El Beta Demian Richter era un hombre joven de treinta años, alto y fornido, que gustaba de organizar grandes reuniones en su casa a pesar de casi nunca participar en ellas, era respetado por todos y codiciado por muchas mujeres que soñaban con un día poder formar un lazo con él, le gustaba vestir de forma casual, pero sin perder la elegancia, y siempre cuidando de llevar la barba bien recortada y su cabello negro en un perfecto peinado hacia atrás. Un estilo que, sin duda, realzaba su madurez y gran atractivo, o eso era lo que Nova pensaba mientras lo veía a través del espejo en el que se admiraba, asegurándose de que aquella camisa azul le sentará bien antes de que la llevarán a planchar.
—¿Qué opinas? — preguntó el lobo, mirándola por el espejo.Nova era consciente de que carecía del más mínimo conocimiento de la moda y el buen gusto, por lo que no dudó en hacérselo saber.
—No creo ser la indicada para ayudar al señor — musitó con timidez.
El hombre gruñó con molestia y rápidamente se giró para tomarla del cuello con firmeza, cruzando sus miradas igual que la noche anterior.
—Vamos, niña. Necesito la opinión de una hembra, es por eso que estás aquí.
Nova se perdió por un instante en esos intensos ojos color miel que le estudiaban hasta el alma. «Sus ojos siguen siendo bonitos.» Reaccionó cuando su señor gruñó de nuevo y entonces fue capaz de responder.
—Creo que… — se le quebró la voz debido al agarre — le queda mejor el blanco.
Demian esbozó una leve sonrisa ante la respuesta, provocando que esos ojitos se desviaran hacia otra parte, un gesto que hizo ver a la Omega tan adorable e inocente, haciéndolo gruñir profundo. Que agradable sería enlazar a esa tierna lobita de cabellos azabaches para que siempre fuera suya y poder despertar en el cobijo de su exquisito aroma, no le importaría su rango ni lo que el resto de la manada opinara al respecto, sin embargo era una verdadera pena que estuviera incompleta, carente de esa forma híbrida; aunque eso no sería impedimento para poder divertirse con ella de vez en cuando como solía hacerlo con algunas mujeres, después de todo ese había sido su plan desde el día en que la trajo a su casa. Gruñó una vez más y, dejando de lado sus pensamientos, tomó la camisa blanca y se la arrojó a la chica para después irse a dar una ducha.
Sin perder tiempo, Nova se apresuró a preparar la ropa del señor para su cita de esa noche, planchando todo perfectamente, asegurándose de no haber pasado por alto la más mínima arruga, colocó todo con sumo cuidado sobre la enorme cama y salió de la elegante habitación, cerrando la puerta a sus espaldas.
«Tal vez debería reponer las horas de sueño. No he dormido bien últimamente — se dijo una vez que terminaba de bajar las escaleras y se dirigía a la cocina — Él no volverá hasta después de la media noche así que podré descansar.»
Los cuartos de servicio estaban ubicados junto al cuarto de lavado, ahí era donde todos los Omegas dormían, excepto Nova, a ella la mandaron a un viejo garage apartado de la casa, donde se guardaban algunas herramientas y cosas antiguas, y solo porque los otros Omega no querían tener que convivir con una licántropo sin lobo.
Su tranquila caminata por el enorme patio se vio interrumpida por el olor de una de sus compañeras que llegó hasta su nariz, haciéndole saber que estaba cerca, por lo que aceleró el paso, queriendo evitarla a toda costa.
—¡Oye, tú! — llamó una melodiosa voz.
«¿Por qué no pueden dejarme tranquila?» gruñó bajito. Lo único que quería era irse a dormir, pero esa chica estaba dispuesta a hacerle la vida imposible como todos los días, pero esta vez no se lo iba a permitir. Tal vez no podía hacer frente a sus superiores, pero sí a otros Omega, en especial a esa hembra que la llamaba, por lo que se dio la vuelta para poder encararla.
—¿Qué es lo que quieres? — preguntó casi en un rugido.
En respuesta, la hermosa rubia de prominentes curvas frente a ella gruñó molesta.
—Dime lo que tengas que decir, Alina — dijo irritada — De lo contrario vete y déjame tranquila.
Entonces la sensual loba la señaló con dedo acusador y volvió a gruñir, ahora más amenazante.
—¡Ya sé lo que pretendes! — le dijo sin borrar la enorme molestia en su rostro — ¡Pero ni creas que te saldrás con la tuya!
«Ya se volvió loca.» pensó Nova, frunciendo un poco el ceño.
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Omega
Loup-garouCuando Nova descubrió que era incapaz de cambiar de forma como los otros licántropos, inmediatamente fue rechazada por su familia y se le asignó el rango más bajo de la manada, ser una Omega, convirtiéndose en la sirviente de un solitario hombre que...