Capítulo 10.- Cambios menores

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Me levanté con mucha pesadez al día siguiente, la señora Pomfrey me quitó las vendas de la cintura, me dio algunas instrucciones de cómo cuidarme y salí de la enfermería, me dirigí a mi sala común para portar mi uniforme y materiales, al llegar, habían algunos alumnos de segundo, quinto y sexto, ignoré sus indiscretas ganas de preguntarme qué había ocurrido y me pasé de largo, tras entrar a mi habitación me encontré con Pansy que bufó molesta y salió, Tracey y Millicent que también estaban ahí me miraron y sonrieron.

—¡__________! — Exclamó Millicent.

—¿Qué fue lo que te ocurrió? —Preguntó Tracey en el momento que se lanzó a abrazarme.

—No tengo ni la menor idea. Pero bueno, ya me dieron de alta, agradezco a la señora Pomfrey que se haya ocupado de los moretones y las heridas, sólo tendré que traer este yeso una semana ya que no me quise beber una porquería. —

—Al menos le dieron prioridad a tu rostro. — Tracey pasó su mano por mi mejilla sonriendo y continuó con lo que hacía antes de que entrara, yo me comencé a vestir, arreglé mis cosas y salí al vestíbulo donde me encontré a Draco con una cara llena de fastidio y a una Pansy exaltada porque Draco no le ponía la mínima atención.

—¡Malfoy! — Escuché que le llamaba Pansy.

—¡Ya muévete Parkinson! Me estás exasperando. — Ella dio un paso atrás con la mirada gacha, yo aproveché para pasar y empujarla con mi brazo bueno.

—Hola Draco. — Saludé, él sonrió.

—Hola linda, ¿nos vamos? — Yo asentí encantada.

—¡Ah! Casi lo olvido, la señora Pomfrey quiere que vayas a la enfermería. — Dije recordando el recado.

—¿Yo? — Se señaló a sí mismo.

—Sí, al menos que haya otro Draco Malfoy. — Mencioné de manera socarrona y reí levemente. —Creo que es para lo de tu brazo, te pondrán una pomada y una simple vendita. — Él se encogió de hombros.

—¿Me acompañas y de ahí nos vamos a desayunar? — Yo sonreí como respuesta y ambos atravesamos la pared, caminamos sin prisa hasta la enfermería, tocamos y entramos. —¿Me llamaba? — Preguntó Draco al instante.

—Sí, siéntese ahí. — Le señaló una cómoda silla. Draco obedeció mientras la enfermera tomaba un frasco y algunas vendas. —Descúbrete el brazo. — Él comenzó a quitarse el cabestrillo, el fuerte vendaje y la gasa, dejando ver la herida, la señora Pomfrey le untó la pomada que venía en el frasco, era verde y olía a menta, después sólo le puso una venda con cuidado —¡Listo! Ven a cambiártela mañana a la misma hora y sólo necesitará reposo. —

—Gracias enfermera. — Agradeció Draco y se levantó.

—No hay de que. — Respondió ella y ambos salimos del lugar.

—Al menos ya no tienes el brazo colgando de esta cosa. — Dije mientras caminábamos y señalaba mi cabestrillo. —Esa herida ya puede cubrirse con la túnica. — Bajé un poco su manga. —¿Ves? — Él me dedicó una sonrisa.

Al llegar al gran comedor Pansy ya estaba ahí, me senté a un lado de ella con todo y su mueca de fastidio, Dumbledore dijo algunas palabras como cada mañana y comenzamos a desayunar, al terminar nos dirigimos a nuestras clases, todo transcurrió normal: como un día cualquiera; una semana cualquiera.

Ya me habían retirado el yeso y mi clavícula estaba bien, Draco seguía ignorando a Pansy, Pansy seguía odiándome y yo seguía riéndome de ella. Había aprendido a hacer que Draco no se enfadara tanto cuando me reunía con Fred o cuando pedía a Hermione que me ayudara en alguna cosa, me llevaba mejor con George que al parecer aún me tenía rencor por la manera en que los humillé en un par de ocasiones, pero conociéndolo bien, el chico era todo un caballero.

Sentimientos paralelos (Draco Malfoy, Fred Weasley y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora