—Hace mucho tiempo, en una fría noche de invierno — comenzó a narrar el licántropo más viejo del pueblo a los niños que estaban sentados a su alrededor a la sombra de un enorme árbol — Una hermosa mujer de piel y cabellos blancos como la nieve, se encontró con un lobo atrapado en una terrible trampa.
—¿Quién era ella? — preguntó un pequeño niño repentinamente.
—Ella era la diosa luna — respondió el viejo con suma tranquilidad — Luna era curiosa, y sentía curiosidad por la tierra así que bajó del cielo para conocerla.
—¿Ella ayudó al lobo? — ahora preguntó una tímida niña.
—Luna es bondadosa, ella ayuda a cualquiera que lo necesite, por lo que no podía dejar al lobo morir; un toque fue suficiente para que con su luz lograra liberarlo y sanar sus heridas. A su modo el lobo preguntó cómo podía agradecerle por lo que Luna le dio la habilidad de transformarse en humano para que él pudiera mostrarle el mundo; así nació el primer licántropo.
Al escuchar esto, los niños se removieron en su lugar mostrando gran interés en la historia, ignorando los rezos de los adultos y los niños mayores que estaban presentes en el funeral del Alfa que se llevaba a cabo a solo unos metros de distancia.
—Cada que Luna bajaba a la tierra Lobo se convertía en humano y la recibía con una flor que ella colocaba en su cabello para adornarlo. Sin embargo, ser mitad humano también era llevar parte de su esencia, de su corazón, y con el tiempo Lobo se enamoró de Luna.
—¿Ella también lo amaba? — volvió a preguntar la niña.
—Sí, pero su amor no duraría para siempre, Luna estaba casada con el dios sol; y Sol, que era celoso, pronto los descubriría desatando un gran caos, pero sin importar lo que hiciera, Luna seguía viendo a Lobo; incluso dio a la manada de Lobo la habilidad de convertirse en humanos para confundir a Sol, pero Sol no era tonto y logró convencer a algunos licántropos de darles un don especial que les haría ver el futuro a cambio de que le dijeran quién era aquel que le quitó el amor de Luna; fue así que nacieron los profetas.
Los niños volvieron a removerse con gran emoción, haciendo sonar las hojas secas que tenían dispersas a su alrededor.
—Sol cumplió su promesa una vez que encontró a Lobo y lo quemó hasta que la piel se le desprendió del cuerpo. Luna lloró por horas, pues ni con su luz podría curar a su querido Lobo, así que en una estrella lo escondió para que ahí pudiera sanar, prometiendo que se volverían a ver en la tierra y así vivir su historia de amor, mientras tanto ella seguiría a lado de Sol, tal y como debía ser.
Se formó un silencio al tiempo que los niños se miraban entre sí con cierto entusiasmo y duda, pues para ellos esta historia no podía terminar así por lo que pronto una niña de vestido rojo levantó la mano y preguntó al anciano:
—¿De verdad se volverán a ver?
—Nadie lo sabe todavía — respondió el viejo con ese tono tranquilo y lleno de sabiduría — Quizás aún falten muchos años para que Lobo se recupere y venga a buscar a Luna.
Los niños parecieron conformes con la respuesta mientras sus padres se dirigían hacia ellos para llevarlos a casa. El viejo permaneció en su sitio hasta que el resto de la manada se alejó lo suficiente, entonces se puso de pie con ayuda de su bastón y caminó hasta el siguiente árbol.
—Sigues escondiéndote — dijo — No has cambiado nada de cuando eras pequeña — apoyó una mano sobre el tronco — Lamento mucho esto.
El anciano siguió su camino y luego de unos minutos Nova salió de su escondite con los ojos empañados en lágrimas, las cuales dejó caer libremente por sus pálidas mejillas. Sorbió un poco por la nariz y fue directo hasta el lugar donde habían sepultado al Alfa.
—Sé que no debería estar aquí, pero quiero que sepas que nunca dejé de amarte — se le quebró la voz — Me hubiera gustado ser una mejor hija… papi… lo siento…
Nova no pudo quedarse ahí por más tiempo y corrió de vuelta a casa de Demian sin que las lágrimas dejarán de brotar de sus ojitos negros.
Por otro lado Anna Klein estaba por enfrentar al consejo, conformado por los ocho licántropos beta que ella y su difunto esposo habían elegido como posibles sucesores; un puesto que ellos mismos se ganaron gracias a su fuerza y astucia. De acuerdo a las leyes licantropas, si uno de los Alfa moría el otro seguiría liderando la manada; sin embargo, esto no la dejaba exenta de que uno o más miembros del consejo quisieran arrebatarle el puesto retándola a una violenta batalla, y eso era algo que no iba a permitir. Tomó aire para tranquilisarse y entró en el gran salón donde el consejo ya estaba esperándola sentados en una gran mesa de madera. Se percató que una de las sillas estaba vacía, pero no le prestó la mínima atención y se dirigió a los demás.
—Yo, Anna Klein — dijo firme — me dirijo a ustedes para informarles que seguiré a la cabeza de la manada Hoffmann, y si alguno de ustedes no está de acuerdo con esto entonces estoy dispuesta a luchar.
Los beta se miraron entre ellos y debatieron en voz baja. Al final el beta de mayor edad se puso de pie y miró a Anna.
—Mi señora, el consejo ha decidido no removerla de su puesto. Hoffman seguirá bajo su mandato y nosotros seguiremos leales a usted.
El hombre volvió a tomar asiento y Anna se sintió aliviada, pero ese sentimiento no duraría mucho cuando su hijo mayor, Patrick, irrumpió en la sala.
—Siento llegar tarde — dijo en un tono travieso, casi burlón, y fue a su lugar, aunque no se sentó — Creo que han tomado una decisión sin que yo estuviera presente y de acuerdo a las normas no se puede llegar a un convenio si uno de los miembros está ausente.
—Basta, Patrick — dijo Anna — Mejor dinos qué sucede.
El mencionado sonrió de manera descarada, incomodando a su madre.
—Sucede que antes de morir, padre me nombró su sucesor, por lo que la manada queda a mi cargo y tú, querida madre, ahora eres una beta más.
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Omega
Manusia SerigalaCuando Nova descubrió que era incapaz de cambiar de forma como los otros licántropos, inmediatamente fue rechazada por su familia y se le asignó el rango más bajo de la manada, ser una Omega, convirtiéndose en la sirviente de un solitario hombre que...