En cuanto entro al apartamento coloco las cosas que llevo y me deshago de las sandalias para acostarme en el sofá y trato de recordar que sucedió anoche, recuerdo la llamada de mamá cancelándome la salida que teníamos, supuestamente porque tenía un pedido muy importante que entregar y no había salido a tiempo, Stefan, escuchó prácticamente todo y no le pasó desapercibida mi molestia.
Después de la cena, me tome un par de copas de vino, según yo para agarrar valor para subir al escenario, no tenía fe en que dieran mucho dinero por un baile conmigo y mucho menos después de ver las pujas en que habían terminado las chicas, ¡quien al menos igualaría esas cantidades por mí!
Y lo que más me sorprendió fue que Javier y Diego pujaran por bailar conmigo, ¡ambos tenían ya a sus acompañantes!, pero realmente me quedé sin palabras cuando escuché a Stefan entrando al ruedo y batiéndose con ellos y con Gabriel por ganar él el baile conmigo. Me quedé en shock al igual que el público cuando escuche la cantidad que ofreció, sin dudas lo hizo para aplacar a sus contrincantes.
Después, cuando a petición de Sofía nos habían arreglado la mesa para nosotras y algunos amigos, más Julio que no tardo en unírsenos, me encanto compartir con Javier y Diego que se nos unieron alegando que adentro estaba aburrido, hoy sé que no debí de dejarme seducir por esas deliciosas margaritas.
Me acuerdo del baile con Stefan, el calor que despedían nuestros cuerpos juntos, sus manos sobre mi espalda y el deseo insensato que tenía porque me besara, sin importar que estuviéramos ahí frente a todos, quería pegarme más a su cuerpo y que me apretara contra su evidente erección.
Pero mi mente aún no estaba nublada por el alcohol e hice uso de mi coherencia para no atraer la atención hacia nosotros, tampoco quise que nos marcháramos tan rápido de la fiesta, porque obviamente a más de uno le resultaría extraño.
Justo cuando Stefan llego a nuestra mesa yo ya estaba deseosa por irme a casa, el alcohol me había ganado y moría de sueño, aunque una parte en mí moría de deseo por cumplir con lo que teníamos planeado y pasar la noche juntos, ¡ya les conté el resto de lo que me acuerdo que sucedió!
Voy a la habitación de lavado y pongo un poco de ropa a lavar, después me hago un refresco con fruta congelada y tomo cuanto me cabe y tolera mi estómago, al terminar me acuesto en el sofá y no tardo en volver a quedarme dormida.
Al paso de un par de horas, el timbre del teléfono me despierta y lo contesto sin verificar quien me llama.
—Hola... —digo con vos adormitada.
—Hola, estoy aquí abajo, puedes indicarme cuál es tu apartamento —me pregunta Stefan
—¡Stefan! —le contesto sorprendida, terminando de despertar.
—Si el mismo, ¿vas decirme? —pregunta.
Se escucha a un señor que le pregunta si va a entrar.
—Sí, gracias —le responde Stefan.
—¿Tu apartamento? —me pregunta serio.
—Quinto nivel cinco B —le respondo.
—Llego enseguida —dice y cuelga.
En menos de cinco minutos toca el timbre de mi apartamento, apenas me dio tiempo de recogerme el cabello en una coleta. Abro la puerta sin hacerlo esperar.
—Volviste pronto —le comento por decir algo.
A pesar del viaje luce estupendo, se ha quitado el saco y la corbata y lleva desabotonados el primer y segundo botón de su camisa, las mangas arremangadas a mitad del brazo, y el cabello pulcramente peinado como siempre.
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Señor Brown no firmaré ese contrato.
RomanceBianca, anhelaba con todas sus ansias ser aceptada en el programa de pasantías de BS Corporation, y sintió pánico, cuando estando en el sofisticado edificio, ya lista para su entrevista, un descuido la hizo caer con su trasero sembrado en el piso, a...