Cuando se siente satisfecho con su trabajo, lleva su boca a mi sexo y siento su lengua hurgar en mi interior, ¡se siente tan delicioso!, que de haber continuado haciéndolo unos segundos más, me hubiese vuelto a provocar otro orgasmo; porque esa lavada que me dio, no solo me limpió de los fluidos anteriores, sino que provocó que generara nuevos, haciéndome sentir más placer-
Se levanta y comienza a lavarse el mismo, y es mi turno de devolverle el favor.
Le quito el jabón y comienzo a enjabonarlo, cuidando de que no le quede ni un solo espacio sin ser cubierto, tomo su miembro nuevamente erecto entre mis manos y gimo ante la calidez que me hace sentir, es como si nuestros cuerpos se conocieran desde hace tiempos.
Ya no siento más vergüenza por nuestra desnudez, solo avidez y quiero complacerlo tanto como él me complace a mí.
Así que me agacho y enjabono sus piernas, su erección, sus testículos y cuando el agua ha aclarado el jabón, paso mis labios por esa puntita en la que hace un momento quedo mi tapón, él gime y me la cerca más, pero no me la meto en la boca porque me da pena, sin embarco si la recorro con la lengua.
Con suavidad él me aparta, apaga el chorro, sale de la ducha y toma dos toallas del mueble en el que están guardadas, regresa a mí y con una me seca, incluyendo mi cabello y mi intimidad; con la otra toalla se seca él y al terminar la enrolla en sus caderas y con la que me secó a mí, me medio envuelve y me carga en sus brazos para llevarme a la cama.
Todo lo hace con ceremonia y no pronuncia ni una sola palabra, me deposita sentada sobre la cama y se dispone a secar mejor mi cabello.
Al final coloca las toallas a un lado de la cama y se dedica a besarme de pies a cabeza, a recorrer cada milímetro de mi piel con su boca, como si estuviera memorizando las zonas que más me hacen estremecer cuando las toca; sus dedos y su boca hacen maravillas y logra que vuelva a estallar en unos cuantos orgasmos más, asegurándose que en cada uno de ellos grite más y más fuerte su nombre.
Cosa que hago con sumo placer, ya que en mi mente, en mi cuerpo y quizá en mi alma, el único hombre capaz de hacerme sentir así es él.
Me recupero del último orgasmo y le presiono para que ahora sea él quien queda sobre la cama y yo sobre él, a través de mi cuerpo ya he descubierto las zonas más erógenas y supongo que el cuerpo de él no debe de ser muy diferente al mío, en cuanto a sensaciones se refiere.
Él sonriendo, pero con cierta desconfianza en su mirada me deja tomar el control, me subo a horcajadas sobre él y comienzo a besar sus hombros, acaricio sus pezones con la punta de mi lengua y lo siento estremecer, llevo mi mano a su erección y comienzo a acariciarla con sumo cuidado, lo siento desprender perlitas de húmedad y quiero probarlas.
Así que no me entretengo mucho y voy directo por ellas, con ambas manos lo agarro y apunto a mi boca, volteo a verlo y está observándome, sus ojos son dos océanos de aguas totalmente azules.
Y pensando en ello, bajo mi boca hasta tener su puntita totalmente adentro de ella, más gotitas estallan pero esta vez contra mi lengua que saborea como si de un manjar se tratase, ¡creería que es algo adictivo!, porque mi boca y mi lengua exploran más y más, e incluso me atrevo a medir que tanto soy capaz de tenerlo adentro, provocándome una arcada al topar con mi campanilla.
Lo saco un poco, tomando conciencia de que esa no es la cantidad que mi boca tolera, así que continuó con mi faena y veo sus manos comenzar a acariciarse, ayudándome a hacerle todo más placentero, coloca mi mano en su longitud y sobre ella coloca la suya y comienza a darse placer, mientras mi lengua juega con su puntita llorona.
Continuamos así, mi mano acariciándolo, dejándose llevar por el ritmo que él ha impuesto, y cuando lo siento incrementar los movimientos, vuelvo a meterlo cuanto me cabe en la boca y agradecido o no, él me embiste y lo escucho gemir y lo siento retorcerse justo cuando lo succiono, como él hace con mis pezones.
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Señor Brown no firmaré ese contrato.
RomansaBianca, anhelaba con todas sus ansias ser aceptada en el programa de pasantías de BS Corporation, y sintió pánico, cuando estando en el sofisticado edificio, ya lista para su entrevista, un descuido la hizo caer con su trasero sembrado en el piso, a...