—¡Lo siento! Iré el fin de semana, en verdad, ¡lo prometo!
—Más te vale que cumplas tu promesa, voy a pagar esto, espérame aquí —dice yendo hacia la caja.
—Bianca ¿también comprando chocolates? —me pregunta Javier saludándome—. Mientras Brandon hace fila para pagar, esperando su turno después Stefan.
—Sí, mi hermano se los prometió a su esposa —le comento—. Y de paso me dejará unos a mí —le cuento entusiasmada.
—¿Él es tu hermano? —me pregunta sorprendido y con cara de diversión a la vez —se le nota la cara de malía, solo él sabe que pensamientos cruzaban por su mente.
—Sí, vino a hacer unas compras a Seattle y pasó a comer conmigo —le cuento.
Sonríe pícaramente como tramando algo.
—¡Se miraban muy bien juntos!, creí que era tu novio.
—¡Wakala no...! Nada que ver!, es mi loco y protector hermano —Stefan termina de pagar y se dirige hacia nosotros.
—Vamos, que tengo una reunión en veinte minutos —le dice a Javier—. Lamento romper tu idilio, pero hay que revisar la información para la reunión, ¡no te tardes! —me pide en tono todo serio.
—Por supuesto Señor Brown, en un momento llego —le respondo sorprendida por su actitud hostil.
—Disfruta tu idilio —dice Javier riendo, remedando a su hermano —«¡Par de locos!», digo para mis adentros.
¿Qué fue eso? ¿Un reclamo?, ¡como si Stefan pudiera estar celoso!, ¡no! imposible, él solo quiere una muñequita sumisa y follable!, lo deja bien claro en el contrato.
—Toma, disfrútalos —dice Brandon entregándome la bolsa con chocolates y terminando con mis cavilaciones.
—Um... gracias, desde luego que los disfrutaré —le respondo riendo y agarrándolo del brazo nuevamente—. Vamos, que tengo que volver al trabajo —le pido.
—Sí, yo también quiero regresar temprano a casa, no me gusta dejar sola mucho tiempo a Andrea.
—Sí, No sea que se le antojé algo y tú no estés —le pincho riendo.
—Tú si sabes —responde Brandon riendo y señalándome—. ¡Después puede salir con la boca abierta! —comenta burlándose de mi comentario anterior.
—Sí, más si es varón y le gustan las chicas tetonas, igual que al papá —le respondo.
Llegamos a la entrada de BS y nos despedimos con un abrazo de oso, nos queremos desde antes que Pilar y papá estuvieran juntos., él siempre me cuidaba en el colegio.
—Cuídate enana, pórtate bien y estudia ya te queda poco, ¡así que ánimos!
—Sí lo sé, ya quiero salir, ¡aunque me va a hacer falta el tiempo con las chicas y con Julio! —le cuento melancólica.
—Te adaptarás ya verás, además los tendrás cerca.
—Cierto, pero también los extraño mucho a ustedes, aún no me acostumbro a tenerlos tan lejos—me quejo haciendo un puchero.
—No estamos tan lejos, bueno si un poco, pero siempre puedes ir a casa o llamarnos para que vengamos si nos necesitas —me asegura acariciando mi espalda.
—Lo sé, los quiero mucho, dales un fuerte abrazo de mi parte a Pilar, a papá, a Andrea y a mi sobrinita —le pido separándome de él.
—Yo se los doy, pero llega el sábado, para que se los des en persona —me pide.
ESTÁS LEYENDO
Señor Brown no firmaré ese contrato.
RomanceBianca, anhelaba con todas sus ansias ser aceptada en el programa de pasantías de BS Corporation, y sintió pánico, cuando estando en el sofisticado edificio, ya lista para su entrevista, un descuido la hizo caer con su trasero sembrado en el piso, a...