengo a hablar con él, quería saber cómo sigue. Ayer lo encontré en ese estado.- Edson estaba vuelto una furia por ver a su omega besándose con alguien más, pero no se molestó con él, sino con el alfa que lo había abrazado por la cintura que le pertenecía a él.

¿Usted lo encontró?, y qué me asegura que fue así, y no que usted lo golpeó - Guillermo no esperó en esconder su coraje con aquel alfa. La tensión se sentía y se veía en ambos.

Guillermo, basta. Él tiene razón, él me ayudó - Hirving intervino nuevamente, se posicionó frente a Ochoa y este le miró.- Si no hubiera sido por él...- suspiró antes de continuar- déjame hablar con él, afuera.

Hirving dió la media vuelta sin esperar aceptación de Ochoa, quién se quedó con la palabra en la boca al ver como su omega salía a hablar con aquel alfa.

¿Qué sucede?- una vez afuera, Hirving inició la charla.

Lo que dije. Quería saber cómo estabas, y sí tenía un espacio dónde quedarte- Edson respondió con seriedad. Su lado más dominante quería dejar en claro que ese omega era suyo.

Oh, sí - Hirving sonrió- Diego, mi compañero que te saludó al principio, me voy a quedar con él. Me siento mejor, no debiste darme esos medicamentos, pero gracias - Lozano volvió a sentirse tranquilo por la presencia de Edson.

El alfa por su parte miró en todas las direcciones de la calle, y principalmente dentro del café, se le veía algo desesperado.

Hirving no entendió porqué de esa actitud, no hasta que Edson lo tomó por su cintura al darse cuenta de que Guillermo estaba siendo tranquilizado y escondido en la oficina por Diego, ambos se perdieron dentro.

¿Qué estás haciendo?- Lozano colocó sus manos en el pecho del alfa. Se estremeció al conectar su mirada con la ajena, esta estaba seria y profunda.

¿Crees que puede besarte mejor que como yo lo haría?- Edson sonrió lascivamente sin apartar su vista de Hirving.

Entonces se acercó sin esperar más, y unió sus labios con los del más bajo. El agarre firme y cercano del cuerpo del omega con Edson, hizo que ese beso se hiciera profundo, y territorial.

Hirving no pudo evitar cerrar su ojos y corresponder con rapidez a aquella unión.

Disfrutó ese beso que había estado anhelando.

A diferencia de la primera vez, hace 9 años, ese beso actualmente era experimentado y guiado por el lado dominante del alfa. Le encantó.

Ni siquiera recordó que podía ser visto por Guillermo, y aunque fuera así, se sintió una mala persona por no sentirse preocupado, sino pensó que sería un alivio.

Para ser feliz.

Su lado más centrado lo hizo reaccionar antes que su cuerpo que estaba cediendo ante el más alto. Hirving alejó a Edson con fuerza de él. Este obedeció.

Lozano respiraba con dificultad; relamió sus labios. Ninguno de los dos se dijo algo, todo se lo habían dicho en ese beso: se amaban.

Hirving entró de nueva cuenta y con euforia a la cafetería, y efectivamente como pensó, ni Ochoa ni Diego se habían dado cuenta de aquel beso. No giró a ver a Edson, quién, con una sonrisa de victoria, abandonó el lugar en su auto.

Hirving sintió sus labios algo hinchados, húmedos y cálidos. Se percató de que Edson había mordido estos y los había explorado como él siempre deseó que lo hiciera. Tragó saliva estando en medio de entre las mesas vacías de la cafetería del que se suponía que era su alfa.

Hirving sonrió mordiendo su labio por aquella experiencia que le devolvió el oxígeno.

Pronto Guillermo salió y observó a su omega limpiar las mesas con tranquilidad y paciencia. Se tranquilizó al ver que aquel alfa ya no estaba. Pero no se imaginó jamás lo que había sucedido.

Hirving, jamás me dijiste quién te hizo daño- Guillermo se acercó hasta Lozano y lo abrazó por la espalda. Este fingió una sonrisa, ya no deseaba estar más cerca de él y tenía que hacerlo saber, aunque eso lo convirtiera en la peor persona.

Te he dicho que no es nada, Guillermo, gracias por preocuparte, pero estoy bien- Lozano explicó al mismo tiempo en el que suspiró. Guillermo giró por la cintura a Hirving para ahora quedar frente a frente.

Guillermo sonrió al admirar los labios de Hirving, y se inclinó hasta ellos para besarlos, pero este giró su rostro a un costado. Ochoa se decepcionó quedando cerca del cuello de Hirving; ahí percibió otro olor... uno a chocolate con menta.

Estoy trabajando, luego- Lozano se safó del agarre de Guillermo y se alejó hasta llegar a donde Diego que fregaba tazas.

Hirving no permitiría ser besado por alguien más que no fuera Edson; pero Guillermo no permitiría que Hirving se burlara de él.



El día de trabajo terminó para todos, un poco más tarde de lo normal. Hirving se iría junto a Diego y al día siguiente ambos irían a su casa por sus cosas, Diego lo acompañaría para que estuviera más seguro.

Bueno, nosotros ya nos vamos- Diego terminó por quitarse el delantal con el que atendió su trabajo ese día. Pero Guillermo esperaba parado en la puerta principal.

Diego puedes irte. Hirving, tú no- Guillermo sonaba molesto. Muy molesto.

¿Por qué solo yo?, él vendrá conmigo - Diego respondió con amabilidad pero recibió una queja audible de Guillermo, cosa que lo hizo enojar.

¡Te dije que te fueras!- gritó Ochoa con molestía.

¡No me grites!, ¡yo te dije que se iría conmigo!- respondió Diego con la misma intensidad.

Hirving suspiró.- Guillermo, basta, ¿qué te pasa?, ya me quiero ir- el omega frunció el ceño al ver aquella actitud.

¿Qué me pasa a mí?...- Guillermo rió con sarcasmo- más bien, qué te pasa a ti, ¿no?, me evitas, no me cuentas nada, pareciera que no quieres estar conmigo - Guillermo bajó el tono de voz. Esperó a que Hirving lo contradijera. Pero no lo hizo, el omega se quedó en silencio.

...¿no quieres estar conmigo?- Guillermo volvió a hablar. Su voz estaba casi audible y su rostro comenzó a expresar... ¿dolor?.

Guillermo. Lo intenté...- Hirving al fin respondió - pero no, no creo que esto deba seguir - Lozano se sintió una muy mala persona, pero sería peor estar con él y no quererlo de la misma manera.

Hirving, ¿hice algo mal?, puedo arreglarlo, quizá me he comportado raro, o he hecho algo que no te gusta, pero, cambiaré. Dame la oportunidad- Guillermo intentó acercarse, pero Hirving se alejó.- Hirving, yo... ¡¿por qué haces esto?!- se quejó casi con la misma intensidad con la que le gritó a Diego, quién estaba callado mirando todo.

¡Simplemente no quiero!, ¡no puedes obligarme!- Lozano talló con desespero su cabello, estaba perdiendo la paciencia -

¡Pero yo te amo!- gritó Guillermo.

¡Pero yo a ti no!- respondió en el mismo tono Lozano.

Entonces hubo un silencio que se compensó por un cúmulo de lágrimas, de Ochoa. Hirving le había roto el corazón.

¿𝐃𝐄 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐓𝐔? [𝘏𝘪𝘳𝘷𝘪𝘯𝘨 𝘺 𝘌𝘥𝘴𝘰𝘯]. OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora