—¡Uf!, ojalá que me logre dormir pronto, porque si no va a ser todo un reto, mantener las sábanas limpias. Se mete a la cama conmigo y me atrae a sus brazos y yo me acomodo divinamente, como ya es bien tarde, por suerte no me cuesta quedarme dormida.
Al día siguiente me despierto sola en la cama, me levanto y voy al baño antes de ir a buscarlo, gracias a lo grande del lugar, no se me hace una tarea fácil, escucho unos ruidos y me dejo guiar por ellos.
Lo encuentro luchando contra un saco de box, está todo sudado, pero se mira caliente y si yo no anduviera en rojo, dejaría que me follara aquí mismo en cualquiera de estos trastos, que utiliza para hacer ejercicio.
—Te ves muy caliente haciendo eso —le digo desde la puerta.
Voltea a verme y sonríe, toma una toalla y se seca la cara, luego viene hacia mí.
—¡Creí que aún dormías! —me comenta.
—No, comenzó a darme frío y me desperté, mi calefacción se ha regulado —le comento riendo.
—Yo podría hacer que vuelva a calentarse de nuevo —comenta jugando con su dedo índice en mi pezón, por encima de la camiseta.
—Um... no, rojo, ¿recuerdas? —le digo casí derritiéndome por él—. ¿Por qué me dejaste sola? —le pregunto.
—A... es que te mirabas tan apetecible, con tu trasero estregándose cada tanto en tanto, contra mi pobre amigo que lo tienen a dieta, ¡y si no me levantaba, iba a terminar fallándote mientras dormías! —me comenta riendo y dándome un beso de piquito.
—Habríamos manchado la ropa de cama, y no se me apetece hacer un desastre con ella —me justifico.
—Sí, sería interesante para Mari, ese espectáculo —coincide—. Quieres desayunar antes de ir a cambiarte a tu apartamento, ¿o lo hacemos después? —me pregunta.
—¿No estarás pensando ir conmigo a donde la ginecóloga? —le pregunto.
—No conoces en donde está su clínica, y no tengo nada que hacer por la mañana, así que puedo acompañarte.
—Lo haces por cortesía o para estar seguro de que vaya con ella —le pregunto.
—Sabes que no necesito acompañarte, para saber si fuiste o no —me responde levantando una ceja.
—Sí, lo sé, pero prefiero ir sola —le comento, y luego le cambio de tema—. Quiero que comamos aquí, puedo cocinar algo si quieres —le ofrezco.
—¿Puedes cocinar? —me pregunta divertido.
—Por supuesto, sé hacer agua para café y me queda al punto —le respondo divertida.
—Ok. Café es un excelente desayuno —dice caminando a la par mía—. Voy a darme una ducha, ¿te quieres bañar conmigo?, ahí no habría nada que manchar.
—No, gracias, aún me está bajando muy fuerte y me da temor que pueda provocarme dolor, recuerda que me queda un largo camino por conducir.
—Porque eres una cabezota, podrías ir en Libby, llegarías en menos de un cuarto del tiempo que harás en vehículo.
—No, ya te dije que no quiero hacer mal uso de los recursos.
—Como quieras, voy a ducharme, procura que no se te queme el agua —dice besándome y dejándome sola.
Me pongo manos a la obra en su cocina, y me resulta una verdadera experiencia cocinar aquí, todos los trastos son digitales y muy fácil de utilizar, el refrigerador al igual que la vez pasada, lo tiene bien ordenado, así que no me cuesta ubicar lo que pienso usar.
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Señor Brown no firmaré ese contrato.
عاطفيةBianca, anhelaba con todas sus ansias ser aceptada en el programa de pasantías de BS Corporation, y sintió pánico, cuando estando en el sofisticado edificio, ya lista para su entrevista, un descuido la hizo caer con su trasero sembrado en el piso, a...