Capítulo 62 por Bianca Winston.

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Están muy lindas —comenta Any—. Guarda la nota, porque ahí se te puede caer —me comenta haciendo señas de Aby.

—Gracias —le respondo guardándola en la cartera.

A los diez minutos sale Stefan de su oficina y se dirige a Aby.

—Sácame un juego de copias de esto —le pide entregándole unos documentos.

—Con gusto, señor Brown —le responde levantándose con el fajo de documentos, y yendo hacia la fotocopiadora.

Después de eso, Stefan se dirige a mí.

—Lindas flores, señorita Winston, no estará de cumpleaños, ¿verdad? —me pregunta.

Mueve su mirada, como si estuviese buscando la tarjeta, pero no comenta al respecto, y como Any está cerca y no quiero darle mucho material, le digo lo mismo que les dije a ellas.

—No, señor Brown, me las envió mi hermano —le respondo, sin verlo a los ojos.

—¡Qué hermano tan amable!, ¡le envía flores cuando no es su cumpleaños! —comenta con cierto sarcasmo en su voz.

—¡Ya ve!, hay hermanos que son amables —le respondo—. Y sobre todo que confían en uno —le comento, para que recuerde lo que acabamos de hablar.

Justo en ese momento llega Javier, y Any se mueve al archivo, dejándonos prácticamente a los tres solos.

—Bianca, ¡qué bonito arreglo de flores!, ¡no sabía que era tu cumpleaños! —Me comenta apachándome un ojo—. ¿Te lo envió algún enamorado?

—No estoy de cumpleaños, ni me lo mandó un enamorado —le respondo nerviosa de que Stefan vuelva a agarrar cuerda—. Prácticamente, me lo mandaron como una disculpa —le respondo centrando mi atención y oliendo las rosas—. ¡Muy lindo por cierto!, ¡estoy encantada con él! —le comento sonriendo.

Stefan se nos queda viendo, y observo que su vena de la mandíbula se le altera, ¡se ve adorable y me dan ganas de besarlo!

—¿Qué quieres? —le pregunta Stefan a su hermano.

—Escuché que ayer, se le quedó el coche a Bianca y quería saber si ya está bien —me pregunta—. También soy mecánico por si te interesa —me comenta riendo.

—Mecánicos ya sabes quienes —le responde Stefan en tono suave—. El auto de Bianca ya está bien, así que busca que hacer —le responde cortante.

—En serio estás bien, ¿necesitas algo? —me pregunta Javier con tono serio.

—Sí, estoy bien, muchas gracias —le respondo.

Tanto por preguntar si estoy bien y por el arreglo de flores que me mandó.

—Me alegra saberlo, y ya sabes, si necesitas un mecánico solo tienes que decirme, —me comenta riendo a causa de la cara seria de su hermano—. Ven, vamos a tu oficina —le dice a Stefan llevándoselo.

—Que me lleve las copias a la oficina Abigail cuando las tenga —me pide Stefan.

—Muy bien Señor Brown —le respondo.

Javier le da una palmada en el hombro y le dice.

—¡Respira hermano, Respira!

A los veinte minutos Javier sale de la oficina de Stefan y se dirige a nosotras.

—¡El jefe me mandó a trabajar! —dice riendo—. Así que nos vemos después, preciosuras.

El resto de la mañana pasa normal, salgo a almorzar con Any y con Aby, al regresar término mi informe, lo reviso y me preparo para mi reunión, esperando que el jefe regrese de su almuerzo con ¡su amiguita!, ¡que por cierto ya se tardó más de la cuenta!

Señor Brown no firmaré ese contrato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora