Capítulo 4.- Bocadillo nocturno

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Al bajar del carruaje dirigí una última mirada a Fred... suspiré con tristeza y me dirigí al gran comedor, noté que Draco y "compañía" ya estaban ahí, haciendo una divertida parodia de desmayo al trío dorado, torcí los ojos y me senté con ellos, de manera seca saludé con la mano.

—¿Tú qué tienes? — Preguntó Draco, yo le dirigí una mirada no muy amigable, Pansy se estremeció y agachó la cabeza.

—No tengo nada. — Miré a otro lado, observé un momento la comida y me recargué sobre mi mano.

—¿No piensas comer? — De nuevo otra pregunta.

—No tengo apetito. — Formé una mueca de asco. —Me largo a dormir. ¿Cuál es la contraseña de este año? — Él se incorporó un poco y me observó incrédulo.

—Cito fit quod dii volunt. — Enarqué una ceja.

—¿Ah? —

—Cito fit quod dii volunt. — Repitió. —Lo que los dioses desean pasa pronto. — Le miré aún confundida. —Latín... — Terminó.

—¡Oh! Bien, entonces me voy. — Me levanté, no sin antes amenazar con la mirada a Pansy, quien se apartó de Draco.

—¿Segura que no comes nada? — Volvió a preguntar.

—Segura. — Mi tono de voz ya era grosero, Draco sólo hizo un gesto y yo me retiré, ¿cómo se atrevía a preguntarme si iba a comer y en su lugar no se disculpaba por dejarme sola en el tren? Bajé por las escaleras de piedra y caminé hasta la pared correspondiente, dije la contraseña y al entrar vi que la sala estaba vacía. Subí por las alfombradas escaleras hasta mi habitación que ahora decía "Tercer grado" en la puerta, mis cosas y las de mis compañeras ya estaban dentro, sonreí con un poco de maldad y me acerqué al baúl de Pansy, observé su ropa... miré a los lados asegurándome que no hubiera ningún presente, tomé unas cuantas prendas y las encogí imperceptiblemente con la varita. —¡Oh! Pansy, Pansy... Ya estás engordando mi querida compañera. — Reí con suavidad y satisfacción, fui a mi baúl, tomé mi pijama, me cambié y me acosté sobre las cobijas de seda verde en mi cama. Escuché ruido fuera, me acomodé sobre la cama y la puerta se abrió.

—¡________! — Entró Tracey y se me lanzó encima. —Chiquilla, pensé que no habías asistido este año. ¿Dónde te metiste durante la cena y el tren? — Reí un poco.

—Pues... en el tren, en donde el primer y segundo grado. —

—Donde Draco. — Dijo en automático.

—Exacto. — Respondí. —Y en la cena me vine a descansar ¿Si notas mi pijama? — Se levantó un poco y me miró.

—¡Es cierto! — Me dedicó una sonrisa.

—Además... Ya no soporto a Pansy. — Dije con un tono de ligera molestia.

—¡Wow! Pensé que jamás lo dirías, después de todo siempre anda como chicle detrás de ti. —

—Eso es porque le gusta Draco... — Hice una mueca. —Imposible que sea más obvia, porque no puede. —

—¡Lo sé! Es insoportable. — Comenzó a reír. —Y hablando de la plebeya de roma. — Solté una sonora carcajada ante dicho comentario.

—¡Tracey! — Pansy entró en la habitación y saludó con una enorme sonrisa y un abrazo a Tracey que se levantó de mi cama.

—¡Perry! Quiero decir... ¡Pansy! — Sonreí con gracia y miré la escena, Pansy giró un poco la mirada hacia a mí y se escoltó en Tracey, segundos más tarde Daphne y Millicent entraron al mismo tiempo riendo.

Sentimientos paralelos (Draco Malfoy, Fred Weasley y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora