Sentimientos paralelos (Draco Malfoy, Fred Weasley y tú)

Capítulo 6.- Un par de peleas

Llegué a la común hecha un trueno, busqué entre mis cosas y tomé un uniforme nuevo, ese liquido estaba desintegrando rápidamente mi ropa ¡Maldita Black! Le iba a costar caro. Comencé a desvestirme hasta retirar todas las prendas tocadas por la porquería esa y comencé a vestir las nuevas, más tarde le
—Qué bien debe sentirse ser de tu nivel. Poder derrochar dinero de esta forma... — Ella señaló el uniforme con cierta lástima.

—No hables, Parkinson. — Contesté de mala gana, no estaba de humor para escuchar tonterías.

—Tú no eres nadie para callarme. — Contestó. ¿En serio íbamos a tener esa conversación? ¿Desde cuando se enfrentaba a mí de esa manera?

—Yo soy todo para callarte y hasta para expulsarte si no cierras tu enorme hocico. — Arrastré cada palabra. Desquitando con ella toda la furia que sentía por culpa de mi enfrentamiento anterior.

—¿Expulsarme? ¡Por favor! — La miré irritada, su tono irónico me estaba molestando aún más.

—¡He dicho que te calles, mocosa! — Le grité. Estaba al punto de la histeria.

—¿Mocosa? Tenemos la misma edad. — Yo fruncí el entrecejo ya con enojo. ¿Cómo podía resultar tan irritante?

—Mira, no estoy de humor para soportar tu voz, además que eres una vil y máldita chismosa.—

—¿A qué te refieres? — Comenzó a ordenar sus propias cosas.

—Le dijiste a Draco que no dormí anoche aquí. ¿Por qué? — Dejé mi mochila sobre mi cama y la miré con seriedad, colocando ambas manos sobre mi cintura, un gesto habitual que tenía cuando me ponía seria o pensaba detenidamente en algo.

—¿Por qué? Todavía lo preguntas... — Meneó la cabeza en manera de negación. —_________... _________... No eres lo que Draco se merece, él merece a una chica que sepa el significado de "compromiso". Él se desvive por hacerte feliz, darte lo mejor. Y tú le pagas engañándole con quien sabe qué fulano. —

—Lo que haga yo no es de tu incumbencia y lo que tengamos que vivir como pareja Draco y yo, tampoco lo es... ¿entiendes? — Ella negó.

—No lo entiendo... ¿sabes por qué? —

—No y no me interesa. — Di media vuelta. —Yo sé que estás retrasada, no hace falta que me lo compruebes. —

—Él estaría mucho mejor con una chica como yo. — Me detuve en seco y la vi con enfado.

—¿Qué tanto alardeas, estúpida? — Ella se levantó.

—A mí en verdad me gusta, desde que teníamos siete años me enamoré de ese niño tan dulce y ¡tú siempre interfiriendo! Desde que entramos a Hogwarts él me hizo a un lado por completo. Que acaso... ¿jamás te diste cuenta? —

—Siempre me di cuenta que estabas de arrastrada frente a Draco. —

—¿Arrastrada, dices? ¡Lo único que yo quería era que me mirara! Pero la única manera en que logré conseguir esa mirada... Fue con odio de su parte. Te odio ________. Te odio como a ninguna otra persona he odiado en mi vida. — La mirada de ambas estaba conectada, sentía su impotencia y creo que comprendía lo que me estaba diciendo, pero definitivamente no iba a quitarme del camino por simple lástima.

—¿Te estás escuchando? ¿Me odias por quitarte algo que por derecho es mío? — Solté una sonora carcajada. —¡No me hagas reír! Si le interesaras un poquito a Draco, estoy segura que ya hubieras conseguido algo a estas alturas luego de tantos años de conocerlo, pero no es así... — Me encaré a ella. —Este odio que sientes... Sólo es en vano, jamás estarás a mi nivel ¿lo entiendes? ¡Jamás...! y eso es lo que te cuesta aceptar. —