𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝐶𝐴𝑇𝑂𝑅𝐶𝐸 "¿𝑻𝒖...?"

366 52 51
                                    

¿Tú quién eres?- Hirving al ver que había sido una mujer quién lo llamó al buscar a su alfa, se confundió bastante. Se dió cuenta de que ella también era una alfa por su olor... aunque no por su rostro, se veía "afligida".

Me llamo Corina- entonces extendió su mano e Hirving la tomó para saludarse - necesito hablar contigo, Hirving - Corina había fingido una voz triste. Pero Lozano la creyó.

Ambos se sentaron en un par de sillas, frente a frente.

No sé cómo decirte esto... pero mi esposo ha estado recibiendo mensajes de ti...- Corina bajó su mirada simulando timidez.

Entonces el mundo de Hirving se detuvo, ¿dijo esposo?, acaso ella...

Edson.- terminó por decir Corina.

Lozano sintió su mundo caer en su pecho, que comenzó a doler. - Edson... ¿es tu esposo?...- Hirving sintió un dolor en su garganta, nuevamente sintió que comenzaría a llorar.

Corina asintió mirándole con un rostro "triste". Solo estaba fingiendo- Edson es mi esposo, verás, nos acabamos de casar...- Corina sonrió imitando como si estuviera recordando; procedió- pero... descubrí que ha estado viéndose contigo...

Hirving no sabía qué decir. Edson, quién hacia una semana le juraba que le amaba, y que regresaría para estar con él, estaba casado...

Tragó saliva aguantando su llanto.

Él y yo sólo somos ex compañeros- se explicó Lozano, con dolor- y nos hemos estado viendo porque... siempre nos llevamos muy bien- su voz a pesar de que trataba de sonar tranquila, estaba dolida, y aveces cambiaba de tonos y se entrecortaba.

Corina mordió su labio para no sonreír. Ella sabía que eso era mentira, pero seguiría fingiendo.-¿En serio?- fingió sorpresa y una sonrisa- oh, entonces lamento haberte traído hasta aquí para molestarte... es que Edson no me dijo nada de ti, sabes, mi esposo es muy distraído- Corina rió cubriendo sus labios.

Lozano no pudo ni sonreír. Estaba ahí viendo fijamente a la "esposa" de Edson. Estaba destrozado y quería huir de ahí, de inmediato.

Bueno...- Corina soltó un suspiro- ¿quieres que tomemos algo?, yo te invito- y llamó al mesero.

Hirving no respondió nada... solo pidió "permiso" para ir al baño.

Se encerró en uno y se echó a llorar pegando su frente en la puerta cerrada frente a él. Edson, su Edson, la persona que más amaba desde que tenía menos de 14 años, le había mentido; lo había buscado con engaños, solo para estar con él, ilusionarle, para después enterase que estaba casado...

Y que no era con él, porque Edson no lo amaba como este había prometido.

Colocó su mano en su boca para callar sus lamentos. Se sintió pequeño, usado... asqueroso. Sintió que estaba entrando en pánico, que se sentía como si fuera a morir ahí mismo. ¿En serio qué sentido tendría la vida así?...

Limpió cada una de las lágrimas que rodaban con rapidez por su afligido rostro, pero llegó a un punto en el que eran bastantes, que dejó de intentar salvarlas, solo las dejò caer, y que murieran, así como él sentía morir. Aún no tenía el valor de salir y ver a quién le habría robado al amor de su vida.

¿Cómo continuar?... ¿como continuar así?... pensaba Hirving.
.
.
.
.
¿Decís que querés que salga con voz a cenar?, no Guillermo, vos estás confundido, yo solo acepto a salir contigo porque me gusta lo que hacemos- Lio se sentó en la cama para buscar su ropa y poder vestirse. Había tenido nuevamente sexo con Guillermo.

¿Por qué no podemos salir a cenar?, si quieres después cogemos pero vamos- Ochoa estaba recostado sobre la cama, mirando como aquel alfa se vestía con su ropa interior.

Messi suspiró- no Guillermo. Mirá, no te conviene- Messi bajó su mirada, pero después miró a Ochoa. - Vos sos un alfa, y yo también, nuestro destino es estar con un omega o una omega, marcarla, y tener hijos.

¿No fuiste tú el que me dijo "quién te dijo que solo podés estar con un omega"?- Ochoa sonrió respondiendo.

Lio alzó una ceja- ¿te burlás de mi acento?- entonces Ochoa inmediatamente negó riendo.

Solo digo... estamos aquí, nos seguimos viendo... ¿qué tal si intentamos otra cosa que no sea coger?- Guillermo de levantó de la cama y caminó hasta Messi. Ambos quedaron frente a frente.

Lio le miró.- ¿Estás seguro?- preguntó con incertidumbre Lio.

Muy seguro- respondió Ochoa antes de besar por primera vez con cariño a Lio.
.
.
.
Ahí estás- Corina sonrió con falsedad al ver que Hirving regresaba caminando, a pasos lentos, hasta sentarse. La felicidad que desbordaba al verle en ese estado de clara tristeza, la hizo sentirse emocionada. Todo estaba resultado perfecto para ella, solo así Hirving no querría ver a Edson, ya solo hacía falta deshacerse de él.

Hirving miró el café frente a él, que Corina había pedido. Nuevamente, café, como lo que él preparaba a diario, como lo que solo podía hacer en la cafetería de Guillermo, Guillermo, un alfa que siempre le ofreció todo, y que él destrozó por estar con...

Edson. La persona que más amaba, el amor de su vida, la persona por la cuál podría dar su vida, quién le prometió que le amaba, que estaría con él, que regresaría, que lo buscaría, que estaba casado.

Su mirada se mantuvo baja, y se apretó fuerte de las piernas para no llorar frente a la esposa de ese mismo Edson que había besado constantemente sus labios con supuesto "amor".

No sabía cómo te gustaba exactamente el café, pero espero que así te guste- Corina interrumpió con una sonrisa antes de beber su té.- Nuevamente perdón por hacerte venir hasta acá para nada, es que- suspiró- amo tanto a mi Edson, no quiero perderlo.

Yo tampoco quería- pensó Hirving.- Entiendo- solo logró responder eso antes de beber un sorbo del café, por cortesía y educación. Yo tampoco quería perderlo... se repetía constantemente en su mente Hirving.

Bueno, a ver qué día organizamos algo en nuestra casa para que vayas- Corina bebió de su té, admirando con una sonrisa al cabizbajo Hirving. Entonces fingió una llamada.

Voy para allá- y fingió colgar.- Hirving, perdón, tengo qué irme, trabajo, ya sabes, pero bueno, fue un completo placer conocerte, te veo luego, ¡ah!, la cuenta ya está pagada.- Corina se levantó de su asiento y se alejó caminando triunfante hasta la salida.

Solo así Hirving pudo respirar. Bajó la taza de sus labios. Su rostro expresaba dolor, pero sin duda lo que más expresaba tristeza era su llanto.

¿𝐃𝐄 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐓𝐔? [𝘏𝘪𝘳𝘷𝘪𝘯𝘨 𝘺 𝘌𝘥𝘴𝘰𝘯]. OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora