Capítulo 83 por Bianca Winston.

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Las posibles respuestas me dan vuelta en la cabeza, ¡pero de verdad!, ninguna de ellas la va a convencer, ella sabe bien que ni con el sueldo que tengo actualmente, me daría el lujo de comprarme una botella, de semejante precio.

Lorena se incorpora del sofá y se me queda mirando, pero no dice nada.

—¡Me la regalaron! —es todo lo que logro decirle.

—¡Lorena y yo somos tus amigas!, ¿verdad? —me pregunta en tono de investigadora.

—Sí, ¡por supuesto que sí! —le respondo, pensando en una historia creíble para contarles.

—Porque nadie va a regalarte así, porque sí, una botella que cuesta más de quinientos dólares.

—Sobró de una reunión que tuvo el jefe —le respondo, esperando que me crea.

—Y te la trajiste así sin más —me pregunta incrédula.

—No, ¡cómo crees!, te dije que me la regalaron, Any me dijo que podía traérmela, como ella no puede tomar por su embarazo.

—En ese caso, espero que también te hayas traído las copas —dice regresando a la cocina y buscando en los armarios.

Regresa con tres vasos de cristal sencillo, ¡que son lo más cercano a copas que va a encontrar en mi fina cristalería!

—Como ganaste hoy el partido y el pase para la cena en el hotel, hay que celebrarlo —comenta, abriendo la botella y comenzando a servir.

Sin nada que decirle, dejo que lo haga, no creo que mi querido señor Brown se enoje, porque le hayamos tomado su tan fina bebida, ¡es más!, de otro momento le enviaré un mensaje, para que sepa que nos la terminamos, y que si quiere, ¡traiga más!, a... y ahora que agregue un juego de copas.

—Y ese otro vaso —le pregunta Lorena.

—Es para Julio, el hecho de que no esté en este momento con nosotras, ¡no quiere decir que no lo vamos a incluir en el brindis!

—Llamémosle —propone Lore, marcando su número en el teléfono.

—Hola cariño —le dice en cuanto contesta—. Vamos a hacer un brindis con las chicas y como tú no estás, nos vamos a beber tu copa, ¡pero queremos que sepas que te incluimos!

—¡Qué!, ¿Van a empezar sin mí? —pregunta indignado—. ¿Qué tipo de amigas son?

—Tus amigas del alma, y te queremos mucho, por eso te estamos llamando —le responde Sofía gritando desde donde está sentada.

—¡Vaya, qué amigas!, comienzan a tomar sin mí, y me llaman para que se me alebreste el hígado —comenta con sarcasmo.

—No te enojes bombón, es que Sofía le encontró una botella de champán a Bianca y decidió que teníamos que hacer un brindis, y por supuesto no lo podemos hacer sin ti.

—¿Champán a dónde Bianca?, ¡si ni cervezas suele tener!, porque dice que puede llegar su familia de un momento a otro.

—¡No seas así!, cuando ustedes vienen, ¡si traigo, aunque sea un par para refrescarnos! —me defiendo.

—Cierto, pero ¿por qué tenías champán?, no me digas que ahora que eres la asistente del presidente en BS, ¡se te ha dado por cenar con champán!

—¡Ya quisiera yo!, esta me la regalaron, sobró de una reunión —le cuento la misma historia, que al parecer se creyeron las chicas.

—Bueno, —dice Sofía, salvándome de dar más excusas—. Vamos a brindar, por los cuatro.

Señor Brown no firmaré ese contrato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora