𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝑂𝐶𝐻𝑂 "𝒕𝒆 𝒂𝒚𝒖𝒅𝒐".

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Hirving había caminado desde la salida del hotel hasta llegar a la calle del café donde trabajaba. La noche anterior después de que sus impulsos abrazaran a Edson por la espalda, el alfa le dedicó un cálido "buenas noches" antes de salir de la habitación.

Pero tan solo media hora después de aquello, el servicio a la habitación tocó su puerta para llevarle comida y medicamentos para el dolor que Edson le había comprado.

Sólo después de eso sintió que pudo dormir relajado.

Ahora debía enfrentar una batalla. La de entrar al café en su estado tan golpeado, no se hizo ideas de qué le dirían Diego y Guillermo, pero sí supo que le harían miles de preguntas que debían responder. Suspiró sintiéndose nervioso al casi llegar a la puerta.





Madre- Edson recibió con una sonrisa y un beso en la mejilla a su madre que recién había llegado a su casa esa mañana.

Durante el espacio en el que despertó (en el sofá) hasta la hora del desayuno cuando llegó su madre, Corina no le dirigió la palabra a Edson.

No es que a este le preocupara lo que Corina sintiera, le preocupaba lo que esta podía llegar a ser y prueba de ello sería su linda y amable madre.

¿A que debo que estés aquí, mamá?- el alfa dejó pasar a la mujer de casta omega a su casa, en aquella familia ella era la única omega, y para suerte, era la madre de Edson.

Corina me llamó ayer en la noche, hijo, ¿por qué no llegaste a dormir?- y justo como Edson lo temía, Corina había manipulado a su amable madre para hacerlo quedar mal.

Edson solo pudo suspirar antes de explicarse - sí llegué a dormir, mamá, solo que llegué tarde porque... porque habló un cliente que quería comprar mil prendas, y bueno, ya sabes que mi padre ya no está muy agusto con eso de los pagos y negocios entonces yo me encargué.- Edson se sintió mal por mentirle a su madre, pero esta lo creyó.

¿Y por qué no le avisaste a Corina?, los esposos se tienen que decir todo lo que hagan- aquella mujer de edad ya algo avanzada, aceptó la invitación de sentarse en el sofá de la vivienda de Edson para que siguieran hablando con su hijo.

Entonces Corina encontró el momento exacto para entrar.

¡Por que no me ama, Rosita!, ¿por qué más va a hacer?- Corina entró hasta la sala, tenía un aspecto terrible... parecía como si hubiese estado despierta toda la noche llorando preocupada por Edson, aunque no fuera así, había dormido excelente sola y esa mañana se levantó temprano para maquillarse y fingir tristeza.

Mira nada más, Corina, te ves muy mal- nuevamente la ingenua omega lo creyó, entonces abrazó a Corina quién fingió llorar en sus brazos.

Edson no podía creer lo nefasta que era esa mujer con él y con su madre. Necesitaba romper con ese compromiso a como diera lugar.

Bueno, si tanto te hago llorar, entonces deberías reconsiderar casarte conmigo - Edson habló indiferente para Corina, aquello hizo que su madre se molestara.

No, mi amor, no me digas eso - aquella voz fingida de Corina lo hizo sentir nauseas, pero se molestó aún más cuando sintió que esta lo abrazó con su asqueroso olor de alfa a vino.

¡Que lindos se ven los dos así!, Edson, hijo, ella es una buena mujer, porfavor trátala bien- la dulce omega sonrió enternecida de ver aquel abrazo.

Edson supo que Corina estaba sonriendo pero por haberse salido con la suya. Lo que no imaginó, es en la cantidad de cosas que esta estaba dispuesta a hacer...


¿Hirving?...- Diego fue el primero en preocuparse por el estado físico del omega, en cuanto este entró.

Diego...- Hirving susurró e inmediatamente se encaminó hasta su compañero para abrazarle. Diego correspondió en cierto estado de shock.

¿Por qué estás así?- Lainez aún no lograba digerir el estado tan lastimado de su amigo. Necesitaba una explicación clara.

Es... complicado... fue mi padre- Hirving se alejó de aquel abrazo, y habló en un susurro, supo que Guillermo estaba ocupado en su oficina ya que no había salido.

¿Tu padre?, ¿él te dejó así?, Hirving, tu vida corre peligro...- Diego sabía que si su amigo y compañero seguía en esa situación, no terminaría bien. Se decidió en ayudarlo.

Es muy complicado de contártelo, y no es correcto que hablemos de eso aquí, por Guillermo - Lozano tenía un semblante preocupado.

Comprendo, Hirving, pero no puedes quedarte ahí, ¿por qué no te quedas conmigo?, podemos ser lo que llaman "roomies".- Diego sonrió con genuina sinceridad, aquello hizo sentir a Hirving en un toque de luz.

¿Diego, es en serio?- Lozano sonrió sintiéndose al borde de las lágrimas.

Muy en serio, mira, podemos irnos a la mitad con los gastos, tengo un sofá muy cómodo, aunque si quieres te puedes quedar en mi cama- la amabilidad que Diego le dedicó a Hirving lo hizo sentir feliz.

El sofá será una excelente opción, solo qué... gasté este pago en las medicinas de... mi padre, ahora no cuento con dinero- Hirving se decepcionó al recordar que no tendría durante un buen rato para solventar la mitad de los pagos de Diego.

Lainez suspiró.- Mira, no quiero que te pongas en riesgo regresando a tu casa, no te preocupes por eso ahora, en cuanto te recuperes económicamente, cooperas.- Diego se mantuvo optimista.

...Diego, muchísimas gracias, ¡si quiero!- nuevamente Hirving abrazó a Diego, pero un tercer olor a café los interrumpió.

¡Llegaste!, te ext...¡¿Qué te pasó Hirving?!, mira nada más, ¡¿quién te golpeó así?!- Guillermo inmediatamente Hirving soltó a Diego y le miró, corrió hasta él y lo tomó por las mejillas para cuestionar todo lo anterior.

Hola, no te pr- no pudo terminar de hablar porque ya estaba siendo abrazado con cariño por Guillermo.- No, Guillermo, estoy bien, yo... ayer- Hirving suspiró - no es nada.

¡¿Qué no es nada?!, te golpearon horrible, ¿quién fue?, ahorita mismo voy a ir y- pero esta vez quién no concluyó de hablar fue Ochoa.

Lozano había unido sus labios con los del alfa preocupado.

Ochoa se sorprendió de aquello, normalmente siempre era él quien iniciaba un beso con Hirving, pero esa vez fue al revés. Sus dudas de que quizá no era querido como él quería se fueron.

Pero Hirving lo besó para que no le preguntara más...

Diego entonces se alejó de ellos para atender a una persona que había llegado.- ¡Hola!, que sorpresa tenerlo por aquí de nuevo.

Era Edson que había entrado al café, y estaba viendo el beso entre Guillermo y su Hirving.

¿𝐃𝐄 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐓𝐔? [𝘏𝘪𝘳𝘷𝘪𝘯𝘨 𝘺 𝘌𝘥𝘴𝘰𝘯]. OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora