...¿Tú no me amas?, ¿tú no quieres estar conmigo?...- Ochoa limpió sus lágrimas de su desdichado rostro.
Diego se sintió incómodo de presenciar aquello.
Hirving intentó arreglarlo - Guillermo, es que...- pero no supo cómo. No le diría cualquier mentira solo para que estuviera bien, era mejor así.
Pero por otro lado, él también quería llorar. Si bien no lo amaba, sí lo quería. Guillermo le había tendido un trabajo cuando más lo necesitó, aunque se culpó cuando aceptó ser algo más que una amistad con él cuando solo lo quería como amigo. Se hubieran evitado muchos problemas.
Guillermo no dijo nada más; se alejó de su bloqueo de la salida para que pudieran irse.
Diego aprovechó inmediatamente eso para caminar y salir. Quería darles espacio; pero ya no había nada más qué hablar.
Hirving caminó con lentitud hasta tocar la puerta para abrirla. Suspiró antes de decir: "lo siento", a Guillermo y salir de ahí, dejando al desolado alfa con su dolor.
Edson... ¿no te gusta obedecer a tu mamá?, te dijo que los esposos debían contarse todo - en la mañana cuando Edson regresó sonriente y feliz por probar los labios de a quién realmente amaba, se topó con la amarga sorpresa de que Corina lo esperaba sentada en el sofá y con una sonrisa.
Si regresé fue para decirte algo.- Edson ya debía de romper con ese compromiso.
¿Que me amas?- Corina rió a carcajadas, pero esto cesó de inmediato y pasó a un rostro molesto y sorprendido al escuchar...
Vine a decirte que te vas de mi casa.
Que dijo Edson.
¿Eres imbécil?, tú no puedes correrme de aquí, me necesitas. ¿Crees que tu padre estará contento con esa decisión?, tú y yo vamos a casarnos- Corina se levantó de su asiento con indignación.
Edson levantó su rostro y ahora fue su turno de sonreír.- Que pena que no me interese. Te dije que te vas de mi casa, vete.
Corina tragó saliva soltando un suspiro pesado. El ambiente comenzó a llenarse de feromonas de ambos.
Edson, no hagas estupideces. No te conviene hacerme enojar- Corina empuñó su mano, pero eso no intimidaría a Edson.
A la que no le convino fue a otra. Me voy, y cuando regrese, quiero verte con tus maletitas en la puerta, Corina- Álvarez sonrió antes de dar la media vuelta e ir a su habitación.
Pero a penas los planes de Corina para no salir de ahí, empezarían. Jugaría cuan sucio tuviera qué hacerlo, con tal de quedarse ahí.
Después de aquella discusión, Edson salió en cuanto no vió más a Corina en la sala. Saldría a desquitar un poco el tiempo trabajando. Anhelaba regresar al día siguiente al café para ver a Hirving.
Ten- Diego extendió hasta Hirving un vaso con agua y una pastilla para el dolor de cabeza, además de que debía tomarse otros analgésicos para el dolor.
Gracias.- Hirving respondió desganado, después de lo que hizo con Guillermo, se sintió culpable, y no sería para menos.
Bueno, ¿quieres cenar algo?, tengo... cereal... galletas, y...ya- Diego rió por lo bajo al darse cuenta del increíble bufet en su refrigerador.
Hirving negó después de tragar la primer pastilla. Quería dormir y ya había comido en la tarde en el café. Guillermo normalmente les invitaba algo de fuera.
¿Está bien si me voy a dormir?, ha sido un día difícil - Lozano se recargó en el respaldo del sofá en el cuál dormiría esa noche; se dió cuenta de que Diego tenía razón cuando le dijo que era cómodo.
Pero Lainez se sentó a su lado.- Está bien pero... dijiste que ibas a explicarme qué pasó.- Entonces Hirving supo que Diego tenía razón. Debía contarle.
Bueno- comenzó el omega- como te lo dije hace rato. Mi papá me pegó... pero normalmente siempre me pegaba desde que- hizo una pausa. Después siguió - cuando tenía 14 años me encontró con alguien... nos estábamos besando; entonces me vió, se enojó... y desde ese día me odia, me dice cosas feas sobre mí, sobre mi olor; pero lo peor es que... me alejó de esa persona.- Lozano admiró el líquido cristalino del vaso con tristeza.- Y no logré volver a verlo, hasta ayer...- y por más que lo intentó, no pudo resguardar la sonrisa que se formó en sus labios y se escapó de ellos.
Diego le escuchó con mucha atención. - ¿Hasta ayer?, ¿y quién es?- si bien no era Guillermo, entonces debía ser alguien más, pensó Diego.
Es... -Hirving cerró sus ojos con bastante timidez al confesar de quién se trataba- el jóven que llegó esta mañana al café...- se avergonzó más al ver como Diego abría su boca sorprendido.
¡Por eso me preguntó sobre el chocolate blanco!- Diego admiró el suelo con un rostro de incredulidad.
Pero Hirving suspiró profundamente al recordar el beso que dió lugar con Edson... entonces solo en ese momento logró olvidarse de Guillermo.
Ochoa bajó del transporte público una vez llegó al destino cuyo barrio tendría lo que él quería. Alcohol. Pero sintió que necesitaba más; se sentía dañado, su orgullo estaba destrozado por el omega que lo rompió.
Se dió cuenta de que, para olvidar la humillación que le hizo Hirving, necesitaba a uno de su tipo, un omega; entonces encontró un lugar donde pudiera encontrarle sin problemas: un club nocturno.
Entró en aquel espacio. Inmediatamente sus pulmones se llenaron de miles de olores dulces por todos los omegas hembras y machos del lugar. Miró a su al rededor, todo estaba lleno de lujuria y seducción. Sintió que ese sería el lugar perfecto para recuperar su orgullo de alfa.
Se sentó en una de las mesas vacías, esperó pacientemente hasta que uno de los omega que trabajaban ahí lo atendiera, pero mientras miraba sin cesar por todo el lugar a verle, su vista captó algo más antes que a un dulce omega.
Miró en la barra, pero no se detuvo a ver como el barman preparaba las bebidas, sino en la espalda de lo que parecía ser un omega por su tamaño. Guillermo sonrió de inmediato; como estaba de espaldas no logró admirar su rostro, pero le gustó lo que vió.
Entonces se levantó. Caminó con seguridad hasta llegar a la espalda que le gustó. Llamó su atención del omega con el dedo en su hombro, pero espera... ¿un omega con olor a pino?.
¿Qué querés?- ¡era un alfa!, pensó Guillermo, y además, de nacionalidad argentina.
Ochoa no supo qué decir. El rostro angelical pero al mismo tiempo dominante de aquel alfa lo confundió, juraba que sería un tierno omega, pero fue un alfa.
¿Pensás que soy un omega?- Lionel rió burlesco y negó- me cansa que todos piensen que soy así. - Pero Ochoa siguió en silencio admirandole.- ¿vos te vas a quedar ahí o vas a sentarte?- Lio giró volviéndose a recargar sobre la barra para ingerir su bebida.
Guillermo reaccionó y tomó asiento a su lado- tienes razón. Pensé que eras un omega...- respondió al fin aquel alfa.- Soy Guillermo- se presentó con una sonrisa al mirarle.
Lio- respondió aquel alfa en la barra sin mirarlo.- ¿Crees que a un omega le gustará venir a ver omegas semidesnudos?- el alfa argentino terminó de beber el alcohol de su vaso.
Guillermo negó pidiendo un trago con señas. Ahora se sintió avergonzado por qué el si fue a ver omegas semidesnudos - creo que no...disculpa si te ofendí -una vez su trago llegó, lo bebió de una.
Lio negó - no seas grosero. Ser omega no es lo peor del mundo ni una ofensa- pero aquellas palabras de Messi hicieron suspirar a Guillermo.
Gracias a uno de ellos estoy aquí. Aveces me da mucha pena ser un alfa, porque tengo que estar con ellos- Ochoa recargó sus brazos en la barra con molestía.
Entonces Lio sonrió y por fin pudo voltear a verlo.- ¿y a vos quién te dijo que solo podés estar con ellos?- y relamió sus labios con sabor a alcohol.
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¿𝐃𝐄 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐓𝐔? [𝘏𝘪𝘳𝘷𝘪𝘯𝘨 𝘺 𝘌𝘥𝘴𝘰𝘯]. OMEGAVERSE
LosoweHirving Lozano es un joven de 23 años. Vive y trabaja cotidianamente además de que comparte un techo junto a su padre, un ex militar retirado. Pero este lo odia por ser un omega. Edson Álvarez por su parte, a su edad de 24 años se halla comprometido...