Capítulo 15 - Por Bianca Winston.

3.5K 210 1
                                    

—Que bondadoso ha sido el tiempo contigo, cariño —comenta Julio—. ¡Te engordó justo en las partes necesarias! —agrega dibujando con sus manos un trasero pomposo en el aire,

—¡Oh, sí! —Lo secunda Lore—. Siempre te digo que no sé, cómo puedes comer tanto y mantener esa cintura de avispa.

—Cierto —dice Sofía uniéndoseles.

—Creo que es genético —me defiendo—. La abuela de papá y mis tías son así, además mamá también es delgada.

—Menos mal que no soy mujer —se queja Julio—. Porque la abuela Gertrudis ¡es gordita!

—¡Ya para el drama! —Le respondo riendo—ni siquiera compartes genética con la abuela Gertrudis.

—No, pero Tania sí —responde él

—Tania es una niña muy linda y tu padrastro es delgado, así que no precisamente tiene que salir a la abuela, además tu mamá es delgada y ¡tú pareces un fideo!

—Soy un fideo Italiano, ¡así que estoy muy sabroso! —se jacta riendo.

—Pues algo debes tener para que todas esas locas se cuelguen de tu cuello —le comenta Lore.

—Cariño, ¿quieres que te enseñe o quieres que te explique? —le pregunta lanzándole un beso.

—No gracias, ¡paso! —le contesta ella.

—¿No será que tienes miedo de quedarte colgada de este cuellito verdad? —pregunta de manera socarrona

—No cariño, no es miedo a eso, es miedo a cortarte ese cuellito —dice señalando su entrepierna.

—¡Ups!, ¡me encantas como amiga! Y quiero que sigamos así muchos... años más —le responde cubriendo su entrepierna con las manos

—Lo mismo digo —le comenta Lore apretándole la mano—. ¿Seguro que no es por ese cuellito? —le pregunta divertida.

—Seguro hermosa, ¡seguro! —le contesta él riendo

—Ya bájenle unas rayitas —les pide Sofía—. O búsquense un motel para esas demostraciones de afecto.

—Já —ríe Julio—. Que no escuchaste que me va a cortar el cuellito y quieres que nos enmotelemos, ¡no gracias! —dice haciéndole una cruz con los dedos.

Entramos en el parqueo de uno de los restaurantes preferidos de Sofía, nos bajamos del auto y nos dirigimos a la recepción.

—Tenemos reserva a nombre de Sofía Sanabria —le dice ella a la recepcionista.

—Pasen por favor —nos pide la joven que nos atendió luego de confirmar la reserva, llegamos a una mesa en donde hay un hermoso arreglo de flores.

—De nosotros para ti cariño —me dice Julio abrazándome.

—Chicos no tenían que hacerlo, ¡de verdad! —les respondo emocionada, devolviéndoles los abrazos.

—Claro que sí —comenta Lore, conmigo lo hicieron y por supuesto que lo haremos con cada uno.

—Para mi celebración quiero que incluyan chicas en bragas —pide Julio.

—Por supuesto que sí —le dice Sofía—. Si ese es tu deseo, habrá bragas, ¡muchas bragas!

—¡Esa es mi chica! —responde mandándole un beso con la mano.

Tomamos asiento y revisamos el menú para ver qué vamos a pedir. Cuando llevan nuestras comidas comemos entre risas y bromas, tomándonos el pelo cada vez que alguien da lugar.

Señor Brown no firmaré ese contrato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora