¿𝐃𝐄 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐎 𝐓𝐔? [𝘏𝘪𝘳𝘷𝘪𝘯𝘨 𝘺 𝘌𝘥𝘴𝘰𝘯]. OMEGAVERSE

𝐶𝐴𝑃𝐼𝑇𝑈𝐿𝑂 𝑉𝐸𝐼𝑁𝑇𝐼𝑆𝐼𝐸𝑇𝐸 "𝒍𝒍𝒂𝒎𝒂𝒅𝒂"

Edson se dedicó a abrazar a Hirving una vez estando recostado a su lado. Por su parte el recién omega enlazado por una marca, tocaba está con la yema de sus dedos y con mucha suavidad.

Ya era de noche. Hirving no se dió cuenta de que tenía varios mensajes preguntando sobre él y cuando regresaba al café de Guillermo.

¿Cómo te sientes?- cuestionó en un susurro el alfa (oficialmente) de Hirving. Quién sonrió haciéndole cosquillas en el cuello a su alfa.

Muy bien. Por el momento no siento nada distinto - confesó Hirving.- Solo me duele un poco. Pero quiero verla...- sonrió el omega recién marcado.

Seguramente se ve perfecta en ti, muchas gracias por dejarme hacerlo- respondió Edson.

¿Me das las gracias?- Hirving rió bajo- esto es algo que siempre había deseado... espero poder ser un buen omega para ti - aunque pensar en que aún era un omega, por las exigencias en todos esos años de su padre, aún le resultaba complicado de aceptar.

Y Edson lo sabía perfectamente.

Somos un complemento. Yo te necesito a ti... tú a mí. Si fuera al revés y yo fuera un omega, querría ser tuyo- mencionó el alfa olor a chocolate amargo y menta.

Hirving se incorporó y miró el rostro de Álvarez quien estaba recostado en la cama. También le miró.- Quiero hacerlo otra vez.

Edson frunció sus cejas confundido. - ¿Hacer qué?, si solo se puede tener una marca...- entonces logró entender a qué se refería su omega al ver su de pronto sonrosado rostro.

Lozano mordió su labio desviando la mirada penetrante de su alfa sobre él. No dijo nada más, estaba avergonzado.

Álvarez sonrió tratando de no hacerlo pues, no quería incomodarle. Con cuidado tomó a su omega por el hombro para recostarlo de nueva cuenta en la cama y subirse encima de él.- Lo que mi lindo omega me pida.- Y besó con lentitud los labios del tímido Hirving.

La mañana que dejaba a la vista la radiante luz del sol que atravesaba la ventana y la tela que la cubría despertó a Edson. Pero Hirving no estaba a su lado, lo supo por que no percibió su dulce olor. Se levantó y supuso que este estaba en el baño así que decidió darle su espacio; después de haberlo complacido tanto la noche anterior pensó en que debía tener un momento para él mismo. Bajó a la cocina para hacerle un desayuno.

Edson acertó, Hirving si estaba en el baño, pero lamentablemente él estaba...

Llegó hasta su cocina y colocó sus manos en la fría barra de esta para pensa en qué podría ser una buena opción para su omega. En lo que se le ocurría algo bueno, empezaría por un jugo de naranja natural fresco, para darles energía en el día.

Cuando estaba procesando el jugo de las naranjas de su cocina, su celular lo hizo secar sus manos y responder este.

Hola papá. - Edson sonrió al ver que era su padre al otro lado.

Edson, ¿cómo te sientes?, hablaba para preguntarte- respondió Omar, el padre del alfa.

Mejor papá. La verdad es que me siento muy bien -Edson sostuvo su celular con su oído y su hombro para seguir haciendo el jugo de naranja.

¿Puedes moverte?- volvió a cuestionar el padre de Edson.

Si pap...- entonces Edson cerró sus ojos recriminandose por esa respuesta. Sabía que eso significaba...

Que bueno hijo, porque te espero en mi oficina, quiero que me ayudes a cerrar tratos con empresas. Te veo en una hora y media, ¡ah!, y saludame a Hirving. Adios, mi pequeño gran alfa- respondió sonriente Omar.

Adiós papá...- contestó desganado Edson.

¿Ir?, ¿hoy?- susurró para sí Edson. Su rostro tenía una mueca de desagrado. Soltó un suspiro.- Debo ir a decírselo a mi Hirving - y dejó todo lo que estaba haciendo para subir a la habitación.

¿Mi amor?- cuestionó Edson. Pero no recibió respuesta.- ¿Mi amor, estás aquí?- volvió a preguntar acercándose a la puerta del baño y pegó su oído a esta.

Tampoco hubo respuesta.

Edson tragó saliva antes de entrar al baño. La escena que vió ante sus ojos lo hizo quedarse atónito.

Aquella persona que había conducido casi por 3 horas desde otra ciudad hasta dónde se hallaba Edson e Hirving, al fin llegó a una estación de gasolinería. Al mismo tiempo en el que esta se hallaban tiendas dónde podría bajarse y comprar algunas cosas interesantes.

Así lo hizo. Silvó caminando con tranquilidad a la puerta de vidrio transparente de la tienda. Y entró ahí.

Comenzó a caminar por los pasillos de las botanas, y tomó una bolsa de cacahuates. Parecía estar muy tranquilo, y lo estaba. Siguió caminando pero ya no hubo algo más que le llamara la atención.

Llegó hasta la caja con únicamente aquél producto masticable y sacó su cartera.- Ah, y una recarga porfavor.- mencionó a la cajera, quién cuestionó su compañía y número.

Una vez saliendo de ahí con todo pagado y un "gracias", caminó hasta pegarse a una pared y encender un cigarro.

Entonces sacó su celular.

Listo. Ya llegué - dijo aquella persona que había salido de la tienda.- ¿Qué quieres que haga?.

Ya te lo dije. No me hagas repetirlo, alguien puede oirme... ¿estás fumando verdad?- respondió la persona a la qué llamo aquél hombre.

Entonces rió la persona en la gasolinera al teléfono - y estoy al lado de una gasolinera. ¿Y si incendio todo?- se burló aquel hombre.

No seas idiota. Primero haz lo que te pedí con aquel omega idiota y ya después te matas si quieres- respondió una voz un poco más aguda.

¿Cómo conseguiste un teléfono si estás en prisión, Corina?- cuestiono la voz masculina.

Que te importa. Ya sabes que la seguridad aquí es una burla, pero si alguien me cacha... Edson se encargó de usar los mejores abogados en mi contra. Lo odio.- susurró Corina.

El hombre dejó de sonreír y apagó su cigarro pisándolo.- Juro que voy a vengarte, Corina.

Corina sonrió al otro lado- yo sé que lo harás. Hermanito querido... bueno, ya tienes la dirección, debo irme. Hazle lo que quieras a ese omega, separalos.- Hizo una pausa Corina.- Bien. Adiós...

Saul.