𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝐶𝐼𝑁𝐶𝑈𝐸𝑁𝑇𝐴 𝑌 𝑈𝑁𝑂 "𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒅𝒆 𝒂𝒍𝒇𝒂𝒔"

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En serio, mi amor, es buena idea, aparte ya es muy tarde, no hay problema, hago un nidito y me duermo— insistía Hirving a su alfa, estaban pasando un excelente momento... de ajedrez.

Álvarez rió— siendo así, prefiero quedarme aquí contigo y abrazarte en tu nidito, mi amor.— Respondió Edson.

Jaque mate— dijo Hirving sonriendo— mi amor, pero irás con Lio, Diego y Andrés. Será divertido. Como una noche de alfas— insistió Hirving.

Edson suspiró. Diego le había llamado a Hirving para invitar a Edson a salir, solo alfas, Guillermo obligó a Lio a llevar a Andrés para que empezara a llevarse bien con el, pues sabía que pronto él y Angel estarían juntos.

Solo que Álvarez no quería aceptar y dejar solo a su omega...

Mi amor, ve, quiero que te diviertas, sé que regresarás pronto y estaremos bien— Hirving se levantó para guardar el ajedrez.

Edson aceptó — bien, pero solamente voy a ir una hora, y me regreso, ¿estarás bien?—  Álvarez estiró sus brazos aún sentado en la silla. Pronto sintió un abrazo.

Álvarez sintió el estómago abultado de su embarazado omega, en su mejilla, pues Hirving le había abrazado.— Ya no quiero que me dejes— dijo Lozano.

Álvarez abrazó a su lindo omega con cariño.

Si Hirving, yo te lo cuido— Diego había pasado por Edson en el auto de Guillermo que había comprado.

Pues más te vale que sí — respondió Hirving sonriendo. En realidad después de abrazarle se dió cuenta de que su alfa debía pasar tiempo con los de su raza, fuera del trabajo y del hogar, así que aceptó a que este se fuera, a pesar de que Edson protestaba.

Total, ¿qué podía salir mal?.

Edson se zafó del agarre de Diego y corrió a su omega— en una hora regreso, mi amor, mi Hirving, te amo, a ustedes también — Edson acariciaba el vientre de su omega mientas besaba sus labios.

Ya ya ya— dijo Diego volviendo a arrastrar a Edson quién no apartaba la mirada de su sonriente omega.

Una vez fuera, Andrés estaba quieto en una esquina del auto, pues, Lio estaba sentado a su lado y no dejaba de verlo...mal.

Ya traje al que va a pagar —bromeó Diego al llegar con Edson.

Excelente, espero que pidás la botella de la vez pasada— dijo al fin Lio feliz.

Andrés saludó a Edson.

¿Tú otra vez?— dijo Álvarez molesto al identificar a Andrés — ¿ya sabes andar en bicicleta o aún eres pendejo?.

Andrés sonrió y salió del auto— mira carnal, yo no estoy aquí para ver si te caigo chido o no. Estoy aquí por Angel, aunque no sé qué tiene que ver él contigo, pero vamos a llevarlo agusto, ¿arre?— dijo Guardado extendiendo su mano a Edson.

Edson suspiró...y tomó la mano de Andrés, sonriendo— que huevos de hablarme así. Pero acepto — dijo estrechando su mano.

El macho— dijo Diego para Andrés, pues, a pesar de Edson ser un alfa... tan alfa, Andrés había sido valiente.

Perate carnal, porque al chile empecé a temblar del miedo— confesó Andrés quién, si se había asustado al hablarle así a Edson.

Álvarez rió a carcajadas y le quitó las llaves a Diego— yo manejo.— Dijo y todo aceptaron. Tampoco iban a negarse, no vaya a ser que los golpeara.

Edson condujo hasta donde Diego le indicó pues, Lio tenía un lugar pero no era apto para el porte de Edson.

¿Aquí?— dijo con una mirada despectiva Álvarez al llegar a un bar llamado "la chingada".

Qué — todos voltearon a ver a Diego— dicen que aquí se pone chido, y que está muy tranquilo.

En eso, el guardia de seguridad estaba sacando a golpes a un jóven impertinente, que había golpeado a un barman que trabajaba ahí.

Sí... ¡vamos Diego!— dijo Lio feliz, entonces entraron corriendo al bar, Andrés y Edson se voltearon a ver.

Carnal, no traes por ahí una navaja por si acaso— dijo Andrés.

Edson negó — ¿y tú?.

Andrés negó— bueno... un padre nuestro y pa' dentro— dijo sonriendo y Andrés entró.

Edson suspiró negando. Estaba extrañando a su omega, seguramente este estaría solo, triste, llorando en su nido, extrañandole...

¡Ea, ea, ea!— bailaba Hirving quién, preparaba un pay de limón que se le había antojado. Estaba sumamente feliz cocinando mientras bailaba huapangos.

¡Aquí!— habló Diego agitando su mano a Edson quién había entrado. Ya estaban sentados en una mesa. Edson fue hasta ellos, se quitó su chamarra y se sentó.

Bueno, ya, para que no me odien tanto, yo les voy a chutar la botella cabrones— comenzó a decir Andrés, Lio y Diego aplaudieron felices.

El pinche Lio que es bien delicado, yo jamás te odié — dijo Diego.

Lio le dió un sape a su amigo alfa jefe chiquito — vos dijiste que le pusiera sal a si café.— Confesó Lio.

Andrés reía, Edson suspiraba admirando todo el lugar. Se veía... mal, muy mal.

Bueno ya, yo se las voy a pagar, ahorita vengo — se levantó Andrés.

Yo voy— dijo Diego levantandose también.

Edson, pará, tenés que ver algo más que no sea Hirving — dijo Lio al quedarse solo con Edson— él está bien. Seguramente sí estará llorando porque bueno, omega, pero tranquilo.

Edson suspiró. Sentir que dejó solo a su omega era triste. Seguramente él también estaba...

¡Y luego su hijo me dió el regalo que me dio!, es increíble, muchas gracias — hablaba feliz Hirving por teléfono con la madre de Edson. Mientras comía su pay, feliz.

Ya llegó su lodo puercas— dijo Andrés regresando con la botella.

Luego Lio si tiene la naríz así como puerquito—bromeó Diego. Lio volvió a pegarle.

Eso sí que le sacó una sonrisa a Edson.

Ya pinche Edson, ya wey, bájale. ¿Siempre está así?— preguntó Andrés. Todos asintieron.

Edson miró detenidamente a Andrés. Su silencio los hizo callarse y desviar sus miradas...

Saben qué. Ustedes ni saben tomar, esto se hace así —dijo Edson destapabdo la botella con una mano, para después alzarla en su boca. Todo empezaron a reír y a alabar a Edson.

La mañana cayó. Más calurosa de lo normal, y aquello despertó a Edson a pesar del dolor en su cabeza y ojos por la repentina vista soleada...

Al mar.

¿𝐃𝐄 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐓𝐔? [𝘏𝘪𝘳𝘷𝘪𝘯𝘨 𝘺 𝘌𝘥𝘴𝘰𝘯]. OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora