—¿Estás nerviosa por la entrevista de mañana? —me pregunta Julio
—A decir verdad un poco y no me gustaría regarla, es una gran oportunidad para mí —le respondo.
—No te estreses, pasarás el proceso, ten fe en ti y ya verás que todo te sale bien, además si no quedas ahí podemos pedir ayuda a mi tío Joaquín, claro, adónde él trabaja no es una mega corporación pero es una excelente empresa.
—Gracias Julio, por cierto ¿estás listo para iniciar con las tuyas?
—Sí, el próximo semestre adecuaré las materias para que no me interfieran con la pasantía y poder seguir ayudando a papá con el almacén
—Esa es otra de las razones por las que me interesa mucho quedar en BS, me beneficiaría mucho la paga, necesito ir ahorrando para los gastos de graduación, no quiero cargar solo a papá con eso —le comento.
«¡Eso por no decir que estoy corta de dinero!», me recuerdo a mí misma, y necesito comprar varias cosas de uso personal, desde que Lucy volvió de su licencia por maternidad le han dado más turnos a ella que a mí, y es comprensible por supuesto, ella tiene un bebé que alimentar.
—Bueno tengo que irme, te veo más tarde preciosa —dice Julio despidiéndose de mí con un beso en la mejilla. Él está en el equipo de fútbol y hoy tienen entrenamiento.
—Chao, concéntrate en el entrenamiento y no en las porristas —le digo riendo.
—Ay cariño que más quisiera yo, pero todas son ¡una dulce tentación! —Dice alzando las manos al cielo—. ¿Y qué puedo hacer?, si me caen como una bendición.
—Eres un puto —le reprocho haciendo una mueca burlona de asquito.
—¿Dime qué puedo hacer?, si están como caramelos —dice mientras se marcha.
—Ya llegué —le digo a la señora Robins.
—Justo a tiempo, esto está por descontrolarse con la tromba de chicos hambrientos que se viene —contesta colocando unos vegetales al vapor en su respectiva bandeja en la mesa térmica.
—En un momento estoy contigo, deja y me preparo —le digo mientras me dirijo hacia el baño a cambiarme la blusa.
Después del ajetreo del mediodía, la tarde transcurre como todas las demás, movidas pero sin inconvenientes, cuando ya casi es la hora de irnos llega Julio y se sienta en un banco de la barra.
—Hola preciosa, ¿puedes darme una botella con agua por favor? —me pide.
—Claro grandulón, ¡con gusto! —le respondo entregándole una al tiempo como a él le gusta.
Cuando finaliza mi turno en la cafetería nos vamos juntos, mi apartamento le queda de camino a su casa, por lo que cuando estoy sin auto y no interfiero con sus planes me lleva o trae de la universidad.
—Mañana tengo que estar a las seis en el campus, ¿quieres que pase por ti? —me pregunta.
—¿A qué hora pasarías?
—A las cinco y treinta, ¿te parece bien?
—Claro, me avisas cuando estés aquí para bajar —me despido de él con un beso en la mejilla y me dirijo a mi apartamento.
Cuando entro realizo mi rutina de recién llegada a casa, enciendo la televisión, y me dirijo a la habitación para cambiarme de ropa, y finalmente termino en la cocina buscando algo ligero para cenar, en ocasiones traigo de la cafetería pero hoy no me apetecía nada, así que me comeré una avena con banano únicamente. Enciendo la computadora para investigar un poco más sobre BS Corporations INC, e ingreso en su página web.
ESTÁS LEYENDO
Señor Brown no firmaré ese contrato.
RomanceBianca, anhelaba con todas sus ansias ser aceptada en el programa de pasantías de BS Corporation, y sintió pánico, cuando estando en el sofisticado edificio, ya lista para su entrevista, un descuido la hizo caer con su trasero sembrado en el piso, a...