¿𝐃𝐄 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐓𝐔? [𝘏𝘪𝘳𝘷𝘪𝘯𝘨 𝘺 𝘌𝘥𝘴𝘰𝘯]. OMEGAVERSE

𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝑉𝐸𝐼𝑁𝑇𝐼𝐶𝑈𝐴𝑇𝑅𝑂 "𝒅𝒆𝒄𝒊𝒔𝒊𝒐𝒏".

Lio alejó su mandíbula de Guillermo con lentitud. Relamió sus labios humedos y cálidos. Sintió algo de miedo de ver el rostro de Ochoa.

Ambos habían terminado, Lio dentro del ahora... su sigma, y Guillermo entre los abdomen de ambos. Pero Lio respiró con dificultad, temió por la reacción ya sin excitación de Guillermo, quizás solo había sido producto del momento y no porque quisiera...

Pero todo lo contrario.

Gracias - susurró Guillermo recuperando el aliento, con una sonrisa- ¿tú estás bien con esto?- acarició entonces Ochoa la nuca de Lio, aún no admiraban el rostro del otro.

Lio asintió con lentitud. Acarició la espalda de Guillermo - sos increíble... Guille...- y volvió a lamer y besar donde había dejado la marca en el cuello ajeno. ¿Pero... realmente estaba bien con eso?.
.
.
.
.
.
Hirving se movió sobre la gran cama de la habitación. La noche anterior se había quedado con Edson hablando bajo la luz de una tenue linterna, hasta que el sueño terminó por hacerlos caer en sus brazos.

El omega se levantó sosteniéndose del pecho del aún dormido alfa. Sonrió al respirar la calidez y suavidad del olor a chocolate amargo invadir la habitación. Miró al rededor todo, ya completamente iluminado.

Se sentía extraño. ¿Por qué?... porque jamás había sentido aquella tranquilidad al despertar.

Hirving regresó su vista a Edson, que aún dormía, y por su rostro, estaba descansando muy bien al igual que como él descanso. Hirving acercó su mano al rostro dormido, y acarició la mejilla de este con ternura y una sonrisa.

Tú haces que todo mejore- susurró - tú... siempre has sido tú...- Hirving suspiró y ladeó su rostro. Entonces se le ocurrió una idea, como forma de agradecimiento por todo lo que Edson habría hecho por él. Con cuidado de no moverle para no despertarle, se levantó de la cómoda y amplia cama, y salió de la habitación estirando sus brazos.

Edson se movió con lentitud, la herida en su estómago aún resultaba incómoda y le generaba cierto dolor. Abrió sus ojos al no respirar más el olor a chocolate blanco de su omega, pero se tranquilizó, supo que Hirving también debía tener su espacio libre y para él solo.

Aunque arrugó su rostro al darse cuenta de que no podía sentarse por sí solo. Debía esperar a que su lindo omega regresara para poder ayudarle. Por un momento su alfa interno le recriminó, normalmente y por su instinto, él siempre quería ser quién atendiera todos los gustos y caprichos de su omega, pero entendió que por su condición física no podría en ese momento. Pero después sí.

Esperó. Afortunadamente Hirving regresó solo 10 minutos después de que Edson despertó.

Buenos días, mi amor - Edson giró su rostro recostado en la almohada boca arriba al costado donde se hallaba Hirving, quién le miró con una sonrisa amplia para después acercarse a él.

Buenos días - respondió Lozano para después cerca de Edson, inclinarse a su rostro y besar su frente.- Perdona por la tardanza... te fuí a preparar un desayuno- Hirving sonrió admirando el rostro de su alfa.

Edson suspiró acariciando la mejilla del omega- muchas gracias, pero no debiste, yo soy el que debería atenderte- protestó, pero la idea de que Hirving le cuidara le gustó, aunque a su alfa interno no porque quería ser él quien hiciera todo eso a Hirving, por el amor que le tenía.

No es nada, ven, te ayudo para que bajemos- respondió Hirving para incorporarse en su estatura y ayudar a sentar, y después a levantar a Edson.

Una vez abajo.

Álvarez se sentó en una silla, Hirving entonces soltó su agarre para poder servir el desayuno para él y para su alfa.

Casi no sé cocinar, pero pues espero te guste - Hirving rió algo avergonzado.

Yo sé hacerlo, cuando me sienta bien, yo voy a cocinarte. Nuevamente, muchas gracias, mi amor.- Indicó el alfa viendo con una sonrisa y gran detenimiento cada movimiento de Hirving. Estaba completamente enamorado de él.
.
.
.
.
Lio se hallaba sentado en la cama, aún desnudo, al lado de Guillermo, quién dormía boca abajo. Todo se veía igual, pensó.

A no ser porque ahora se podía apreciar una marca en el cuello del alfa olor a café, que indicaba que estaba ahora enlazado y junto a otro, cambiando así toda su "configuración" como alfa. Ahora sería un sigma.

Su sigma.

Lio sonrió y soltó un suspiro recargando su cabeza en el respaldo para ahora mirar al frente.- Una marca mía...- susurró. Incrédulo.

Sintió incredulidad porque eso jamás había sucedido, nunca, bajo ninguna razón. Siempre había estado con omegas, alfas, betas, etc. Disfrutando de su sexualidad con toda responsabilidad física...

Pero no afectiva.

Siempre recalcó que él no estaba ahí para compromisos, cambiar pañales o encargarse de un capricho de su pareja solo por estar enlazados. No era lo suyo y prefería siempre dejarlo claro para que la otra persona tomara la decisión.

Le gustaba ser así, se sentía libre... quizás por eso sintió que no podía ser amado...

Su sonrisa pronto se desvaneció. Volvió a mirar a Guillermo que estaba dormido...con su marca.

Lio se preocupó. Tuvo miedo, ¿y si eso no había sido lo correcto?, se cuestionó pero no encontró una respuesta. Por un momento pensó en que todo aquello había sido un producto más de una excitación inexplicable, y no de una conexión...

Y bingo, acertó en una de esas dos opciones, pero no supo en cuál es las dos sería.

Pero decidió que debía tomar una decisión. Opción 1, u opción 2.

Dejarlo, o quedarse con él.
.
.
.
Guillermo se movió girando su rostro en la dirección contraria, pero el olor a pino lo hizo sonreír y volver a girar.

Buen día, Lio- susurró aún con sus ojos cerrados Guillermo. Él supo perfectamente lo que había pasado la noche anterior, y que ahora llevaba una marca que cambiaría completamente su ser, pero eso lo mantuvo feliz.

Aunque...

Abrió sus ojos al no recibir respuesta del olor a pino.

Entonces se dió cuenta de que Lio no estaba del otro lado de la cama. Se había ido.