Hirving miraba por la ventana la oscura noche que daba hacía afuera. Pero, incluso aquella oscuridad de fuera, ya no le asustaba, tenía una gran y radiante sonrisa. Pronto sintió un par de brazos que le rodearon con cariño por la espalda, y sonrió al respirar el delicioso olor a chocolate amargo y menta de su esposo.
Su habitación de pareja era cálida, iluminada, era como si la oscuridad de la calle no pudiera alcanzarles...
Al esta juntos.
¿Quieres ir a dormir ya, mi Hirving?— preguntó Edson.
Habían transcurrido 2 meses más, por lo que, sus hijas ahora contaban con 8 saludables meses, pronto cumplirían un lindo año en la vida de los aún muy enamorados.
Hirving negó.— Quiero quedarme un poco más, así, despierto, juntito a ti— respondió Lozano, abrazando con cariño los brazos que le rodeaban de su esposo.
Amor, pero es tarde, y debemos viajar mañana temprano. Estoy muy emocionado, siempre quise ir a Londres— Edson había planeado un viaje a una ciudad a la cuál, él siempre había querido ir. Estaba feliz.
Hirving giró su cuerpo y le abrazó, hundiendo su rostro en el pecho de su alfa.— Estaba pensando en, cuando nos besamos por primera vez... fue muy lindo— habló el omega.
Edson acarició su cabello y sonrió — me acuerdo que fue gracias a un tenni. — Suspiró.— Quizás no sea el momento, pero... aún quisiera disculparme por el sufrimiento que pasaste al estar lejos...
Hirving miró el rostro de Edson, sin soltar su abrazo, y sonrió — eso ya no me duele más. Lo único que queda de eso son recuerdos — tomó la mano de Álvarez y la colocó en su pecho — y heridas que han sanado. El que se suponía era mi padre, no forma más parte de mi vida.— Respondió Hirving con tranquilidad.
Edson sonrió al sentir los latidos tranquilos del corazón de su lindo omega.
Tienes razón. ¿Debería dejar de decir lo siento?— cuestionó Álvarez con voz tranquila.
Lo deberías, mi alfa— contestó con una sincera sonrisa Hirving — aunque, antes de que olvidemos todo eso... también quisiera disculparme. Al principio me dejé guiar por mis emociones negativas, los celo y...— suspiró — no medí las consecuencias...
Cuando Corina...
Te apuñaló aquella ocasión, yo...— entonces los ojos de chocolate blanco se aguadaron— perdóname.
Esta vez fue el turno de Edson de mirar el rostro de su amado— ahora tengo que pedirte a ti que lo olvides, mi vida. Lo más importante es que estamos aquí juntos, los dos... y que también están nuestras lindas hijas, igual de lindas que tú — sonrió con ternura Edson.
Hirving sonrió limpiando sus lágrimas. — Sabes algo... también recuerdo la vez que te atoraste en esa resbaladilla — dijo con una risita.
Álvarez soltó una carcajada que hizo hacia atrás su cabeza— que vergüenza. No me podía safar, ¡o que tal la vez que jugamos a la pasarela de moda!.
¡Ah sí!, que me enojé porque no me dijiste que tenía 90-60-90— Lozano volvió a cruzar sus brazos fingiendo molestia. Edson sonrió.
Mi amor, te dije que tú eres más perfecto. Hasta extraño tú pancita— dijo el alfa acariciando el vientre solo de su omega.
¿Me quieres rellenar otra vez como a piñata?, ay Omar— bromeó Lozano— bueno, está bien— y alzó sus hombros yendo a acostarse en la cama, con sus brazos y piernas extendidas.
Edson volvió a reír y se recostó a su lado abrazándolo —que placer sería. Pero ya nos tenemos que dormir, mañana viajamos— y besó la mejilla de su omega.
Hirving se recostó de lado y se acurrucó en su esposo con calma... pero de la nada empezó a reír alto, carcajadas, rodando en la cama, a gritos. Asustando a Edson.
¡Me acordé!— decía sin aire Hirving.
Edson se sentó en la cama, viendo a todos lado, como si buscara una cámara oculta— ¿de que te acordaste, mi vida?.
¡De cuando Diego leyó cómo me dijiste "chi" por mensaje!— y entonces Lozano volvió a reír a carcajadas.
La sonrisa de su alfa desapareció.— Amor...— dijo evitando reír, se sintió avergonzado, incluso se puso bastante rojo...
Pero ladeó su cabeza y suspiró con una sonrisa radiante en su rostro. Ver así de feliz a su esposo, su omega, su vida, a su amor hecha persona, era... incomparable.
Lozano limpió esta vez sus lágrimas de risa, y sostuvo su estómago de dolor por tanto reír— ay, se me va a abrir la cesárea.
Con esas palabras, Edson sí empezó a reír. Ahora ambos estaban riendo nuevamente...
Juntos.
Poco a poco fueron cesando, incluso algunos bostezos de ambos se hicieron presentes, aún estaban acostados juntos a lo largo de la cama, donde sobresalían algo sus pies.
Ahora creo que podemos ir a dormir, mi amor— dijo ya más tranquilo Hirving. Edson se acomodó en el pecho de su omega y cerró sus ojos sonriendo.
Esta vez, yo quiero dormir en tus brazos. Respirar tu dulce olor, y sentir la calidez de tu cuidado...— pidió el alfa.
Hirving asintió, entonces le rodeos protegiendole— ¿solo hoy?, puede ser mil millones de veces más...
Edson...
¿Mhmm?— cuestionó este.
No me alcanzará la vida...
Dijo Hirving. Edson se incorporó de inmediato, le miró y se preocupó al ver el llanto de su omega.— ¿A qué te refieres?...
Hirving sonrió entre lágrimas — no me alcanzará la vida para amarte como siempre lo hago... y eso me duele... quisiera poder ser eterno, para seguir siendo tuyo, para que puedas seguir amandome, y para que yo pueda seguir cuidandote...— dijo con calma— quiero... envejecer contigo, llegar hasta la cúspide máxima de nuestra edad — y tomó la mano de Edson, dejando un beso en esta— te amo desde mi adolescencia, te amo en mi adultez, te amaré en mi vejez, y...
En todas las vidas posibles...
Ahora los ojos del alfa estaban cristalinos, pero no porque fuera triste, al contrario... era tan sublime y hermoso que su felicidad se desbordaba en llanto junto a una sonrisas.
Edson se pegó aún más a él — quizás... quizás no nos alcance la vida terrenal para amarnos siempre... pero jamás estaremos lejos del otro, y mientras vivamos... aquí...
Colocó la mano de Hirving en su pecho — aquí estás... y te haré feliz, te haré el desayuno, te besaré, te amaré, dejaré que me cuides...
Nos disfrutaremos tanto...
Que cuando llegue el momento de partir, lo hagamos felices, satisfechos y...
Juntos...
Lozano observa los ojos profundos de su alfa. Álvarez observaba la calidez en la mirada de su omega.
Te amo...— susurró Hirving con una sonrisa — ¡te amo!— dijo más alto— seguiremos escribiendo historia, juntos...
Te amo mucho más, mi Hirving — contestó Álvarez.— Tienes razón...
Y mañana, empezaremos.
Juntos. Sin que nada nos separe...
Álvarez se inclinó a besar los labios de su omega, Hirving correspondió. Ambos volvieron a sentir esa conección de amor como cuando eran jóvenes, todos esos años atrás. ¿Coincidencias?, no, el amor no se coincide, se vive, ¿destino?, sí, el amor es correspondido y destinado...
Posteriormente, y como de costumbre, ambos, Edson e Hirving, se recostaron en su cálida cama, juntos, abrazados, felices, amándose con intensa sinceridad, con profundidad... para a la mañana siguiente...
Seguir escribiendo una historia, juntos.
ESTÁS LEYENDO
¿𝐃𝐄 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐓𝐔? [𝘏𝘪𝘳𝘷𝘪𝘯𝘨 𝘺 𝘌𝘥𝘴𝘰𝘯]. OMEGAVERSE
De TodoHirving Lozano es un joven de 23 años. Vive y trabaja cotidianamente además de que comparte un techo junto a su padre, un ex militar retirado. Pero este lo odia por ser un omega. Edson Álvarez por su parte, a su edad de 24 años se halla comprometido...