Al despertar, sus ojos no tardaron en acostumbrarse a la enorme oscuridad de la fría habitación en la que se encontraba. Aún se sentía adolorido por la descarga, pero trató de levantarse y mirar por la pequeña ventana de la pared de enfrente, pero pesadas cadenas de plata lo ataban de manos y pies impidiendo que se moviera de su lugar.
—Eres débil, Demian. Siempre lo fuiste — dijo alguien en la oscuridad — Igual que tu pobre e inútil madre a la que nunca conociste.
Esa voz, la conocía, había pasado tanto desde la última vez que la escuchó. Levantó la mirada y un hombre salió de la penumbra. Era alguien de gran tamaño y fuerza, con una intimidante elegancia que hipnotizaba, de cabellos azabaches que llegaban a los hombros y ojos dorados miraban con frialdad.
—Padre… — murmuró.
—El lazo a veces puede ser una mierda — dijo el hombre con reproche — Yo tenía los ojos puestos en otra hembra, pero fue tu madre la que despertó en mí el llamado del lazo — desvió la mirada un instante — Era una estúpida que creía que eras especial y por eso prefirió la muerte para salvarte a ti.
Demian gruñó bajo.
—Si tanto te disgustaba, ¿por qué no solo ignoraste el llamado?
—Porque no soy como tú — respondió con desprecio — No soy un cobarde. ¿O ya se te olvidó que hace solo un momento deseabas escapar de este pueblo?
—Era para protegerla.
Su padre resopló, como si de una pequeña risa se tratara.
—Eso no es más que una simple excusa — gruñó — En vez de defender a tu hembra y darle el lugar que merece dentro de la manada preferiste correr como un cobarde. Igual que el día en que le diste la espalda a la señorita Braun, ¿Lo recuerdas?
Esas palabras hicieron molestar al beta, que gruñó y lo miró con rencor.
—Tú me obligaste.
—No, Demian, fuiste tú el que tomó la decisión — se burlaba de él, pero mantenía ese tono indiferente en su voz — No tuviste el valor de cargar con tu responsabilidad y huiste.
—No… eras tú el que no quería…
—Pudiste haberte rebelado ante mí y enlazarte a esa hembra, pero no hiciste nada.
Demian cerró los ojos con fuerza, tratando de contener su rabia y su dolor, pero fue en vano y las lágrimas no tardaron en correr por sus mejillas.
—No sigas…
Suplicó, pero su padre no lo escuchaba.
—Ignoraste el llamado.
—No… yo…
—Te lavaste las manos y rompiste su corazón.
—Cállate… por favor cállate…
—¡Fue tu culpa! — acusó — ¡Tu cobardía mató a tu cachorro!
—¡Te dije que te callaras! — rugió.
Sus ojos se encendieron como fuego, las cadenas se rompieron y el fantasma de su padre se desvaneció en el aire. Su pelaje rojizo estaba erizado, su cola se erguia con orgullo y sus grandes orejas estaban inclinadas hacia atrás. Se veía como una bestia salvaje a punto de atacar apoyado sobre sus cuatro extremidades y gruñendo de una forma tan aterradora que hacía que las paredes vibraran.
Salió del sitio de donde lo tenían cautivo y se percató que estaba en medio de la nada, demasiado lejos de Hoffmann, pero eso no iba a detenerlo, confiaría en sus instintos y salvaría a su dulce omega de piel nívea. Levantó su enorme cabeza de lobo y aspiró el aire, cientos de aromas llegaron a él, pero solo uno lo guiaría hasta ella; solo debía seguir el olor a frambuesas y moras silvestres. Y corrió en esa dirección, decidido y lleno de rabia, pero temiendo llegar demasiado tarde pues el nuevo lobo alfa de Hoffmann había caído en la locura hace ya demasiado tiempo.
Esa noche, mientras los niños se mantenían resguardados bajo tierra dentro del búnker, la manada se había reunido en la plaza principal alrededor de una tarima improvisada en medio del sitio para presenciar la ejecución del criminal que acabó con la vida del alfa anterior. La mayoría de los presentes estaba en contra de que el primogénito de los Klein fuera su nuevo líder, carecía de la capacidad, pero en ese momento lo único que deseaban era ver al forastero de ojos bicolor caer en agonía.
—¡El Alfa ha hablado! — anunció Kellen subiendo a la tarima y extendiendo un documento — ¡El licántropo Rigel Kölher ha sido encontrado culpable por los actos de robo, engaño y el asesinato del Alfa Memphis Klein! ¡Así mismo, la licántropo omega, sirviente de la casa Richter, Nova, fue encontrada culpable de traición a la manada!
Los murmullos entre la gente no se hicieron esperar, como si les sorprendiera que una omega inútil, incapaz de cambiar de forma, fuese capaz de traicionarlos aún si esta convivía mucho con aquel muchacho. Kellen continuó:
—¡El Alfa ha declarado ha ambos criminales a morir en una hoguera!
Esto avivó el murmullo entre algunos e hizo a otros a estar de acuerdo con la sentencia. Las leyes de los licántropos eran muy distintas a las humanas, mientras ellos recurrían a una pena de muerte más rápida y sin dolor, a los lobos les gustaba el espectáculo.
Fue el mismo Robert Klein el que fue a buscar a Nova a su celda, de algún modo convenció a sus hermanos de ser él quién la llevaría a su ejecución; sin embargo sus verdaderas intenciones eran otras. La encontró en un rincón abrazada a sus piernas y temblando de frío, pues solo vestía una camisa blanca que le quedaba demasiado grande, y no pudo evitar sentir pena por ella. Ingresó con calma en la celda y los bellos ojos negros de la lobita se posaron sobre él una vez que puso sobre sus hombros un pesado abrigo.
—No te preocupes — dijo en voz baja — Voy a sacarte de aquí.
—Creí que me odiabas.
Robert desvió la mirada, lleno de culpa y vergüenza por todo el mal que le había causado a su pequeña hermana. Soltó un suspiro y la ayudó a ponerse de pie.
—Enana, si nos atrapan, no importa lo que pase, corre con todas tus fuerzas y no mires atrás, ¿está bien?
—¿Y qué hay de ti?
—No tienes que preocuparte por mí, no lo merezco.
—Pero…
—Nada — gruñó y ella calló — Solo hazlo, ¿de acuerdo?
Nova asintió y tomó la mano de Robert que rápidamente la condujo por un largo pasillo que llevaba a otra parte del recinto, muy alejado de la entrada. Sus pequeños pies descalzos apenas podían seguir los pasos de Robert, que no se detendría hasta llevarla lejos de los dominios del alfa.
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Omega
WerewolfCuando Nova descubrió que era incapaz de cambiar de forma como los otros licántropos, inmediatamente fue rechazada por su familia y se le asignó el rango más bajo de la manada, ser una Omega, convirtiéndose en la sirviente de un solitario hombre que...