—Ojalá que no, —Le respondo llevando el tazón con hielo.
Brandon no tarda en venir del supermercado, y resulta que le costó encontrar unas salchichas con queso, que le encantan a Andrea, de las que precisamente hoy tenía antojo, también trajo cervezas y unas aguas duras para pilar y para mí. A... y sorbete de vainilla.
Almorzamos entre risas y conversación, al finalizar nos trasladamos a la sala y nos ponemos a ver una película, de nuestro comediante preferido, Andrea no tarda en quedarse dormida en su sillón maternal, y yo también aprovecho la ocasión para ir a tomarme una siesta.
Por la noche, después de ducharnos y ponernos ropa fresca, decidimos ir a comer alitas a uno de los mejores restaurantes de la zona, las preferidas para mí, son las que sirven en salsa búfalo con un poco de picante. A Andrea le gusta igual, pero por el momento se tiene que conformar a comer sin picante.
—Oye quiero un poco de salsa picante —me pide.
—Cariño, no tienes que comer eso, le hace daño al bebé —le recuerda Brandon.
—¡Es la nena quien quiere picante!, verdad mi amor —comenta acariciando su enorme vientre.
—Toma, unta tu dedo y pruébalo —le dice Pilar.
Andrea de inmediato le hace caso, y saborea con los ojos cerrados la salsa picante en su dedo.
—Um... ¡Delicioso! —nos comenta—. Creo que a la nena le va a encantar mucho el picante, —concluye volviendo a untar su dedo.
Brandon se le queda viendo y no dice nada, le pasa unos trozos de zanahoria crocante y ella coge uno y lo muerde.
—¡Ya entendí!, me estás queriendo decir que estoy gordísima, y que debo de comer esto, pásame el apio —le pide—. Me lo comeré también.
—¡No estás gorda, cariño!, a ti siempre te ha gustado la zanahoria con aderezo —le responde Brandon.
—Sí, pero antes no tenía veinte quilos de más —se queja ella.
—No tienes veinte quilos —le contradigo yo—. Si acaso has subido de cinco a diez, ¡siendo exagerada!
—Doce, en realidad —me responde sonriendo.
—Ves —le dice Brandon—. No son veinte, y cuando el niño nazca volverás a tu peso normal.
—Nena amor, ¡nena!, ¡no olvides que es Valeria!
—Ya veremos —le responde él riendo.
El bebé está por nacer y aún no sabemos si va a ser niño o niña, ellos prefirieron que sea una sorpresa, para cuando nazca, incluso tenemos una apuesta; en la que Andrea y yo decimos que es una niña, papá y Brandon dicen que es un niño y Pilar en un inicio decía que era un niño, y ahora se ha unido a nosotras.
Entre todos estamos decorando la habitación en colores amarillos, menta, blanco y dorado. Brandon quería comprar un caballito color azul, pero no lo dejamos.
Después de cenar, regresamos a casa y jugamos unas partidas de cartas, como siempre ocurre, papá nos gana a todos, cuando es cerca de medianoche nos vamos a dormir, reviso mi teléfono y tengo mensajes pendientes en el grupo de los chicos.
Julio.
Bueno, mujeres, ¿y ninguna de ustedes piensa dar señales de vida?
Nos vamos todos a celebrar ayer y de pronto me salen con que cada una se va a ir con su galán y me dejan solo y desprotegido en un lugar en donde abundan las mujeres que solo quieren pasar la noche, ¡con un chico caliente como yo!
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Señor Brown no firmaré ese contrato.
RomansaBianca, anhelaba con todas sus ansias ser aceptada en el programa de pasantías de BS Corporation, y sintió pánico, cuando estando en el sofisticado edificio, ya lista para su entrevista, un descuido la hizo caer con su trasero sembrado en el piso, a...