☹🏐 Storytime: Mi pequeño infierno deportivo 🏐☹️

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La escuela, esa época de tu vida donde tienes que aguantar gente que te cae mal y pasar materia a las que no le encuentras sentido en tu vida. Hola, queridos lectores. El día de hoy les vengo a contar sobre mi pequeño infierno deportivo. Como saben, ODIO el deporte, simplemente no me gusta, así que la clase de Educación Física no era precisamente mi favorita en mis tiempos de colégialo.

Esta triste historia así: me metí a una escuela pero el problema es que esa escuela tenía el problema de que era un desastre en lo que organización se trataba. En México, la institución que mueve todo lo relacionado a la educación es la Secretaria de Educación Pública (o SEP como se le conoce popularmente), la cual establece que en todas las escuelas de educación básica (preescolar, primaria, secundaria y preparatoria) deben impartir en sus alumnos dos horas a la semana de Educación Física 🙃🙃.

 En México, la institución que mueve todo lo relacionado a la educación es la Secretaria de Educación Pública (o SEP como se le conoce popularmente), la cual establece que en todas las escuelas de educación básica (preescolar, primaria, secundaria...

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El problema aquí era que en mi horario no estaba incluido la clase de Educación Física, lo que se me hacía extraño pero no decía nada, pues al fin y al cabo, era algo bueno. En un día normal, estaba haciendo una maqueta en equipo en clase de Geografía cuando entra al aula una de las coordinadoras de la escuela (llamémosla Lulú)  y tres hombres que no conocía.

Lulú dijo que a partir de la siguiente semana tendríamos que asistir a clase de Educación Física DESPUÉS DEL HORARIO ESCOLAR. Podíamos elegir una de entre las tres actividades que nos iban a ofrecer para cubrir las asistencias de Educación Física, y por ende, la calificación. Es decir, mi escuela no supo o no quiso quebrarse la cabeza para ponernos horas de Educación Física dentro de nuestro horario y nos hizo ir después del horario que se nos estableció 😠😠.

Uno a uno de los hombres fue presentándose así como la actividad que impartía: el primero impartía futbol de lunes a viernes de cinco a siete de la tarde en una cancha que está fuera de la escuela y algo lejos de ésta; el segundo impartía basquetbol y creo en los mismos horarios y en el mismo lugar; el tercero impartía voleibol de tres a cinco de la tarde en las instalaciones de la escuela de lunes a viernes.

Para este punto tal vez se podrán imaginar mi descontento y el de muchos alumnos más por hacernos venir en nuestro tiempo a las clases de Educación Física. Lulú agregó que si alguien realiza alguna actividad extracurricular o tuviera un problema de salud que le impida asistir a las clases deportivas, podía presentar en dirección un documento que diera fe y legalidad de aquello que te impedía asistir a Educación Física. Fue entonces que surgieron dos versiones con respecto a este asunto: uno, que las constancias eran para las personas que no asistían a ninguna clase por lo que podías asistir, si quisieras, a un sólo día a la semana y no meter constancia o dos, tenías que ir todos los días para aprobar.

Lo que me sorprendió de este asunto es que mis padres me dijeron que para no arriesgarnos a que repruebe Educación Física iría un día a la semana a clase de volibol y el resto serían justificadas por una constancia laboral que ellos me conseguirían. En cuanto tuve el papel lo entregué y estaba libre casi por completo del deporte.

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