𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝑇𝑅𝐸𝐼𝑁𝑇𝐴 "𝒋𝒆𝒇𝒆".

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Lozano suspiró al sentirse nuevamente en su nuevo hogar con Edson. A pesar de no querer estar encerrado todo el día, salir ya tampoco le pareció una excelente opción.

Eran las 2 pm, e Hirving tuvo que consolar a Diego porque casi se queda llorando ya que "¡Guillermo se la pasa toqueteánose con Lio y yo soy el que hago todo y cuando se me quema el pastel en el horno me regaña pero él parece más horno con Lio porque no dejan de..." Lozano incluso se aprendió su reproche, y se sintió bastante mal por dejarle solo. ¿Guillermo era tacaño o le encantaba explotar a Diego?.

Mi vida, ¿recuerdas que también iba a proceder con tu padre?- Álvarez abrió la puerta principal para que Hirving entrara a la sala de la vivienda.

Lozano asintió sin muchos ánimos de recordarle.- Pues... hubo fallo en su contra. Va a entrar a prisión... por 40 años.- Edson evitó sonreír, pero aquella noticia le hacía sentir mucha alegría.

Cosa que también sintió Lozano quién inmediatamente giró mirando a Edson.- ¡¿En serio?!- cuestionó con alegría y euforia Hirving.

Edson asintió y entonces lo abrazó alzándolo en sus brazos con amor.- Y tengo otra buena noticia.

Lozano estaba sumamente feliz - ¿cuál?.- Dijo al mismo tiempo en el que Edson lo bajaba nuevamente al piso.

Que te amo- dijo Edson sonriente, pero Hirving hizo una mueca de "¿en serio es eso?" haciendo que el orgullo de Edson se viera ligeramente dañado.

Ha, bueno- Hirving volvió a sonreír - yo también a ti, pero, eso ya lo sabía - Lozano jugó con los bordes del cuello de la playera de su alfa.

Álvarez lo tomó por la cintura.- En realidad quería decirte estuve investigando con los y las mejores psicólogos y psicólogas de la redonda, y creo que encontré una muy buena opción.

Lozano le escuchó con detenimiento, y sintió nuevamente esa calidez sobre la importancia que su alfa le daba.- Y... ¿cuándo podríamos ir?- Lozano mordió su labio para evitar sonreír, aquella noticia lo tenía entusiasmado.

Hoy mismo, ¿está bien si vamos?- mencionó Edson, Hirving no pudo evitarlo más y sonrió ampliamente.





Estoy muy nervioso- mencionó Lozano tomando fuertemente la mano de Edson, estaban sentados en la sala de espera del lugar.- ¿Qué es lo que tengo qué hacer?.

Álvarez rió alzando sus hombros- lo que fluya, supongo, estarás bien, vi que ella es una de las mejores, además es una beta, espero que te sientas más en confianza por eso.

Lozano asintió de inmediato, entonces la puerta del consultorio se abrió. Aquella terapeuta de casta beta sonrió y saludó a ambos con amabilidad, después de eso, Hirving entró con ella y la puerta se cerró.

Álvarez soltó un suspiro y sacó su celular.

¿Papá?, si, Hirving está bien, ¿podrías encargarte también de Saúl?, sí, es hermano de la... de Corina...mjm.- Expresó el alfa de olor a chocolate amargo y menta.

Por cierto... quería pedirte un permiso- Edson mordió su labio nervioso.- Es que, quería quedarme el resto del día con Hirving, él está... algo conmocionado y no quiero que se quede solo...

Hijo, entiendo pero...- aunque Omar fue interrumpido, con mucho respeto, por Edson.

Yo sé que el trabajo es muy importante para ti, y que quieres que siga aprendiendo para heredar tu legado pero... si voy a estar con Hirving también tengo obligaciones con él, como... estar a su lado, protegerlo...- tocarlo, pensó Edson.

Omar suspiró - me alegra saber que eres un alfa responsable y bueno. Está bien, pero mañana ya no habrá permisos.

Álvarez sonrió- lo soy porque mi madre y tú me enseñaron a hacerlo. Muchas gracias padre, mañana estaré ahí, dale un beso a mi mamá de mi parte. Los amo- dijo Álvarez. Después de eso colgó.

Tomó una revista para empezar a hojear pero se arrepintió al ver que solo habían chismes y chismes. Así que la dejó.

Respiró el ambiente acondicionado con lavanda del espacio de espera, todo era muy tranquilo, y no había nada de ruido, se acomodó mejor en el sofá extremadamente cómodo para esperar con paciencia y emoción a su lindo omega.






Diego, ya, deja de hacer berrinches- Guillermo últimamente estaba regañando mucho a Diego, y por cosas tan banales porque se ponía a casi llorar diciendo "¡es que nadie me ayuda!".

Guille, ¿querés ir a comer a un...- Lio llegó de atender una mesa a dónde estaba Diego quejándose con Guillermo, cuando...

¡Ya dejen de explotarme!-la voz de Diego sonó casi por todo el café, algunas personas voltearon a ver y se hizo un silencio.

Diego, no grites- indicó Guillermo, pero Diego estaba muy enojado.

Las cosas podrían ser muy diferentes aquí si tan solo contrataras más personas... porque entre 2 no van a poder.- Dijo Diego molesto.

¿Como?...- Guillermo se confundió.

¡Renuncio!.

Chilló Diego quitándose (con torpeza y atorandose en el cuello) su delantal. Lio evitó reír ya que Diego había susurrado un "¿me ayudas?" muy amable a Lio para que se lo quitara.

Guillermo suspiró.

No Diego, ¿por qué te vas?, con quién voy a... no hacer nada- dijo Lio con sincera preocupación.

A Guillermo ni siquiera le importó, ya me voy, adiós - Diego aventó el delantal a la cara de Guillermo, este lo alejó con imponencia sin dejar de ver a Lainez.

Un jefe no puede mandar si no está en su café.- Dijo Ochoa, aquello hizo girar a Diego en su eje para mirarle.- Diego. ¿Si te vas cómo vas a contratar más personas?.- Guillermo sonrió.

Diego se preocupó... ¿entonces?...

¿Me estás heredando el café?- dijo con cautela y un rostro de preocupación.

Lio estaba sorprendido, incluso llevó una de sus manos a cubrir su boca y esbozó un "virgen santísima". Que señor, pensó Diego al oírle.

Mjm- Ochoa asintió.- En realidad tengo aspiraciones distintas a ser dueño de un café... ahora quiero un restaurante - dijo Guillermo, pues ya estaba en planes de conseguir uno en una zona sumamente fina y cara.

Diego regresó con mucha alegría a abrazar al sigma de mayor estatura. Lio se puso celoso y se abrazó a sí mismo para no abalanzarse contra Diego por tocar a su hombre.

¡Entonces!... pónganse a trabajar - Diego recogió su delantal del suelo y volvió a ponérselo- y yo... voy a ir a descansar un poco porque como que me duele la espalda- la voz de Lainez fue haciéndose cada vez más baja al perderse caminando en la oficina que ahora era suya.

Ni siquiera le dije cuando íbamos a hacer los trámites legales- dijo Ochoa viendo a Lio.

... Vos tenés mejores trámites que hacer conmigo esta noche- respondió Lio mandándole un beso a Guillermo, pasó por su espalda para proceder a ir a barrer y tocó sin descaro el glúteo de Guillermo quién se removió viéndole con seriedad.

Ochoa evitó sonreír mordiéndose el labio.

Diego volvió a salir de su nueva oficina como jefe y mencionó un "¿entonces te vas a morir?"- a Ochoa, quién inmediatamente aventó una cuchara que Lainez esquivó cerrando la puerta.






Mi amor- Edson sonrió levantándose de su cómodo asiento donde casi se queda dormido, para ir a Hirving, quién después de despedirse, salió del consultorio - ¿cómo estás?- Álvarez besó la frente de Hirving. Pero se preocupó al ver los ojos rojizos de Hirving, supo que este había llorado.

Estoy muy bien. Ya quiero que sea la próxima semana para regresar- dijo con entusiasmo Lozano- creo que esto me ayudará bastante- sonrió a pesar de tener su rostro muy rojo por todo el llanto que había derramado con la profesional.

Pero aquello le ayudó.

Abrazó por el cuello a Edson para respirar su olor. El más alto le abrazó con cariño.

¿Quieres que vayamos a comer algo?, yo te invito.- A lo que Hirving asintió de inmediato.

¿𝐃𝐄 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐓𝐔? [𝘏𝘪𝘳𝘷𝘪𝘯𝘨 𝘺 𝘌𝘥𝘴𝘰𝘯]. OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora